2013-10-18

Ansiábamos las horas para poder pisar el autódromo, ponerle ron al cereal en vez de leche para ya llegar medio pedos a uno de los festivales más esperados de México. Agarras tu cartera, checas cuánto tienes, te preocupas porque seguramente no te alcanzará, tomas tu boleto del respectivo día, decides si te llevas suéter o hoodie, cierras la puerta de tu casa y te encuentras rumbo al Corona Capital, nervioso porque sigues sin decidir qué banda verás, dejando esta decisión al corazón ya estando dentro del festival.

Llegas, le mandas mensaje a tus amigos, fijan un punto de reunión, entregas tu boleto, te chequean para ver que no traigas cosas ajenas al festival y es que claro que vienes a gastarte el dinero en bebidas/alimentos al doble de precio; mandas de nuevo un mensaje y te das cuenta que no sale, desactivas la red móvil y la vuelves activar, tratas de llamarle a tus amigos pero tampoco entra la llamada, decides irte al punto de reunión para ver si ya están ahí, te quedas un buen rato y te das cuenta que no aparecen, en ese momento sabes que estás dentro del Corona. Bienvenido dice el festival.



Mi sábado comenzó alrededor de las 15:10, corriendo hacía escenario Corona Light, me di cuenta que a esa hora ya estaba dentro de un mar de personas, uno de los artistas que más quería ver estaba frente a mí, Robert DeLong, checo la hora para ver cuánto tiempo le quedaba en el escenario y me puse algo triste, tan sólo le pedía a Dios que por favor tocará “Global Concepts”, a lo lejos comienzo a escuchar su gran éxito llamado “Happy”, me deje llevar por la música y comencé a moverme de un lado para otro, dejé de estar triste pensando que tocaría la canción que más estaba esperando. Robert terminó de tocar su canción y empezó con sus drums pads, haciendo un intro para invitar a la gente a reventarse, juraba que era la canción que quería escuchar, pero no, resultó ser otra que nunca había oído. Me hice a la idea que con esa canción iba a cerrar. No me quedó de otra, me animé y agarré la onda de que estaba viendo a un joven muy talentoso frente a mí, tomé a mis amigos de los hombres y todos comenzamos a saltar, a disfrutar de lo mucho que nos estaba esperando ese día.



Foto por: Lulú Urpadilleta

Eran las 15:20, mis amigos y yo nos sentamos mientras salía unos de los artistas que más quería ver, Palma Violets, esos muchachos británicos que nos iban a provocar rompernos la madre desde el comienzo. Atrapados por el sol, tratábamos de buscar alguna sombra, unos escondiéndose atrás de los que venden chelas, otros con el gorro de la hoodie. El tiempo pasaba y cada vez se acercaba más gente al escenario, mujeres con los cachetes pintados de color naranja en referencia a Robert Delong (qué bonitas mujeres, en verdad qué bonitas), creo para ese entonces ya me había enamorado de unas diez mujeres. Nunca me animé a hablarle a ninguna, luego no fuera a ser que nos viera su novio, el caso es que estaba repleto de mujeres bellas (
aunque luego si había una que otra que ni siquiera entraba en la categoría de feas
), como cada año veo que todas las personas se comienzan a levantar, así que nosotros también nos levantamos, en el aire, un globo gigante de HP, todos tratando de alcanzarlo como si fuéramos gatos jugando con estambre. De repente el globo estaba a tan sólo unos metros del escenario, bastó de un empujón de unas cuántas manos para que el globo llegará hasta los instrumentos y tirará la batería que ya estaba montada para Palma Violets, el público emocionado de haber tirado los instrumentos comenzó a gritar, saltar y tratar de no que les tirarán la chela con un empujón.

Los británicos estaban ya pisando el escenario, agradecidos de poder estar con nosotros. Comienzaron a tocar y en menos de un minuto ya se había armado un slam, empujones, chelas tiradas, las típicas mujeres gritando: “¡Ay, no empujen!” (obviamente nadie les hizo caso) todos con la adrenalina hasta arriba dejándonos llevar por los guitarrazos y platillazos. Terminaban sus canciones y todos los que estábamos en el slam aprovechamos para buscar a nuestros amigos y recuperar la energía para lo que nos estaba esperando, continuaban con el set y el slam cada vez era más grande, hubo un punto en que un asistente se paró en medio para detenerlo, pero era obvio, estaba comenzando a sonar mi canción favorita “Best of Friends”, todos estábamos preparados mentalmente para el desmadre que se venía, ya habíamos calentado los motores, todos guardando su celular hasta el fondo del bolsillo, otros dándole la chela al amigo que no se animaba a meterse al slam, para ya en el círculo todos corear: “I wanna be your best friend, I don’t want you to be my girl”, en ese momento comenzó mi sábado, ya estaba bañado en el sudor de todos.

Suena “Chicken Dippers” (¡Qué canción!), esa pista que nos mantiene calmados durante 40 segundos, todos centrando nuestros ojos antes ellos, para que después, al momento de que cantarán: “You make me feel like i’m the only one, uhhhhh”, explotar de nuevo. Los músicos todavía no llevaban ni media hora en el escenario y los pies ya me dolían como nunca, mis amigos y yo decidimos ir a tomar algo porque nos dimos una putiza con esa banda. ¡Unas felicitaciones por haber hecha una presentación mejor de lo esperado!



Foto por: Erwin Wilson

Rumbo al Bizco Club (mi escenario favorito) para ver a Peace, buscamos la manera de llegar hasta adelante y lo logramos, la banda ya estaba pisando el escenario, los asistentes gritando de emoción, lo único que esperaba era pasar un buen rato, empezaban a sonar sus canciones y de nuevo se arma el slam (mucho menos fuerte que en Palma Violets pero igual de divertido), saltábamos, había otra pelota volando cuando de repente… veo a una mujer nadando entre muchísimo brazos, por suerte llegó a mis amigos y a mí, y aprovechamos para hacer lo que todos hacían (y vaya que le gustaba, no se quería bajar del crowd surfing), volteamos para atrás y un wey también nadando entre personas, lo malo es que este duró como dos minutos porque lo lanzaron y nadie lo atrapó. Y, por primera vez en mi vida, lo viví en un concierto, mis amigos me tomaron de las piernas, otros de los brazos y me levantaron, otros asistentes alejándose porque no querían cargarme y otros echándoles la mano, yo cuidando mis bolsillos para que ningún mañoso aplicara de las suyas, volteaba alrededor y Peace tenía un muy buen número de asistentes, todos bailando de un lado a otro, las mujeres gritando, fumando y bebiendo. Destrucción poco a poco. Terminé por darle un zapatazo a una chava por accidente, los guardias de seguridad me empujaron de nuevo al público, pero ya nadie quería seguirle y terminaron por bajarme. Así fue como viví Peace, otra presentación llena de desmadre. Me la estaba pasando mucho mejor de lo que esperaba.

Tocaba ver a White Lies en el escenario Corona, el sol todavía alcanzaba para darnos una presentación más, y de nuevo tampoco me sabía muchas canciones pero pude reconocer una canción, las demás no las conocía, pero los músicos nos hicieron olvidarnos de un rato caluroso y empezar a calentar nuestras voces para corear a The xx. Mi amigo y yo movíamos la boca y hacíamos cómo que nos sabíamos las canciones, la gente de nuestro alrededor nos veían raro.

Foto por: Erwin Wilson

Eran alrededor de las 19:45 y lo único que pensaba era en ir al baño y comer, estaba casi hasta adelante del escenario, lo único que lo impedía era un grupo de gorditas que no me dejaban pasar. Gracias a Dios pasó el señor de las paletas, todos formamos un lazo de amistad ya que pasábamos el dinero sin temor a que se lo robaran, debido a que el señor paletero no podía pasar, casi todos compramos paletas, ninguno quería salirse de ahí por temor a perder su lugar.

Veíamos a los ingenieros de sonido montar todo, luces, drum pad, micrófonos, al parecer todo estaba listo, ya eran las 20:00 y las luces se apagaron, comenzó a salir humo del escenario y de nuevo se prendieron las luces. Jamie, Madley y Oliver estaban ya con sus instrumentos en mano, después de una sonrisa por parte de Madley, se escuchó “Try”, todos los asistentes cantando y uno que otro derramando lágrimas, le siguió “Heart Skipped a Beat”, canción que nos erizó toda la piel. El set continúo y terminando de tocar “Reunion”, me llamó mucho la atención como las luces se centraron en Jamie para dar inicio a una de sus canciones más famosas, “Far Nearer”, el inglés poniendo los ritmos y beats y Madley acompañando todo eso con su voz, a pesar de que sólo tocaron un fragmento de la canción, el público disfrutó mucho del baile que se armó en ese momento. Las canciones seguían, tocaron “Fiction”, “Night Time”, “Shelter”, entre otras, demostrando que están listos para ser headliners de cualquier festival, y cuando estábamos dejando atrás el escenario, oímos “VCR”, una joya musical, una canción que tenía que sonar. El setlist fue más que perfecto, los asistentes quedamos satisfechos.

Foto por: Toni François

Se venía el dolor en los pies, tirados en el pasto afuera del Bizco Club esperando a que toda la gente se fuera a Phoenix para nosotros poder tener buen lugar al momento de ver a la reina que se llevó la noche (para mí), estoy hablando de M.I.A. Comenzaron a montar todo, ruedas de muchos colores adornaban el escenario, luces verdes, rosas y azules, un cartel que decía “MATANGI”. El lugar repleto de mujeres hermosas con outfits bastante llamativos. Nos levantamos y nos adentramos al mar de mujeres (ahí perdí la cuenta de cuántas mujeres me enamoré), eran las 22:00 pm y M.I.A. ya estaba al frente, todo estaba listo para que el Bizco Club reventará, y aquí pasó la mejor parte de la noche.

Sentí una mano en mi hombro derecho, era una chica que parecía no poder ver completamente el escenario, le pregunté si alcanzaba a ver y me respondió que sí, a que yo le dije: “bueno, equis, súbete en mí” (yo tampoco sé cómo le hice para decirle si soy bien penoso… y no, no estaba pedo) “Only 1 U” estaba sonando y el público estaba vuelto loco, yo seguía con la chica arriba de mí y me comenzaban a doler los hombros, después de dos canciones más la tuve que bajar porque ya no sentía mi espalda, y como siempre, ya estaba enamorado de ella, seguimos bailando pero ninguno de los cantaba, la fiesta continuaba, mi amigo también estaba bailando con otra morra, la cosa es que ella era brasileña y traía un baile muy chido; a los dos nos estaba yendo mejor de lo que esperábamos, quizá fue porque todo el día nos estuvimos quejando de que somos las personas más penosas del mundo y ahora el poder divino nos recompensaba.

Foto por: Toni François

Eran como las 22:50 y sabía que el show estaba por terminar, le pregunté que si quería subirse de nuevo y me dijo: “En Paperplanes”, y yo sólo por el hecho de cargarla de nuevo le dije: “Ya va a terminar, súbete de una vez” a los 30 segundos ya no sentía mi espalda de nuevo, sólo cerraba los ojos y le pedía a Dios que ya sonará “Paperplanes”, supongo que de nuevo me escuchó porque ya se oía el intro de la canción, tratando de moverme de un lado a otro, con una morra sumamente hermosa lo único que me venía a la cabeza era: “Ahorita la voy a besar”, ya estaba preparado mentalmente, sabía que podía lograrlo. Maya terminó la canción y se dirigió al público, se venía la última canción. “Bad Girls” estaba acabando el Bizco Club, todos llenos de euforia cantando, saltando, lanzando sus chelas, ¡qué pinche desmadre!, bailando la morra me dice que me tome una foto con ella, yo muy feliz le dije que sí, para ese entonces ya había terminado M.I.A.  Me dijo que era muy lindo e iba a decirle que me acompañara a ver a Deadmau5, pero volteé a buscar a mi amigo, por estúpido, fui a buscarlo, después de tres minutos lo pude encontrar, pero cuando quise buscar a la morra, ya era demasiado tarde. “Playera de la carita feliz, playera de la carita feliz amarilla” gritaba, así es, en medio de toda la gente, quería verla una vez más, pero ya no pude. Le pido a Dios que este post le llegue a ella, si la ven o la conocen, díganle que la sigo buscando.

Si alguien la conoce, envíele este relato para que se ponga en contacto con nosotros o @piyamitas

Después de mucha tristeza y de aceptar la cruda realidad, opté por irme a ver lo poco que quedaba de Deadmau5, decir que estaba repleto de personas es poco, estaba sonando “Strobe”, todo indicaba que faltaba muy poco para que se bajara del escenario, las ganas de bailar seguían, era un momento de la noche muy esperado, aparte de que el montaje de su escenario estaba muy cabrón, los visuales y las luces eran impresionantes, ver tanto tiempo a un artista de ese género es como estar en el antro, sólo que el aire libre.

Y así iba terminando mi primer día de festival, desde el slam de Palma Violets hasta mi triste historia de amor en M.I.A. Lo digo y lo repito: no esperaba tanto de ese día, superó todas mis expectativas. Estoy seguro que todos los asistentes quedamos muy satisfechos y con muchas ganas de regresar al día siguiente.

Suena el despertador, temprano para llegar a la presentación que estaba muy bien esperada, Jake Bugg.

Te levantas, te duele la espalda, los pies, no sientes los brazos y despiertas apestando a alcohol, mota y sudor de muchísimas personas. Lo único que se te viene a la mente es: “A huevo, qué chingón estuvo ayer”, te quitas la cobija, volteas a tu alrededor y ves que tus amigos y amigas terminaron igual que tú: destrozados. Les lanzas la almohada y los vas despertando a todos, te das cuenta que tienes un amigo nuevo, que no sabes ni cómo llego a la misma casa. Abres la regadera y disfrutas tu ducha como nunca antes lo habías hecho, agua caliente cae en tu cuerpo, recuerdas todos los putazos que te metiste, sacas tu ropa, buscas tu playera favorita, unos pantalones. Vas por algo de desayunar y te das cuenta que no hay nada porque la señora (que es una viejita como de 80 años) tiene comida de abuelos; avena, leche sin grasa, queso que ni siquiera es queso, entonces decides ir al 7Eleven, compras 4 litros de leche, 3 litros de jugo, un bote chocomilk, dos paquetes de galletas y un pomo. Regresas a la casa, tocas el timbre, nadie te abre, se te ocurre hacer una llamada, pero recuerdas que dejaste el celular cargando, gritas para que te abren y nadie llega. Quince minutos después te abre un amigo. Pasas a la casa, desayunan todos en chinga, te das cuenta que ya no vas a llegar a ver Jake Bugg, la tristeza vuelve, sabes que no podrás ver a un gran talento el día de hoy. Abres el pomo, lo vacías en bolsas para orina, cierras las bolsas y estamos listos para llegar al Corona Capital. 

Y así fue como comenzó el domingo 13 de octubre, estábamos en el metro, gran parte de los que iban viajando se dirigían al mismo lugar. Se veía que otros habían preparado sus cubas gigantes en botellas de plástico de Coca Cola y es que que tratar de empedarse adentro del festival sale muy cariñoso.

El metro se detiene en la estación, nos bajamos como locos, unos corriendo, otros gritando y otros simplemente a su paso. Entras al autódromo, revisamos nuestros boletos, nos guardamos las bolsas de orina entre las piernas y nos persignamos para que en el chequeo no nos cacharan. Ya en la zona donde entregas el boleto, los nervios aumentaban poco a poco, te quitaban la mitad del boleto, a punto de llegar a la zona de chequeo, me hice pendejo y resultó que nadie me revisó (todo fue más sencillo de lo que pensé) pero a mi amigo no, a él lo checaron, hasta le tocaron donde tenía la bolsa de orina, gracias a Dios no se dieron cuenta que traía algo. Muy contentos entramos con nuestras bolsas de orina rellenas de Kraken, nos compramos nuestras Cocas y comenzamos a beber, llegamos a Portugal, The Man otra banda muy esperada, tampoco me sabía ninguna canción pero el ambiente que armó la banda fue muy agradable, el sol acompañaba toda la presentación.

Foto por: Revista Marvin

Poco tiempo después me encuentro con dos personas que forman parte de Young Offenders, Chepe y Dann, (¡hasta que por fin se me dio dio conocerlos!) platicamos un rato y me presentaron a las amigas que llevaban (también bastante bonitas), vimos el poco tiempo que le quedaba a Portugal y optamos por irnos a ver a Capital Cities, en un principio no quería ir, sabía que Matt & Kim tenían sorpresas para los que se quedaron a verlos, pero también sabía que era una garantía que Capital Cities estaría repleto de mujeres preciosas. Chepe compró su mezcal, yo otra Coca Cola para prepararme una cuba y estábamos listos para disfrutar.

Chillin’

Eran como las 4:40 y  Capital Cities ya estaba repleto de personas, el sol, como siempre, a todo lo que da, yo ya andaba bien mareado y haciendo bastantes pendejadas, tomándome fotos con desconocidos, diciéndoles a las morras que estaban bien guapas, y bailando como si no hubiera un mañana. Honestamente, no soy fan de estos muchachos Capital, pero debo decir que traían un ambiente bastante chingón con el público, a ningún asistente le importó estar quemándose, todos querían oír el himno del Corona Capital y sí, estoy hablando de “Safe & Sound” todo el público estalló, las “groupies” gritando cómo nunca, y así es, la banda proveniente de Los Ángeles, se ganó el corazón de todos los asistentes, haciendo de su presentación una de las mas esperadas del domingo.

Foto por: Revista Marvin

El siguiente destino era Bizclo Club, después de que John Talabot canceló, se agregó al cartel Matías Aguayo, apenas conocía una canción y como no iba a tocar otra banda que me llamará la atención decidí aventurarme con Matías, teníamos un muy buen un lugar, poco al frente, nada alejados del escenario, todo estaba preparado y en menos de 30 segundos llegó rapeando, nada de sonido por detrás, su clara voz fue suficiente para invitarnos a bailar con él, estuvimos acompañándolo como 20-25 minutos, la estábamos pasando muy a gusto, al menos pudieron sustituir a John. Decidimos irnos al escenario Capital.

Foto por: Toni François

Te aferras a tu amigo y se van metiendo entre las personas, se hacen bien pendejos cuando los ven feo y se siguen adentrando, llegamos a un buen lugar a plena presentación de Sterephonics, otra banda que no había oído, y que, su presentación en lo personal, fue sumamente aburrida, es como aquella banda que quiere armar el desmadre pero no se puede, gritar después de cada canción para levantar ánimos porque algo anda mal. Estuvimos viéndolos como 20 minutos y yo creo los mejores momentos los viví cuando dejaron sus instrumentos, a mí alrededor había gente que se sabía sus canciones, creo yo que no había ánimos por parte de nadie, sólo coreaban las canciones pero hasta ahí, la razón por la que no abandonamos el escenario fue porque seguía Vampire Weekend, estábamos en buen lugar y no queríamos perderlo.

Stereophonics abandonó el escenario y la gente se volvió loca, todos comenzaron a empujarse, unas mujeres empezaron a llorar del susto, había personas que no querían dejar salir a los de hasta adelante, se armo un caos, y todo por querer ver a Vampire Weekend, yo estaba a punto de abandonar mi lugar por temor, no había vivido algo así, me sentía como en el Vive Latino, como si estuviéramos a punto de ver a Caifanes pero rodeado de mujeres bonitas asustadas y algunas como ya mencioné: llorando.

Unas gritaban del susto, otras gritaban que querían salir, y otros (como yo) agarrándose los bolsillos para ver que todo estuviera en su lugar. Muchas gracias a FUN por haber cancelado unas horas antes y ocasionar que Vampire Weekend fuera la única banda que tocara a esa hora. Así es, a las 7:30 Vampire Weekend era la única banda que iba a tocar, todos estábamos ahí, casi todo pinche asistente del Corona estuvo ahí. Dieron las 7:30 y no salían, unos gritando y otros chiflando, ¡ya queríamos verlos para calmar el desmadre! el tiempo siguió pasando y simplemente no salían, sólo veíamos a los ingenieros arreglando sus instrumentos. A lo lejos se veía una rama de un árbol, ¡una rama de un árbol!, y todos comenzaron a gritar: “¡rama, rama!”, así fue como nos entretuvimos por unos minutos.

Seguido de eso, un vato sin playera se sube en su amigo, greña larga, un poco güero y al minuto todos estábamos gritando: “¡JESÚS, JESÚS”, el vato sonriendo, bajando y levantando sus brazos para animar a la gente, todo eso pasó en el lapso que se tardó la banda. Pero por fin, después de 20 minutos de espera, por fin salieron. Todos gritando como locos, empujándose de nuevo, tratando de llegar hasta adelante, la pantalla detrás de ellos se prendía y aparecían flores que acompañaban el escenario. “It’s good to be back” dice el vocalista, Ezra. Comienzan a tocar “Cousins” y el escenario estalla de euforia, todos saltando y cantando la canción desde el inicio, todos sabíamos que valió la pena el retraso, querían que todo fuera perfecto y lo fue (al menos para mí) de inicio a comienzo la diversión nunca acabó con ninguna canción. Durante el show tocaron canciones como: “Diane Young”, “Horchata”, “Cape Cod Kwassa Kwassa”, “A-punk” entre otras.

Diez minutos antes de terminar su presentación decidimos dejar el escenario atrás, pudimos oír todas sus canciones en lo que nos íbamos, pues estaba repleto de personas, al fin pudimos ver la luz y salir de todo esa masa de gente, nos encaminamos para el Bizco, estaba tocando Savages, decidimos verlos desde el suelo porque los pies nos empezaban a cansar, el Bizco de nuevo estaba a todo lo que daba, la presentación de Savages también fue muy memorable, se oían los gritos de los asistentes y se veían saltando, como si quisieran derrumbar la carpa, llegamos tarde así que sólo escuchamos como los último 10-15 minutos que les quedaban. Cuando dejaron el escenario, me levanté y me fui corriendo para ganar un buen lugar para Jamie xx, un genio musical, el día anterior había quedado enamorado de su presentación con The xx y sabía que ese día también iba a quedar igual.

Ese domingo también apliqué la dieta Corona Capital: muchas chelas y una paleta. Sí, así fue como sobreviví ambos días, a base de cervezas y una vil paleta bien fría. Eran ya las 19:00hrs y el inglés ya estaba listo para hacernos bailar durante todo su show, comenzamos a aplaudir y empezó su presentación. Jamie manipulando sus viniles hizo que su público comenzará a moverse, a pesar de haber sido muy serio y frío tanto en The xx como en su presentación de DJ, no fue excusa para no pasarla a gusto, desde géneros ochenteros/funky hasta sonidos acompañados de bajos con mucha tensión, pistas de batería y uno que otro loop de aplauso. Sin duda, otro logro más por parte de los británicos, el hacer música es de lo mejor que se les da. Una presentación memorable, llena de luces iluminando diferentes partes del Bizco, los pies de los asistentes moviéndose de un lado a otro. Una presentación que simplemente no queríamos que acabara. Lo único malo de la presentación fue que no tocó “Far Nearer”. La canción que más estaba esperando por parte de él.

Foto por: Warp

Acaba la presentación y todos se vuelven locos, los ingenieros se apuran a quitar el desmadre de Jamie para montar el de la princesa que se va a llevar la noche, Grimes. La rapidez para montar fue notoria, en menos de 15 minutos todo estaba listo para el siguiente show, dieron las 22:20 pm y Grimes salió, el escenario se cubrió de humo y fue iluminado por luces y su bella sonrisa. Tomó el micrófono, jugó con sus teclados y comenzó el show, todos vueltos locos, la morra a lado de mí no dejaba de gritar, hubo un momento en el que la oía más a ella que a Claire, además de que gritaba bien culero, me dejó aturdido un buen rato, y para variar, estaba detrás de una tipa bien pequeña, que al momento de que salió Grimes y comenzamos a saltar, me dio un codazo porque la empujaba, no hubo momento en el que no me estuviera poniendo sus codos en mi estómago. Lección: si están chaparritas no estén hasta adelante o van a terminar aplastadas.

Sonaba una de mis canciones favorita de su último álbum, “Symphonia IX (My wait is u)”, el público estaba completamente enamorado. Al empezar con “Vanessa” aparecieron dos tipos bailando, con una coreografía bastante cabrona, lo que hacía que animara más al público a perder toda la cordura. Grimes quería acabarnos en su presentación y lo logró. Todos coreando: “Hey hey you wanna play but baby I can go go…” no existen palabras para describir todo lo que se vivió en toda su presentación. Un set corto, de no más de siete canciones, pero cada una con su toque especial, algo que la hacía única, la voz de Claire reventándonos los tímpanos, los bailarines con sus movimientos. Ya se imaginaran como se escuchó el intro de “Oblivion”. El Bizco Club volvió a reventarse. ¡Gracias, Grimes!

Foto por: José Jorge Carreón

La noche caía, nos dolía saber que mañana teníamos que ir a clases, otros al trabajo e incluso unos a sus respectivas ciudades, el Corona reunió gente de todo México, solo para hacernos vivir y disfrutar a artistas de alta calidad, que sin duda han destacado en muchos otros festivales y que incluso, gracias a ellos estuvieron aquí presentes. Un fin de semana lleno de desmadre, cansancio, sudor, una que otra lágrima, gritos, y muchas emociones. Un aplauso para los organizadores del festival que ahora contaron con mucha más comida (aunque no haya comprado nada), mucho más baños, mucho más logística, etc.

Al final de la noche, sólo quedaba ver una última presentación: Giorgio Moroder, uno de los dioses del disco. Otro artista del que no sabía mucho, el 80% de los asistentes sólo lo conocía porque trabajó con Daft Punk, pero llegando al Corona me tomé el tiempo para leer y lo voy a describir con una palabra: genio. Más de 70,000 personas, a nadie le importó el frío que hacía; Giorgio, desde que comenzó su presentación no paro el bailongo, poniéndonos música de los 70′s, los chavorucos moviéndose de una manera que sólo ellos creen que se ven cool, las personas de edad más joven perdiéndolo todo hasta adelante, el escenario estaba en su auge. La noche se detuvo por unos momentos cuando Giorgio dio su explicación de cómo lo invitaron a colaborar con Daft Punk, a parte lo dijo todo en español. Y finalmente, la canción “Giorgio By Moroder” acabó con todo.

Foto por: José Jorge Carreón

Un fin de semana para olvidarse de todo, para ir con tus amigos, echar el desmadre que quieras, no hacerle caso a tus papás, hacer pendejadas, ponerte pedo, todo mientras disfrutas de artistas internacionales que vale mucho la pena escuchar. Que sus presentaciones quedan marcadas en nuestra mente y lo único que queremos hacer saliendo del Corona es: ir ahorrando para el siguiente Corona.

Show more