2013-11-22



Hace un año, Nintendo puso la primera piedra de la nueva generación de consolas de sobremesas. Es cierto que otras con menos volumen también han hecho su aportación pero el triumvirato entre Microsoft, Nintendo y Sony se mantiene en este formato.

Ahora, le toca al turno con Xbox One. Presentada a mediados de año, y con algo de polémica en los días posteriores, viene para relevar poco a poco a Xbox 360 y poner más piedras que definan cuáles serán las reglas del juego en la nueva generación de consolas. Xbox One ¿qué nos traes?

Xbox One, sus características técnicas

Empezamos en primer lugar situando al consola Xbox One con sus datos clave de un vistazo:

Xbox One

CPU

AMD semi-custom

Proc. Fab.

28 nm.

Num. núcleos

8

Frec. CPU

1,75 GHz.

GPU

AMD 7000 Series

Nombre en código GPU

Durango

Arq. GPU

GCN

Frec. GPU

853

Procesadores OpenCL

768

TFLOPS

1,31

Memoria RAM

8 GB DDR3

Frec. RAM

2.133 MHz.

Ancho banda RAM

68,3 GB/s

Otros

Wifi 802.11n, Ethernet, Blu-Ray, Wi-Fi Direct, USB 3.0

Dimensiones

263×343×80 milímetros

Peso

3,2 kg.

Precio

499 euros

Análisis en vídeo de la Xbox One

Empezamos el análisis de la nueva Xbox One con su correspondiente repaso en vídeo:

Diseño, funcionalidad sobre estética

Dicen que para gustos colores y el diseño de la Xbox One entra en este manido dicho a la perfección. Es uno de los puntos que más dividirá a fans y detractores de la consola de Microsoft. 360 gustó con su primer diseño, más atrevido que el actual que tiene su sucesora.



Por un lado, vuelve a hacer honor al nombre con el que fue bautizada la primera generación. Es decir, una caja pero no en el mal sentido. Cuadrada, con un montón de líneas y práctimanente ninguna curva. Perfectamente delimitada donde parece que ningún diseñador industrial ha querido romper un diseño que transmite mucha solidez y robustez.

El diseño de la Xbox One responde a la sobriedad que reina en el salón de casa, junto al televisor

Sin embargo, a la vista queda un producto que no termina de entrar muy bien por los ojos. Le falta un cierto atractivo y aunque su discreta estética anima a que la pongamos en cualquier lugar, también nos incita en ocultarla dentro de un mueble. Si no fuera porque Kinect 2 tiene que estar a la vista para que funcione correctamente.

No todo son notas negativas y es que aunque la estética no es su punto fuerte, tiene varias virtudes. La combinación de plásticos negros, con predominancia del mate sobre el glossy, es bastante acertada aunque nunca he sido muy fan de los dispositivos con acabados brillantes.

Lo que predomina en el diseño de Xbox One es la funcionalidad, algo que notamos desde el primer momento. Especialmente si hemos tenido una 360 previamente. Es muy – incluso sorprendentemente – silenciosa, disipa el aire por diferentes lugares con mucha eficacia. Excelente en este apartado.

Estaba claro que Microsoft no quería tener volver los quebraderos que tuvo con 360 y los malditos anillos rojos. Queda por ver, con el paso del tiempo, si realmente ese problema ha desaparecido o todavía persiste.

El diseño se te olvida cuando compruebas que la Xbox One disipa muy bien el calor y es absolutamente silenciosa en funcionamiento

La bandeja de discos ha quedado sustituida por una ranura, un sistema mucho más eficiente y con menos probabilidades de romperse con nuestra propia torpeza o accidentes de cualquier tipo. El botón táctil de encendido, al estilo de los virtuales de los smartphones, es un detalle curioso que se agradece pero hay que tratarlo con cuidado porque es bastante sensible al tacto.

En la parte trasera se esconde todos los conectores, salvo un USB que queda en el lateral para cargar el mando. Salidas no le faltan a la consola de Xbox One, aunque de momento sólo aprovechas unas pocas, pero Microsoft ya nos da algunas pistas de las que luego hablaremos en profundidad: su carrera va ser muy larga.

En resumen, sensaciones encontradas. Si bien es cierto que la estética de una consola no debería restar peso a la funcionalidad, agradeceremos que sea eficiente. Todo está muy bien ordenado en la parte trasera y pequeños detalles como el botón táctil o la bandeja bordan un diseño industrial muy pragmático.

Mando, el difícil reto de mejorar una referencia

Si hiciéramos una encuesta entre los mejores mandos de videoconsolas jamás creados, el de Xbox 360 saldría muy alto en esa lista. A pesar de su esquema asimétrico de sticks, es uno de los mejores mandos que jamás se ha creado para una consola.

Esto es una halago para Microsoft, pero también era un problema a resolver en One. Por un lado, no podían hacer un calco de lo que ya tenían, se les tacharía de falta de innovación. Si hacen algo radical, corren el riesgo de fracasar o de enfrentarse a un gran escepticismo previo. El mismo que está viviendo Valve a día de hoy con su atrevida propuesta.

Volviendo a Xbox One. Finalmente Microsoft ha decidido optar por mantener las bases de 360 pero introduciendo pequeños detalles que no sólo lo renuevan por fuera sino que mejoran la experiencia bastante.

Por fuera hay muchos cambios estéticos, que no de tamaño. Se mantienen unas proporciones similares, aunque algo más reducidas. En mano, da la sensación de ser una extensión más de nuestro cuerpo.

Microsoft ha sido inteligente y ha afinado los detalles suficientes de su ya buen mando de la Xbox 360 para conseguir el mejor mando que la empresa ha construido nunca

Sé que la metáfora suena exagerada pero lo cierto es que se acopla muy bien a nuestras manos. No es pesado, tampoco ligero, ni se clava en las palmas de las manos. Tras unas horas jugando, no se vuelve más cansado que otros mandos. Muy bien en este aspecto.

Los botones,a simple vista, dan la sensación de ser frágiles pero a pesar de una estética algo extraña (dentro de la apariencia de la consola) son realmente precisos y tienen una buena respuesta.

En anteriores ocasiones, he tenido oportunidad de probar el mando de Xbox One y me había dado la sensación de tener un retardo notable. Microsoft lo ha solucionado, o al menos en la unidad que tenemos nosotros no lo hemos apreciado. Los gatillos, robustos y con la sensación de que nos van a durar muchas horas de juego.

La carga del mando se puede realizar o bien a través de pilas varias o con un cable USB. En nuestro caso, hemos optado por usar el segundo. Vale cualquiera, de hecho en las pruebas que hemos realizado se ha utilizado un cable de carga de un smartphone Android.

La única pega la encuentro en el botón de Xbox. Me da la sensación de que desentona un poco ese cromado que se podía haber resuelto de forma similar a como se ha hecho en la frontal de la consola con el botón de encendido.

Los botones de ‘Select’ y ‘Start’ se han transformado en unos botones de pausa y opciones que tienen más sentido dentro del contexto actual, aunque los más nostálgicos seguiremos llamándoles así, al menos por unos cuantos años.

Honestamente, me hubiera gustado seguir de cerca y desde dentro todo el proceso de creación del mando de Xbox One. No ha sido una tarea fácil teniendo en cuenta donde estaba el listón y las expectativas de mucho. Un mando redondo pero que nos deja una duda ¿en serio las pilas alcalinas siguen siendo necesarias con la cantidad de baterías de ión de litio que tenemos?

Kinect 2, pensando más en el futuro que en el presente

Kinect, en el 2009, se convirtió en la gran apuesta de Microsoft. Con los años ha demostrado que cree firmemente en ello y que no se trataba de un simple “gimmick“ (que dirían los anglosajones) para luchar contra la popularidad desbocada, y ahora decadente, de Nintendo Wii.

Kinect 2 es mejor que la primera versión, tanto en reconocimiento de voz como en imagen, pero en tamaño ha crecido demasiado. La tendencia debería ir hacia integrarlo y hacerlo menos presente y no al revés

Tras empujarla con bastantes títulos, pero sin encontrar demasiado apoyo por las third parties, vuelve con una nueva edición. Más grande, muy grande, pero con unas especificaciones técnicas que bien justifican un accesorio bastante aparatoso.

Sólo hay que ir a la pantalla de configuración de Kinect para darnos cuenta de que la calidad con la que la cámara registra las imágenes es bestial. Ahora bien, Microsoft ha mejorado mucho el hardware, reconoce más puntos, la resolución es más alta… Pero no todo son buenas noticias.

La mala noticia es que Kinect 2 tiene mucho que pulir todavía. El reconocimiento de los gestos funciona bien, una vez calibrado correctamente, pero la voz todavía tiene mucho que aprender, al menos en español. Su funcionamiento es errático y a veces un poco frustrante.

Con el reconocimiento de palabras es un tanto irregular. A veces funciona bien, incluso reconoce palabras en inglés mal pronunciadas, pero otras veces se lía un poco. Parece que Microsoft no tiene tan afinado el software como Apple o Google.

Con los comandos de voz, el reconocimiento es más efectivo. Sin embargo, los tiempos de respuesta a veces son un poco lentos desde que decimos la palabra mágica, Xbox, para ejecutar después la acción correspondiente. Mejorable, pero nos plantea algunas dudas.

El reto del control por voz y gestos de Kinect es que sea una mejor opción que el mando. Si no es así, uno tiene la tendencia a volver a lo que le funciona sin fallos

Por ejemplo, salir de un juego con un comando de voz. ¿Es útil? Personalmente me parece más cómodo pulsar el botón de Xbox. Creo que en procesos donde sólo hay un paso de por medio dar órdenes a la consola no es transcendente.

Sin embargo, para acciones que llevan dos o más (como buscar una aplicación o un archivo multimedia) aquí cobra más sentido. Aunque lo intentamos con Kinect 2, todavía nos seguimos rindiendo a los encantos del mando.

Si antes decíamos que la mala noticia de Kinect 2 era que todavía no estaba del todo fino, la buena noticia es que se trata de un problema de software. O lo que es lo mismo: que irá mejorando con futuras actualizaciones.

Es por eso que, junto a un esperado apoyo por parte de los desarrolladores, ahora mismo Kinect 2 es un dispositivo que apunta más al futuro que a usarlo de verdad (y con todo su potencial) desde el día de salida. Pocos juegos que lo aprovechen y con la difícil tarea de convencer a los desarrolladores.

Unificando interfaces, pero con tareas pendientes

Xbox One es la culminación de un reto que empezó con Windows Phone y continuó con Windows 8. Tener continuidad en el diseño de las interfaces de todos los dispositivos que llevan software de Microsoft.

No lo oculta, y en las últimas versiones de 360 ya se dejaba ver cuál sería la dirección en la próxima generación. Por un lado, muchos aciertos para una interfaz que se aplana y que a veces puede ser un poco confusa.

De hecho, la primera sensación que da, una vez hemos hecho la configuración, no deja muy claro dónde está todo. La navegación es horizontal, con todas las tiendas y servicios a la derecha, guardando el espacio de la izquierda para nuestros juegos y aplicaciones.

Todas ellas, quedan encuadradas en un menú de “juegos y apps“ que parece más un cajón donde se van depositando todas las cosas sin mucho orden. Por fortuna, como en Windows Phone y Windows 8, podemos anclar elementos al escritorio.

A algunos elementos, esta simplificación le ha sentado muy bien. Por ejemplo a las fichas de los juegos descargables en el bazar de Xbox Live. Todavía hay trabajo pendiente, y habrá actualizaciones importantes seguro, pero van en buena dirección.

Lleva un tiempo adaptarse a la interfaz, a cómo están ordenadas las diferentes opciones y al funcionamiento de algunas novedades, como la posibilidad de abrir dos aplicaciones al mismo tiempo.

La idea es muy buena, y ya la vimos en Windows 8. La posibilidad de tener una columna en uno de los laterales con una aplicación que sirve como compañera de otra principal, que ocupa el resto de la pantalla. Muy útil, cuando descubres cómo funciona.

No hay ningún tipo de guía dentro de la consola que te ayude a descubrir cómo funciona esta función. Lo natural sería moverse por las dos como si fuera la misma ventana pero no funciona así.

Tenemos que ir pasando de una a otra con el botón de Xbox en el mando como si fuera una bisagra. Una idea buena pero con una inserción algo tosca. De hecho, intentar ver twitter mientras jugamos (al menos desde la versión web de Internet Explorer) no está bien adaptado.

Servicios: una pequeña parte de un todo por definir

La unificación de interfaces no es un capricho de Redmond para dar más consistencia y reforzar la marca de Microsoft. Va más allá de los elementos estéticos para acercar desarrollos entre plataformas.

El toque Windows no es sólo los tiles, lo es también el esfuerzo que está haciendo internamente (software y hardware) para atraer a desarrolladores. Quieren facilitarle las herramientas, y el tiempo ya invertido en el sistema operativo de escritorio.

Cuando empiecen a llegar aplicaciones pensadas para esa columna, veremos el potencial de esta función de doble ventana. De momento su utilidad queda relegada a ver nuestra lista de amigos y poder controlar la grabación de nuestras partidas. Función que por cierto funciona realmente bien.

Yendo más allá de esta función, Microsoft define la nueva generación de consolas no sólo como una plataforma de videojuegos sino como un centro de convergencia donde podamos hacer de todo.

La clave para “entender” la nueva Xbox One es pensar en ella como mucho más que una consola y hacerlo además a años vista

La competencia ya no es sólo con Sony y Nintendo, lo es tan bien por la lucha para ver quién tiene mejor oferta de contenidos. En Estados Unidos llevan muchísimo terreno ganado con las retransmisiones deportivas, en el resto del mundo hay mucha tela que partir.

Es quizá en este apartado donde Microsoft deja ver con Xbox One que se trata de una apuesta a largo plazo. Tiene unos cuantos servicios ya, entre propios y los heredados, pero el objetivo es seguir atrayendo a más y más. El negocio para Redmond no sólo está en los juegos.

Juegos, porque Xbox One, sorpresa, es una consola

Resulta curioso hacer una reseña de una consola, escribir más de 2000 palabras sobre ella a estas alturas, y no haber hecho una mención todavía a los videojuegos. Un pequeño recordatorio para los rezagados: Xbox One también reproduce videojuegos.

Aunque Microsoft está haciendo un gran esfuerzo por convertir a Xbox en un centro de entretenimiento que va más allá de los videojuegos, no nos engañemos: siguen siendo los dueños y señores, además de la razón de ser, de Xbox.

Guste o no, recordemos aquellos rumores que decían que Elop vendería la sección de Xbox al mejor postor si llegara a ser CEO de Microsoft. Eso está por ver. Volvamos, o vayamos mejor dicho, a los videojuegos de Xbox One.

Cuando pasamos de Xbox a Xbox 360, o Playstation 2 a Playstation 3, poco tardamos en ver que el salto entre ambas generaciones era grande. Incluso con títulos algo toscos, y que rápido quedaron desfasados, se vio que había un cambio. Por fin la tecnología permitía subir ese listón con creces.

Actualmente cuesta admitir que estemos ante una nueva generación de consolas pues eran muchas las promesas durante todos estos años que no hemos podido ver todavía

Ese fenómeno no se va a volver a reproducir. Las mejoras, en esta nueva generación, parecen no apuntar tanto a que los gráficos sean más realistas sino a mejorar otros aspectos como las partículas o la cantidad de detalles en pantalla. De la resolución, parece que todavía nos toca esperar para tener 1080p y 60fps como algo normal. Y el 4k a la vuelta de la esquina. De hecho, para la prueba de esta consola contamos con una de las nuevas Samsung F9000 en su versión de 55 pulgadas, con panel 4K y que tienen mucho sentido para esta nueva generación de consolas que prometen tanto a nivel de gráficos.

¿Los juegos de Xbox One se ven espectaculares? Sin duda, Forza y Ryse son muy buenos ejemplos de ellos. Ahora bien ¿habría sido posible cualquiera de los dos en las consolas actuales o en un PC de gama alta? Aquí las respuestas, según a quien le preguntes, son más dispares.

Hablando de juegos, cuando introduzcáis un disco en la consola, id preparándoos para una generosa descarga e instalación que puede llevar un buen rato, según el título y la velocidad de nuestra conexión a internet.

La buena noticia es que las descargas (e instalaciones)están diseñadas de tal modo que se da prioridad a la primera parte jugable para no tener que esperar a todo el proceso, que además se realizará en segundo plano.

Es cierto que esta vez no vamos a asistir a un cambio tan grande, más teniendo en cuenta que en la anterior, y actual, hemos tenido grandes representantes como Beyond: Dos almas. Si seguimos, la lista engorda considerablemente.

Habrá que esperar unos años, para que los desarrolladores puedan exprimir el potencial de estas consolas. Sin embargo, la cuestión crítica no es sólo el potencial gráfico sino la construcción de nuevas franquicias.

Microsoft, en este sentido, ha apostado por algunos títulos nuevos como Ryse en primera línea y otros más discretos para darle un impulso a la mal llamada escena independiente. Sin embargo, siguen apostando mucho por los valores que les han funcionado bien.

Para apreciar el verdadero potencial de la nueva generación de consolas tenemos todavía que esperar. Las bases, eso sí, ya están puestas.

Dead Rising, Call of Duty: Ghosts… Personalmente me alegro de la vuelta de Dead Rising, así como de Killer Instict pero espero que el reenganche con las franquicias blockbuster como la de Activision sólo sirvan como reclamo para construir ideas nuevas.

De momento, el catálogo de salida de Xbox One es decente. Ni muy largo ni tampoco escaso. El próximo E3 va ser realmente emocionante porque será, con toda seguridad, cuando los principales estudios comiencen a hacer anuncios de sus nuevos juegos para Xbox One y PS4. ¿Será también la feria que empiece a jubilar a PS3 y Xbox 360? Ya veremos.

Xbox One, la opinión de Xataka

Cuando analizamos un producto, y hacemos una valoración con las cosas buenas y las malas, hay un factor que muchas veces obviamos pero que es fundamental para hacer un juicio justo sobre un producto: su vida.

No me refiero a cuánto tiempo va a funcionar, sino cuándo llegará la renovación del mismo. Con los móviles suele ser fácil, ya que son anuales. ¿Esto es bueno? Depende. Para los consumidores es un fastidio, con la obsolencia programada como mantra.

Para los creadores, significa que tienen un margen más amplio para cometer errores. Esto no quiere decir que vayan a hacer su trabajo mal, sino que pueden apostar por ideas nuevas y diferentes, valorar la recepción y al año siguiente sacar un modelo nuevo que revise los problemas y el feedback previamente registrados. Además, suelen ser desarrollos más económicos.

La nueva generación de consolas ha iniciado ahora una carrera de fondo, y así hay que entenderlo

Poner una consola en marcha, y no digo darle al botón de encendido, es una inversión económica titánica. No sólo eso, son productos que tienen una vida larga, seguramente la próxima consola de Microsoft no llegue, si es que lo hace, en probablemente siete o diez años.

¿Qué quiero explicar con todo esto? Que hay poco margen de error. Hay que construir unas bases sólidas, tener un buen plan para abordar una carrera larga, con muchos imprevistos y donde habrá que pelear duro cada día para ser la consola dominante en el salón.

Es cierto que se pueden cometer fallos en el software y solucionarlo con actualizaciones, también con el hardware sacando modelos ligeramente renovados. Sin embargo, sin un plan de futuro puedes pasarlo mal, muy mal.

Analizar y valorar una consola en su lanzamiento es difícil. La reseña que hagamos hoy, sería muy diferente a la que haríamos con la consola con unos cuantos años de vida. Es por eso que no sólo hay que valorar la consola, con sus cosas buenas y malas sino su propuesta para el futuro.

De momento Xbox One no ha demostrado todo su potencial. Lo cual es bueno, porque demuestra que tiene mucho que crecer todavía. Aunque también es malo para quienes estén dudando, y prefieran guardar ese dinero para un futuro, cuando posiblemente tenga alguna rebaja o venga en algún bundle con alguna oferta más atractiva.

A la otra gran pregunta ¿PS4 o Xbox One? Difícil respuesta, que lo sabremos cuando probemos la propuesta de Sony a fondo. De momento Microsoft tiene buenas piezas sobre la mesa, con errores que estamos convencidos pulirán poco a poco.

La consola ha sido cedida para la prueba por parte de Microsoft y el televisor por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas

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La noticia Xbox One, análisis fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos.

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