Pueblo Mágico, el mismo nombre es evocador, un sitio no muy grande, con muchos rincones para descubrir, lugares que cuentan leyendas, historias, romances que habitan entre sus muros o a la vera de sus calles, y es que si te fijas detenidamente, así es México, un conjunto de lugares mágicos, maravillosos, que en toda su extensión, si abrimos bien los ojos, nos permite soñar, y agradecer el milagro de vivir y poder disfrutar de este generoso país.
Desde hace algunos años, la Secretaría de Turismo comenzó con el proyecto de Pueblos Mágicos, con la idea de dar a conocer esos sitios que tienen grandes atractivos turísticos pero que pocas veces son visitados, ya que no se les había dado suficiente difusión. En ellos encontramos las auténticas manifestaciones de la cultura que nos identifican como nación. Te invito a conocer algunos de ellos.
Loreto, BCS.
Loreto es un paraíso encantador, resguardado por la Sierra de la Giganta y a orillas del Mar de Cortés al cual Jacques Cousteau nombrara como "el acuario del mundo". A partir de esta población se poblaron la Alta y Baja California, y de hecho las misiones jesuitas que se establecieron en su territorio, fueron la cuna de la evangelización y lograron desplazar a los grupos indígenas que vivieron ahí desde antaño, pero dejaron en sus cuevas la huella de su existencia a través de las pinturas rupestres.
En el mercado es posible encontrar pescado fresco entre los que destacan el dorado, el marlin, el pez vela, la mojarra el huachinango y la almeja chocolata. Además en sus extensas playas puedes tomar el sol los 365 días del año, y si lo que te apasiona es el buceo, también podrás practicarlo en alguna de las islas que rodean Loreto.
Creel, Chih.
Creel es el punto de entrada a las Barrancas del Cobre en el estado de Chihuahua, su plaza de armas es uno de los puntos que no puedes pasar por alto, alrededor de ella encontrarás la Iglesia de Cristo Rey y el Templo de Nuestra Señora de Lourdes. Uno de los puntos más emblemáticos de este pueblo mágico es su monumento a Cristo Rey de 8 metros de altura.
Los indígenas rarámuris (también conocidos como tarahumaras) han dominado el arte de la cestería, y también el arte de hacer violines asesorados por luthiers italianos. Las piezas de arte hechas por ellos pueden ser admiradas en el Museo o Casa de las Artesanías. En su estación de tren puedes abordar el Chepe que te llevará a conocer distintos parajes de las Barrancas del Cobre, un cañón más grande que el del Colorado, con impresionantes paisajes, acantilados y caudalosos ríos.
Cuatrociénegas, Coah.
Venustiano Carranza vio su primera luz en Cuatrociénegas, Coahuila pero más allá de los vestigios de historia reciente, los de historia antigua son los que realmente nos interesan. Es una delicia llegar a las proximidades del pueblo y encontrarte con distintos balnearios de aguas termales y colores que parecen salidos de un sueño, pues sus aguas turquesas nos sorprenden en medio del desierto.
Además de contar con varias especies endémicas de fauna como la tortuga bisagra y la mojarra coahuilense, también tiene algunas cactáceas que solo se dan en esta área del país. Cada dos años entre octubre y noviembre se celebra el Festival de Globos Cuatrociénegas, y es una experiencia que vale la pena disfrutar. La siguiente edición es en este año 2016.
Arteaga, Coah.
En Arteaga puedes encontrar una pista de esquí que permanece abierta los 365 días del año, y es que este pueblito de la Sierra Madre Oriental, por su altitud, llega a temperaturas bastante bajas durante el invierno, y en los meses cálidos la pista se mantiene con nieve artificial.
En Arteaga también se cosechan deliciosas manzanas en septiembre se lleva a cabo la Feria de la Manzana y las calles se adornan con la presencia y el sabor de esta fruta. También hacen conservas y licores de diversas frutas como el perón, el membrillo, la manzana y la granada. La prenda típica que puedes encontrar en sus calles es el sarape que se utiliza para repeler el agua y el frío. Los lugareños la han bautizado como "La Suiza de México", y la razón es simple, sus fragantes bosques y la sierra que rodea al pueblo le dan ese aire europeo, en pleno México.
Parras de la Fuente, Coah.
La primera casa vinícola del país vio su primera luz en Parras de la Fuente, se llama Casa Madero y produce algunos de los vinos más renombrados del país, en agosto se lleva a cabo el Festival de la Vendimia a donde acuden personas de todo Coahuila, de otras partes de México y hasta de Estados Unidos para convivir y compartir las bondades de la cosecha de la uva.
Este lugar conocido como el oasis de Coahuila, tiene entre sus atractivos la iglesia del Santo Madero, la cueva de los murciélagos, cañones que albergan pinturas rupestres y son ideales para practicar deportes de montaña. Y no debes dejar de visitar el estanque de la Luz donde Tomás Alva Edison instaló una turbina hidroeléctrica para perfeccionar la bombilla, convirtiendo así a Parras en el primer pueblo del continente en contar con iluminación eléctrica.
Real de Catorce, SLP.
Otrora un pueblo rico en plata, que presumía su poderío económico con un largo túnel al que los lugareños rinden tributo en el Festival de Ogarrio del 27 de marzo al 2 de abril vistiéndose con ropas del siglo XIX en conmemoración del año 1901 cuando fue inaugurado, Real de Catorce es un lugar abundante en leyendas, en misticismo, en huicholes que suben al Wirikuta para hablar con sus dioses.
Si no fuera porque se ha dedicado netamente al turismo, Real de Catorce se habría convertido en un pueblo fantasma, sus minas rebosaban de plata junto con las de Guanajuato y Zacatecas y en su mejor época contaba con 15mil habitantes, hoy solo quedan mil. Una de las razones por la que se visita este mágico lugar es por la ingestión del peyote que nace en el desierto Wirikuta, y que los huicholes consumen de manera ritual para recibir el "don de ver".
Xilitla, SLP.
Xilitla es famoso por haber sido cuna del sueño surrealista de Edward James, un británico medio loco y millonario que fue mecenas de René Magritte, Salvador Dalí y Leonora Carrington y llegó a estos parajes para realizar esculturas que se amalgamaran con la selva tropical en esa parte de la sierra, y que quedaran como vestigios de una "antigua civilización", esa era su idea. Visitar "Las Pozas" y "El Castillo" es imprescindible, pues mucho del encanto de Xilitla se lo han dado estas construcciones.
Los lunes son días de mercado, los indígenas bajan a la plaza principal del pueblo con su majestuosa iglesia dedicada a San Agustín, para ofrecer sus conservas, frutas, verduras y un café delicioso que te venden aromatizado con vainilla, chocolate y otras esencias. La música que acompañará tu recorrido es el huapango, y no debes dejar el pueblo sin antes probar un delicioso zacahuil en el mercado, un tamal de hasta dos metros de largo, relleno de pollo o puerco que se cuece durante dos horas en grandes hornos de barro.
San Sebastián del Oeste, Jal.
Un pueblecito de ensueño, que se habría convertido en fantasma si no fuera porque la gente de Puerto Vallarta, ha decidido darle una nueva vida. Cuenta con una vegetación particular que combina la selva con los bosques de pinos, oyameles y encinos, además desde su mirador en el cerro de la Bufa, se puede ver en días despejados el Océano Pacífico.
Las antiguas haciendas cafetaleras son las que le dan ese aire de antaño que nos lleva a caminar por sus estrechas y empedradas calles, y disfrutar como si hubiéramos viajado en el tiempo a épocas de mayor abundancia. Durante algunos años San Sebastián también fue una potencia minera con una población de hasta 20 mil habitantes, pero en la actualidad quedan poco más de 600. No debes irte de este lugar sin probar los mezcales, el café orgánico y las cajetas de diferentes sabores. Si te gusta fumar puro, puedes preguntar por los que elabora Don Raúl Bernal en la Oficina de Turismo.
Tequila, Jal.
Cuna de la bebida espirituosa que emana del agave azul, Tequila es también un lugar para disfrutar de la música de mariachi, de hecho, es posible hacer un recorrido en tren desde Guadalajara (los fines de semana) para conocer los distintos productores de tequila, amenizado con música de mariachi y degustaciones en el trayecto de poco menos de 60 kilómetros.
Pero Tequila no es solo la bebida, son sus calles empedradas, su talabartería, los barriles de roble que se personalizan para guardar licores, sus iglesias como la de Santiago Apóstol del siglo XVII o la de la Santa Cruz que ofrece una vista impresionante del pueblo. También te recomiendo los paseos en tranvía para que disfrutes de un recorrido guiado por el centro histórico de la ciudad.
Mazamitla, Jal.
Enclavado en la Sierra del Tigre en el estado occidental de Jalisco, Mazamitla te recordará una población de los Alpes, entre montañas, bosques, clima templado a frío que dan ganas de pasársela comiendo todo el tiempo, para eso nada mejor que un menudo con sus tortillas recién hechas a mano, además si lo tuyo es la pesca, no debes pasar por alto una visita a la Barranca Verde donde podrás pescar tu propia trucha y ellos la cocinarán para ti.
Si vas durante el mes de octubre, no puedes perderte el Festival de las Flores donde la reina es la amapola silvestre, y encontrarás infinidad de especies, colores y aromas por las calles principales del pueblo. Una de las cosas que más me gusta es que desde que llegas, el aire puro y el aroma de la resina de pino impregna el ambiente, dándole ese aire de bosque que te lleva a sentirte en un lugar de ensueño.
Comala, Col.
Protagonista del Pedro Páramo de Juan Rulfo, Comala es un rincón del estado de Colima a orillas del Volcán de Fuego. Sus jardines, su kiosko de origen alemán y su café son emblemáticos, pues la primera hacienda cafetalera se estableció a finales del siglo XIX. La gente de Comala también sabe tallar la madera y ofrece artesanías de caoba y parota.
Si de bebidas se trata, no debes pasar la oportunidad de tomarte un rico tejuino en los portales en alguno de sus famosos restaurantes botaneros. Si lo que te interesa son los equipales, aquí en Comala queda un artesano que los elabora en su taller, se trata de Don Roberto Gómez. Tampoco puedes irte de Comala sin probar un rico ponche de granada, nuez o zarzamora.
Esta es la primera parte de los Pueblos Mágicos de México, pronto publicaremos la segunda
Imágenes | Loreto | Creel | Arteaga | Parras de la Fuente | Real de Catorce | San Sebastián del Oeste | Tequila | Mazamitla | Comala
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La noticia Los 19 pueblos mágicos de México que desearía visitar (I) fue publicada originalmente en Xataka México por Tania Campos .