2014-07-18



Juan Masnik y Yo (Image Credit: Prof. Bernabé Nicolás Pagani)

Por: Prof. Bernabé Nicolás Pagani

Montevideo, Uruguay - Poco después de las 6 PM llegamos a la casa de ex-jugador de los Cosmos Juan Masnik, en la calle Marco Bruto, ciudad de Montevideo, Uruguay.

Masnik hijo me indica que suba las escaleras para encontrarme con su padre, el gran ex-futbolista con una carrera brillante: jugó en  Peñarol, Cerro y Nacional (con el cual ganó la Copa Libertadores de 1971, la Copa Intercontinental de 1971 y la Copa Interamericana de 1972) de Uruguay,  Gimnasia y Esgrima de La Plata (Argentina), New York Skyliners y New York Cosmos (Estados Unidos) y Universidad Católica de Chile.

Después de su retiro, fue director técnico de Nacional de Uruguay y de varios equipos de El Salvador: C.D. Luis Ángel Firpo, donde obtuvo  el segundo campeonato de la historia del club. En la temporada 1992-93 dirigió el C.D. FAS, entre 1994 y 1995 el Atlético Marte, y entre 1996 y 1997 dirigió al Alianza, obteniendo tanto el título local como el Grandes de Centroamérica.

La hospitalidad y la simpatía de mi entrevistado me hacen sentir muy cómodo y la entrevista me regalará horas de historias, esas historias fantásticas que nos pueden contar los que han vivido el fútbol de alto nivel desde adentro.

En una publicación que he llevado (un artículo titulado Cosmos Outlook, aparecido en 1975 en KICK Magazine, que reprodujera cosmos.com), Juan observa fotos que le son familiares.

Recuerdo este partido, con los Toros de Miami… ahí está John Kerr, Mark Liveric… con Mark compartí muchas veces la habitación del hotel en las giras. Werner Roth… te contaré algo de él después. En ese partido me lesioné seriamente la rodilla y estuve bastante tiempo fuera de la cancha. Arnold Ramírez me ayudó en la recuperación de esa lesión, sabía mucho de eso. La lesión me alejó 4 o 5 partidos del equipo.

¿Su llegada al Cosmos, se relaciona de alguna manera con la experiencia de 1967 con los Skyliners?

No, no tiene relación con mi llegada al Cosmos;  llegué por el Mundial de 1974, donde fui capitán de la selección uruguaya. Desde allá hicieron algunas tratativas, finalmente, me dieron los pasajes para Nueva York y $ 10.000.

¿Qué más recuerda de aquel torneo en que Cerro fue New York Skyliners?

Ellos querían introducir el fútbol profesional, el soccer como le llaman, y tuvieron esta idea: contratar a equipos completos que representaran a ciudades de Estados Unidos. A nosotros nos contrató nada menos que quienes manejaban el Madison Square Garden de Nueva York.

El partido más recordado por nosotros es el que le ganamos a Stoke City de Inglaterra (para ese torneo llamado Cleveland Stokers), donde jugaban Gordon Banks y Bobby Moore, entre otros. Un brasileño, Canaveira,  que jugaba con nosotros hizo un gran gol eludiendo a varios jugadores ingleses –incluyendo a Banks- y metiéndose en el arco con la pelota.

Masnik me muestra una publicación de los Skyliners, donde se explica lo básico de las reglas del fútbol  e incluye un plano de la cancha, indudablemente, se pretendía que los aficionados norteamericanos conocieran ese deporte que ellos llaman soccer. En varias fotos, mi entrevistado aparece antes de un partido  acompañado de la entonces Miss USA y Miss Universo, Sylvia Hitchcock.

¿Recuerdas tu llegada a Nueva York en 1975?

Era un día muy gris, con niebla, llegamos todos los uruguayos: Omar Caetano, Julio Correa, Américo Paredes, Alfredo Lamas, y yo. Nos instalan en un edificio realmente sombrío, incómodo, sin luz. Allí estaban John Kerr, Gordon Bradley y un uruguayo, Alvaro Riet, periodista deportivo, que era el intérprete.

A Riet le dije: “pregúntales si no saben con quienes están hablando. Caetano es dos veces campeón intercontinental y campeón de la Libertadores de América, yo soy capitán de la selección uruguaya, campeón de la Libertadores e Intercontinental… diles que me voy a un Hotel.”

Estábamos allí con toda la familia, llevábamos niños que necesitaban descansar y estar cómodos, ese lugar no era adecuado. Finalmente estuve en ese hotel un par de meses, hasta que me entregaron una casa muy cómoda, que aún se conserva en la Avenida 52, Queens. Caetano vivía en un piso y mi familia en otro.

¿Que le pareció el nivel de juego que encontró en su nuevo equipo?

Era difícil adaptarse a reglas distintas en el juego; había dos líneas más en el centro del campo, dentro de ese espacio, no existía el offside, había que adaptarse a eso. Tampoco había empates, los partidos se definían por penales. No teníamos un gran equipo, mejor dicho, muchos no eran muy profesionales ni eran muy disciplinados, para lo que yo estaba acostumbrado.

Recuerdo sí que Mordechai Spiegler era un gran jugador, yo lo llamaba “Cuchara” (Spoon) por la manera en que manejaba la pierna izquierda, como si fuera una cuchara, el arquero era bueno, Sam Nusum, de Bermuda. También recuerdo a Joe Fink, a De La Fuente, Nelsi Morais, Kerr, Roth, Picciano, Jorge Siega.

Jorge siempre usaba una rodillera para protegerse; De la Fuente tenía un físico muy particular, casi no parecía un jugador de soccer, sino más bien de rugby. Creo que el mejor jugador de ese año fue Julio “Colorín” Correa.

¿En la defensa, jugabas con Werner Roth, verdad?

Sí, jugaba con Roth, él a la derecha y yo a la izquierda. Un día Bradley nos reunió a Werner y a mí. Me dijo: “Juan, cuando quieras que Werner cabecee el balón por alto, dile JUMP WERNER!… cuando necesites que retroceda hacia la defensa dile COME BACK, WERNER!… entiendes?.”

Seguidamente, le explicó a Roth algunas palabras en español para que se comunicara conmigo. Todo parecía muy fácil, Werner aprendía algo de español y yo algunas palabras en inglés… pero durante los partidos, en los momentos más necesarios, nos olvidábamos que palabra utilizar. Así que en vez de decirle COME BACK!, le gritaba VUELVE! a Werner, que no entendía nada.

Años después mientras mirábamos con la familia la película “Victory” –Escape a la victoria- les decía: “yo jugué con ése… el capitán alemán!”.

¿Usted se encontró con un fútbol diferente?

Sí, era diferente, como los partidos de Indoor Soccer; algo que me parecía insólito, increíble. Los mismos jugadores que jugábamos en el plantel principal, también jugábamos esa especie de fútbol-sala, donde era común sufrir lesiones, no solo por el piso, sino también por la violencia de los juegos. Una vez debíamos viajar a Los Angeles –nada cerca, no?- y yo dije que no jugaría, finalmente jugué y resultamos varios lesionados.

¿El entrenador era Gordon Bradley, verdad?

Sí, era Bradley el entrenador, recuerdo que a veces jugaba en el equipo; de hecho una vez él mismo me sustituyó durante el partido, creo que fue en Jamaica.

Después llegó el Profesor Mazzei…

Mazzei era muy buena persona, llegó con Pelé. Muchas veces viajé en la limousine de Pelé; adelante el chofer y el guardaespaldas, que era cubano;  atrás Pelé, el Profesor Mazzei y yo. Cuando llegó Mazzei nos dimos cuenta que iba a haber un recambio de jugadores, era evidente que Pelé iba a llevar a su gente.

De todos modos, como yo había terminado la temporada jugando en gran nivel y Clive Toye me escribió en diciembre (Juan me muestra la nota firmada por Clive Toye) diciendo que iban a renovarme el contrato, pensé que seguiría una temporada más. Después me mandaron otra carta en febrero, diciendo que iba a ser transferido  al Puebla o al Potosino de Mexico, dije que no.

Toye, durante la gira europea de 1975 me había dicho: “en Suecia very good, en Noruega very, very good. En Roma: fantastic!”. En el partido contra Roma, el 13 de septiembre del 75, tuve una noche excepcional, un periodista dijo de mí que era fuerte “como el Peñón de Gibraltar”.

Esa gira tuvo muy buen nivel, jugamos en Suecia, Noruega e Italia. En Suecia, enfrentando a Malmö, Nelsi Morais tuvo una grave lesión: fractura expuesta. En Roma, donde hicimos un gran partido, a Pelé lo golpearon mucho, lo destrozaron.

Cuéntame algo más sobre Pelé

Pelé era un jugador increíble, un líder y muy inteligente.  Frente a Valerengen en Noruega, íbamos perdiendo. Recuerdo que Pelé me gritaba “Juan… arregla la defensa, es un desastre; acá adelante me encargo yo”, parece que lo logramos, pues terminamos ganando 4 a 2.

Otro día en una práctica vemos que llega un equipo de producción, cámaras, actores… Pepsi Cola iba a filmar un comercial con Pelé. Él jugaba y los actores seguían de largo, lógicamente, la publicidad lo mostraba haciendo todo muy fácil. Al terminar la filmación, vi que a cada actor le daban 50 dólares, así que le dije: “Pelé, si se ganaba dinero tan fácil, hubiese actuado yo…”, él me contestó: “no Juan, no podías quedar en ridículo en la publicidad”.

Pelé tiene mucho ingenio para contestar a los periodistas, generalmente íbamos a las conferencias de prensa Gordon (Bradley), Pelé y yo, así que asistí a varias respuestas ingeniosas. En una ocasión después de un partido en que Cosmos le ganó a Puerto Rico 12-1, un periodista le preguntó si alguna vez podría haber niños portorriqueños que jugaran bien al fútbol.

Pelé contestó, “Soy Rey, no Dios”; otra vez lo interrogaron si era cierto que ganaba más de tres millones con el Cosmos y contestó: “no sé, cada vez que me siento a contar mi dinero, no puedo terminar.”

¿De la gira europea de 1975, tienes una historia interesante con un jugador italiano?

Sí, el jugador es De Sisti. Lo curioso es que el primer partido que jugué en Europa, en 1964, con Peñarol,  fue en el estadio olímpico de Roma, allí jugué contra Giancarlo De Sisti. El último partido que jugué en Europa fue en el mismo estadio, frente a la Roma, con la camiseta del Cosmos. Allí enfrenté nuevamente a De Sisti, once años después.

Y en 1974, antes del mundial, jugué por la selección uruguaya frente a Fiorentina, en Florencia, un amistoso ¡y allí también estaba otra vez Giancarlo De Sisti!. Lo busqué al terminar el partido y le dije que éramos bambinos en 1964 y ahora ambos éramos capitanes: él de Fiorentina, y yo de la selección nacional de Uruguay.

¿A propósito del Mundial de Fútbol de 1974, siempre quise preguntarte que te pareció Holanda. ¿Era tan buen equipo como dicen?

Creo que fuimos al Mundial creyendo que el gran rival era Suecia, fue un error. Entré al campo al lado de Johan Cruyff, él y yo llevábamos los banderines para intercambiar. Cuando nos formamos para escuchar los himnos nacionales, Cruyff me miró fugazmente y después miró a sus compañeros.

En ese momento los miré yo también, me impresionaron sus físicos muy trabajados y la confianza que demostraban; ya tenía yo mucha experiencia en ese entonces, sabía lo que era un buen jugador con sólo mirarlo, así que supe que sería muy difícil el partido. Era muy difícil marcarlos, rotaban continuamente,  hicieron un gran partido. Nos ganaron 2-0 y pudo ser más. Nuestro arquero, Mazurkiewicz se desempeñó muy bien.

Un dato curioso es que quien sería después un gran amigo cuando llegué a New York, Arnold Ramírez, aquien ya nombré,  estaba viendo el partido en pantalla gigante en el Madison Square Garden y gritaba: “¡que lo expulsen, que lo expulsen!” en una jugada en que pisé a Johnny Rep. Mi futuro amigo pedía que me mostraran la tarjeta roja…

Veo que tienes una foto con Robert Redford, quien al año siguiente tendría gran suceso con la película “Todos los hombres del presidente”

Si, es verdad, hice una sesión de fotos con Robert Redford, también con Charlton Heston. Con Redford me encontré en el Rockefeller Center; me prometió que iba a ir a ver al próximo partido de Cosmos, y así lo hizo.

¿Podemos decir que tienes buenos recuerdos de tu paso por el New York Cosmos?

Sí, fue un buen año, me hubiese gustado quedarme y siempre pensé que había hecho méritos para ello. La gente me aplaudía mucho y les gustaba mi manera de jugar. Me alegro que Cosmos haya vuelto a jugar.

Me despido de Juan Masnik con ganas de seguir escuchando más y más historias de fútbol, me siento feliz por la oportunidad que he tenido. Me voy conversando con Juan Masnik hijo, ya un amigo, mientras pienso que es extraño que haya conocido al gran capitán de la selección uruguaya porque en 1975 jugó en un equipo con sede a 8.600 kilómetros de Montevideo. Precisamente ese año, me enteré que Cosmos existía… el equipo del que soy hincha. El equipo de Juan Masnik.

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