Tweet This Post Post to Facebook Post to Google Buzz Post to LinkedIn
EL PAÍS QUE DESAPARECIÓ.CALLE GALIANO, LA MÁS ELEGANTE.
Denominada oficialmente Avenida de Italia desde 1917, todos la conocen como la calle Galiano. Debe su nombre a don Martín Galiano, ministro interventor en las obras de fortificación de la ciudad.
Fue la primera gran calzada transversal que sustituyó un camino que unía, a través de puentes y alcantarillas, el viejo Camino del Arcabuco (San Lázaro) con el de San Luis Gonzaga (Reina). En el lugar donde comienza, existieron unas canteras que aseguraron las piedras para construir las primeras edificaciones de La Habana.
En 1860 ya era la más hermosa calle de la ciudad por sus edificios de buena construcción, muchos de dos pisos con amplios portales de columnas, donde las familias en las tardes se sentaban a conversar. Junto a la iglesia de Nuestra Señora de Monserrate, se encontraba la residencia de los condes de Buenavista, ocupada después por el periódico El País hasta su traslado al edificio propio que se construyó en la Calzada de Reina. Sobre la calle Zanja existieron un baño público y el Puente de Galiano.
Pronto se transformó en una calle eminentemente comercial, siendo durante la época republicana, la más importante y elegante de todas, con las mejores tiendas por departamentos, joyerías, locerías, etcétera.
Comienza en el Malecón, con el edificio del Hotel Deauville, construido en los años 50 con un 50% de inversión canadiense, y cuyos equipos del salón de juegos fueran lanzados a la calle y destruidos en algunos actos vandálicos del primer día del año 1959. Después de nacionalizado comenzó a depauperarse y, últimamente, ha sido remozado para obtener divisas del turismo.
Cruzando San Lázaro existían algunos comercios para la venta de mascotas, preferentemente aves, hoy desaparecidos. En Galiano y Lagunas funcionaba el café Las Villas y en la esquina de la calle Virtudes, en el número 164, el hotel Lincoln, un establecimiento tranquilo que se hizo famoso porque en él se produjo en 1957 el secuestro del as del volante argentino Juan Manuel Fangio, noticia que en ese momento recorrió el mundo.
A continuación, por esa misma acera, edificaciones venidas a menos, incluyendo la que perteneciera a los condes de Buenavista, y la iglesia de Nuestra Señora de Monserrate, que aparece como una isla en medio de un entorno decadente. Enfrente, los locales que pertenecieron a la tienda de ropa deportiva Cancha en el número 205, y a Miralda, en el número 213, un comercio dedicado a la venta de equipos electrónicos y de discos con grabaciones musicales.
ANTIGUA JOYERIA LONDON
Más adelante, el local de la famosa cafetería El Camagüey, donde se ofertaban exquisitos batidos de frutas naturales. Después, la cuadra de Galiano entre Concordia y Neptuno, donde en 1880 estuvo la Sociedad de Recreo de la Colonia Catalana en Cuba, con una sala teatral; más tarde la Sociedad Gallega Aires de Miña Terra; en 1899 el Teatro Cuba, que ofrecía piezas del género vernáculo; en 1908 El Molino Rojo, con piezas del género picaresco, zarzuelas y cortos del cine mudo; en 1923 el Teatro Cubano, que presentaba obras cubanas; en 1927 el Teatro Regina, que también proyectaba algunos cortos y películas mudas entre sus variedades, siendo donde Rita Montaner estrenara la zarzuela Niña Rita con la canción “Mamá Inés”, con música de Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet, cerrado en 1930 y, a partir de 1936, Radio Cine con 2.600 capacidades.
En ese lugar, tradicionalmente dedicado a la farándula, en 1941 se construyó, respetando el local del Radio Cine e integrándolo a la nueva edificación, el imponente edificio América, de 10 pisos y más de 70 apartamentos, que en realidad se llama edificio Rodríguez Vázquez, en honor al padre de su propietario.
El hermoso cine-teatro América, de 1.770 capacidades, con su elegante diseño interior Art Déco, tuvo como primera proyección cinematográfica El cielo y tú, interpretado por Bette Davis y Charles Boyer, y un primer show donde se presentó Pedro Vargas. Allí se estrenó, en 1943, el filme Casablanca, y actuaron figuras como Lola Flores, Libertad Lamarque, Tito Guízar, el trío Los Panchos y, en 1950, Josephine Baker. Hoy está dedicado a ofrecer variedades musicales.
El local de Radio Cine, absurdamente bautizado después Jigüe, fue transformado en 2002 como la actual Casa de la Música Habana. En los bajos del mismo edificio se encuentra la cafetería América, en su tiempo magnífica y regenteada por chinos, y hoy decadente, como todos los comercios estatales. En la acera de enfrente, la original edificación forrada de celosías que, cuando se construyó en los 50, todos llamaron “La Colmena”, dedicada a un parqueo vertical y, en su planta baja, a joyería y cafetería, hoy convertido en un taller de mecánica automotriz, utilizando su rampa de acceso al piso superior y, continuando, en el número 307 la tienda La Isla y una pequeña sala de teatro en un segundo piso, hoy desaparecida.
En la esquina de Neptuno, la importante tienda por departamentos La Época, donde cada año los clientes “hacían su agosto”, inaugurada en 1927 y, después, totalmente modernizada. Tapiadas hoy sus vidrieras centrales con puertas metálicas de corredera ante el temor a los robos en una zona de elevada marginalidad, actualmente la tienda más grande de Galiano pervive sin sus escaleras rodantes, teniendo que utilizar los clientes una estrecha escalera lateral para subir y bajar, y con servicios sanitarios fáciles de ubicar por el mal olor que despiden.
A continuación, se alza una edificación en estado crítico donde antes hubo un hotel y el terreno donde se encontraba la también tienda por departamentos La Ópera, “la esquina del ahorro”, construida en 1877, desaparecida desde hace años por derrumbe. Enfrente, queda una antigua locería convertida en una tienda de venta de productos industriales y artesanales en moneda nacional, oscura, sucia y desabastecida, de la que fuera la hermosa peletería California “a los pies de usted”. Y están las ruinas del bar Encanto, en la esquina de San Miguel, antes con sus puertas abiertas las veinticuatro horas del día y su espacio demarcado con jardineras de arecas con anuncios de la cerveza Cristal. Allí se disfrutaba de buenos sándwiches y de uno de los cafés con leche y pan de flauta con mantequilla mejor preparados de La Habana. Y en las mesas de mármol y las sillas vienesas ocurrían tertulias políticas y culturales en las noches habaneras, tanto en verano como en invierno.
Lo que queda de El Encanto (y de otras tiendas)
Cruzando San Miguel, aparece el parque construido donde se encontraba la tienda por departamentos El Encanto, establecida en Guanabacoa en 1888 y luego trasladada a Compostela y Sol, hasta ubicarse en esta manzana con un magnífico edificio, donde “don julio” hacía ventas fabulosas cada año. Era la tienda más lujosa de La Habana, lugar preferido de las personas pudientes para hacer sus compras, destruida por un incendio en 1961.
Enfrente, en el número 352, El Bazar Inglés era otra tienda por departamentos, de corte antiguo, con vidrieras con marcos de madera y mesas rústicas para cortar las telas, hoy devenida un oscuro comercio de telas, generalmente desabastecido. A continuación, en el número 358, la Casa Quintana, una importante tienda de regalos y joyería convertida en un despojo, y el Ten Cents, ubicado en 1924 en San Rafael y Amistad y, a partir de 1937 en este emplazamiento, donde primero estuvo El Boulevard y después La Casa Grande.
Era, sin dudas, el más visitado de los comercios de su tipo en La Habana. Y quizás lo más memorable del lugar era su magnífica cancha, que ofertaba exquisitos club sándwiches, pasteles de limón y de fresa y otras especialidades. Una cancha siempre congestionada, donde había que esperar, situándose detrás de ella, a que se vaciara una banqueta, para ocuparla y ser atendido. Hoy el local, después de dejarlo destruir, ha sido reconstruido y convertido en una tétrica tienda con fachada de mármoles negros, sin vidrieras, que más bien parece un mausoleo, donde usted es observado continuamente por cámaras y empleados si se decide a entrar, además tener precios elevadísimos. Y lleva este nombre: Trasval.
Después de San Rafael, una de las esquinas de más movimiento en La Habana, la peletería donde se vendía el calzado de la marca Florshein y, a continuación, la otra gran tienda por departamentos que competía con El Encanto: Fin de Siglo. Esta tienda, establecida en 1897, construyó en este lugar un magnífico edificio de varios pisos con entradas y salidas por Galiano, San Rafael y Águila. Una vez intervenida, comenzó a decaer hasta convertirse en un comercio de venta de artículos en desuso en su primera planta, y las dos restantes transformadas en albergues para damnificados por derrumbes de sus viviendas. La situación se mantiene hasta nuestros días.
En el lugar en que se encontraba la tienda de regalos exclusivos Le Trianon en el número 405, después de su derrumbe y demolición —donde desaparecieron todos los mosaicos de Talavera que cubrían su fachada— hoy, con el mismo nombre irónicamente forjado en cabillas, venden sus creaciones algunos artesanos. Más adelante, ya en la esquina de la calle Barcelona, el local de la colchonería Komfort, donde se vendían los colchones Beauty Rest de Simmons, y que fue transformado en una barbería colectiva, donde usted llegaba, solicitaba un turno, pagaba, le entregaban un ticket y lo atendía el barbero que le cayera en suerte, sin tener en cuenta su preferencia.
En la acera de enfrente, a partir de San Rafael, estuvo el café La Isla, famoso por sus helados; en el número 402, Flogar, una moderna tienda por departamentos, hoy totalmente venida a menos; la peletería Picanes en el número 416; y la importante Joyería Riviera en el número 456, representante en Cuba de los relojes Rolex y Patek Phillipe, hoy triste sombra de lo que un día fue. Venían a continuación una armería y cuchillería que ya no existe, y la cafetería al llegar a la calle Zanja, en los bajos de un viejo edificio.
Enfrente, comercios que fueron demolidos y actualmente una aglomeración de kioscos en el espacio que estos ocuparon, donde se venden diferentes tipos de artículos, algunos relacionados con la cultura china, teniendo en cuenta que se encuentra dentro del perímetro del llamado Barrio Chino de La Habana.
Después de Zanja, algunos comercios, lo que fue la tienda Albión, ya en Dragones, y el parqueo donde estuvo la Plaza del Vapor, un mercado público que desde 1818 abastecía con productos del agro a esta parte de la ciudad, y que fue reconstruido en 1836 como un gran edificio con arcadas de sillería, altas bóvedas, bellos antepechos y una fachada monumental hacia la calle Galiano, recibiendo entonces el nombre de Mercado de Tacón, en honor al entonces Capitán General, aunque los habaneros continuaron denominándolo Plaza del Vapor, por el cuadro del vapor Neptuno existente en la fonda que daba para este lado.
En 1918 dejó de ser mercado de abasto y consumo y fue ocupado por pequeños comercios de frutas, mariscos, zapatos, sombreros y venta de billetes de la lotería en su planta baja, mientras los pisos altos se dedicaron a viviendas En la otra acera, en el número 502, estaba la locería La Vajilla, hoy dedicada a la compraventa de muebles antiguos; la tienda El Arte, especializada en materiales para artistas plásticos, hoy clausurada; al igual que La Borla, una tienda de artículos de costura. Y le siguen otros comercios y viviendas: la famosa dulcería y panadería El Bombero, actualmente un depauperado Sylvain; un Foto Service y la peletería La Defensa, que en su tiempo fue importante.
Una calle a la espera
Durante los años 50, la calle Galiano era la arteria comercial más elegante de la ciudad, compitiendo con ella solamente la vecina calle de San Rafael, luego de que sus aceras fueran fundidas en granito blanco con dos franjas sinuosas de color verde, que se extendían desde Galiano hasta el Paseo del Prado, demolidas en los años del socialismo, para convertir el tramo en un sucio boulevard, grasiento por la venta de comida rápida o chatarra que, en nuestro caso, sería mejor llamarla metralla.
Durante el horario de ventas, de 8 am a 12 am, y de 2 pm a 6 pm, el movimiento de personas era continuo y masivo en Galiano. Por las noches, sus vidrieras engalanadas e iluminadas atraían las visitas de las familias habaneras. En época navideña, toda la calle se adornaba con profusión de motivos alegóricos, guirnaldas y luces de colores. Muchos de estos adornos, verdaderas obras de arte, se guardaban en los almacenes de los comercios para ser utilizados nuevamente.
En uno de los muchos raptos de extremismo de las autoridades, cuando se pretendió borrar las navidades de la tradición cubana, esos adornos fueron enviados en camiones al basurero municipal de Cayo Cruz y destruidos, pasándoles por encima un buldózer.
Se escuchaban también villancicos en Galiano, emitidos por los altoparlantes colocados en los postes y dentro de los comercios, y se respiraba el olor a resina de los pinos recién cortados, traídos de Estados Unidos y Canadá, para adornar los comercios y los hogares, así como el olor de las castañas que se asaban en las esquinas, y el de las manzanas acarameladas que se ofertaban en el portal del Ten Cents.
Hoy todo eso es pasado. Recientemente han reparado sus sistemas de electricidad, teléfono, gas, acueducto y alcantarillado, con las deficiencias propias de los trabajos que ejecutan las empresas estatales. Han maquillado sus fachadas con mucho colorete, y colocado luminarias del alumbrado imitando a las antiguas, pero todo se encuentra a años luz de la calle que fue.
Sin los importantes comercios que la caracterizaban, convertidos algunos de sus locales en albergues provisionales y muchos en precarias viviendas, hoy con ventas particulares a la puerta o a la ventana, y sobreviviendo sus inquilinos entre ilegalidades, hace tiempo que Galiano dejó de ser la calle más elegante, e incluso la más comercial. Como otras muchas calles, parece encontrarse en espera de la inversión y la iniciativa privadas, que le aseguren tiempos mucho mejores que los sufridos bajo este socialismo.
DDC/Fernando Dámaso, La Habana/Internetphotos/www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
Cuba en Fotos.
GALIANO STREET, THE MOST ELEGANT.
Officially named Avenue of Italy since 1917, all the street called Galiano. It owes its name to Don Martin Galiano, Minister inspector in the fortifications of the city.
It was the first major cross-road which replaced a road that connected through bridges and culverts, the old road Arcabuco (San Lazaro) in San Luis Gonzaga (Queen). In the place where it starts, there were quarries that ensured the stones to build the first buildings of Havana.
In 1860 it was the most beautiful street in the city for its good construction buildings, many with large two-story columns portals where families sat in the evenings to talk. Next to the church of Our Lady of Monserrate, the residence of the Counts of Buenavista, then occupied by the newspaper El País until he moved to own building that was built in the Calzada de Reina was. On the street ditch existed a public restroom Bridge Galiano.
Soon became an eminently commercial street, being during the Republican era, the most important and elegant of all, with the best department stores, jewelers, locerías, etcetera.
Getting on the Malecon, with the building of Hotel Deauville, built in the 50s with 50% of Canadian investment, and whose teams game room were thrown into the streets and destroyed in some vandalism on the first day of 1959. after nationalized began depauperarse and lately it has been refurbished to an exchange of tourism.
Crossing San Lázaro were some shops for the sale of pets, preferably birds, now disappeared. Galiano and worked in coffee Lagunas Las Villas and the Virtues street corner, at number 164, the Hotel Lincoln, a quiet setting that became famous because he was in the 1957 kidnapping ace Argentine midfielder Juan Manuel Fangio, then news that swept the world.
Then by the same sidewalk, coming within buildings, including the one that belonged to the Counts of Buenavista, and the church of Our Lady of Montserrat, which appears as an island in the middle of a decaying environment. Opposite, the premises belonged to the sports shop Tennis at number 205, and Miralda, at number 213, a shop dedicated to selling electronic equipment and discs featuring music.
WHERE IT WAS LONDON JEWELRY
Later, the famous local cafe The Camagüey, where exquisite natural fruit smoothies were offered. Then the block Galiano between Concordia and Neptuno, where in 1880 the Company Colony Recreation Catalana was in Cuba, with a theater room; later Galician Terra Miña Aires Society; Cuba in 1899 the Theatre, featuring pieces of vernacular gender; The Red Mill in 1908, with parts of the picaresque, operettas and short silent film genre; Cuban Theatre in 1923, which featured Cuban works; Regina Theatre in 1927, which also projected some short silent films between varieties, being where Rita Montaner Rita premiered zarzuela Girl with the song “Mama Ines”, with music by Ernesto Lecuona and Eliseo Grenet, closed in 1930 and in 1936, Radio Theater with 2,600 capacity.
There, traditionally dedicated to celebrities, in 1941 was built respecting the premises of Radio Film and integrating the new building, the imposing building America, 10 floors and 70 apartments, which actually is called building Rodríguez Vázquez in honor of the father of the owner.
The beautiful American movie theater, 1,770 capacity, with its elegant Art Deco interior design, had the first film projection and Heaven Too, played by Bette Davis and Charles Boyer, and a first show where he presented Pedro Vargas. There was released in 1943, the film Casablanca, figures and acted as Lola Flores, Libertad Lamarque, Tito Guizar, the trio Los Panchos, in 1950, Josephine Baker. Today is dedicated to providing music varieties.
The home of Radio Film, Jigüe absurdly named after, was transformed in 2002 as the current House of Music Havana. In the basement of the same building is the cafeteria America, in his magnificent and regenteada time by Chinese and decadent today as all state stores. In the street, the original building lined lattices that when it was built in the 50s, all called “The Hive” dedicated to a vertical parking and, downstairs, jewelry and dinner, now converted into a workshop auto mechanics, using its access ramp to the upper deck, continuing at number 307 Store Island and a small theater on the second floor, now defunct.
At the corner of Neptune, the major department store La Era, where customers every year “made a killing”, opened in 1927 and then completely modernized. Today their central boarded windows with sliding metal doors for fear of theft in an area of high marginality, currently the largest store in Galiano survives without its escalators, customers having to use a ladder narrow side up and down, and easy to locate the odor given off sanitation.
Then a building in critical condition where there had been a hotel and the land where the department store also Opera, “saving corner”, built in 1877, disappeared for years by collapse was perched. Opposite is an old locería converted into a shop selling industrial and handicraft products in national, dark, dirty and unserved currency, which was beautiful fur California “at the foot of you.” And there are the ruins of the bar House, on the corner of San Miguel before its doors open twenty four hours a day and your space enclosed with areca planters with ads from Cristal beer. There he enjoyed one good sandwiches and coffees with milk and bread with butter flute better prepared Havana. And in the marble tables and chairs Viennese political and cultural gatherings occurred in Havana nights, both summer and winter.
What remains of “The Encanto” (and other stores)
Crossing San Miguel, the park built where the department store El Encanto, established in Guanabacoa in 1888 and then moved to Santiago and Sun, to be located on this block with a magnificent building, where “Don Julio” was fabulous sales was displayed every year. It was the most luxurious store in Havana, wealthy people preferred to shop, destroyed by fire in 1961 instead.
Opposite, at number 352, English Bazaar was another department store, old-style, with stained glass windows with wooden frames and rustic tables to cut fabrics, now-turned a dark cloth trade, generally undersupplied. Then, in the number 358, the House Quintana, an important gift shop and jewelry become a wreck, and Ten Cents, located at 1924 San Rafael and Friendship and from 1937 at this site, which was first the Boulevard and then La Casa Grande.
It was, without doubt, the most he visited shops of its kind in Havana. And perhaps most memorable of the place was its magnificent court, which was offering delicious club sandwiches, cakes and strawberry lemon and other specialties. One always congested court, where he had to wait, standing behind her, to a stool to empty, to occupy and be seen. Today the premises, after leaving destroy, has been rebuilt and turned into a gloomy shop fronted black marbles, without windows, that looks more like a mausoleum, where you are constantly watched by cameras and employees if you decide to go further have high prices. And is named: Trasval.
After San Rafael, one of the busiest corners in Havana, where the fur footwear brand Florshein and then the other large department store El Encanto racing sold: End of the Century. This shop, established in 1897, built here a magnificent multistory building with entrances and exits by Galiano, San Rafael and Eagle. Once tapped, began to decay into a shop selling used articles in its first floor, and the other two turned into shelters for victims of landslides from their homes. The situation continues to this day.
In the place where the store of unique gifts Le Trianon in the number was 405, after its collapse and demolition-where all Talavera tiles covering its facade, today, with the same name ironically forged spokes disappeared, sold some artisans creations. Later, and in the corner of Barcelona, the place of the Komfort mattresses, where mattresses Beauty Rest Simmons sold, and was transformed into a collective barbershop, where you came, requesting a turn, paid him delivered a ticket and attending the barber who fell to his lot, regardless of your preference.
In the street, from San Rafael, was coffee Island, famous for its ice cream; at number 402, Flogar, a modern department store, now completely come down; Picanes furskins the number 416; Riviera Jewelry and important in number 456, representative in Cuba of Rolex and Patek Phillipe watches, today sad shadow of what it once was. Next were a gun and knife that no longer exists, and the cafe on reaching the street ditch in the basement of an old building.
Opposite shops that were demolished and now a cluster of kiosks in these occupied the space where different types of items are sold, some related to Chinese culture, considering it is called within the perimeter of Chinatown Havana .
After Ditch, some businesses, which was the Albion shop, and in Dragons, and the parking lot where he was the Plaza del Vapor, a public market since 1818 supplied with agricultural products to this part of town, and was rebuilt in 1836 as a large building with arches of masonry, high vaulted ceilings, beautiful railings and a monumental facade facing the street Galiano, then getting the name Market heel, in honor of the Captain General, although habaneros continued calling it Plaza del Vapor, by Neptune existing steam table at the inn facing this side.
In 1918 no longer market supply and consumption and was occupied by small shops fruit, seafood, shoes, hats and selling lottery tickets on the ground floor, while the upper floors were devoted to housing Across the street, in the number 502, was the locería Crockery, today dedicated to the sale of antique furniture; The Art Store, specialized in materials for artists, now closed; Tassel as a sewing goods store. And followed other shops and houses: the famous confectionery and bakery Firefighter, now an impoverished Sylvain; a Picture Service and fur La Defense, which was important in its time.
A street waiting
During the 50s, Galiano Street was the most elegant shopping street in the city, competing with her only neighboring street in San Rafael, after their sidewalks were cast in white granite with two winding strips of green, ranging from Galiano to the Paseo del Prado, demolished in the years of socialism, to convert the stretch on a dirty boulevard, greasy from the sale of fast food or junk, in our case, it would be better to call shrapnel.
During the time of sales, from 8 am to 12 am and from 2 pm to 6 pm, the movement of people was continuous and massive on Galiano. At night, its windows adorned and illuminated attracted visits Havana families. At Christmas time, the whole street was adorned with a profusion of allegorical motifs, garlands and lights. Many of these ornaments, works of art, were stored in the warehouses of the stores to be used again.
In one of many abductions of extremism from the authorities, when an attempt was made clear by Christmas cuban tradition, these ornaments were shipped by truck to the landfill of Cayo Cruz and destroyed, wiping over a bulldozer.
Carols were also heard in Galiano, issued by the loudspeakers placed on poles and in shops, and the smell of resin breathed fresh cut pine brought from the United States and Canada, to decorate shops and homes as well like the smell of chestnuts roasting on street corners, and the caramel apples that were offered on the website of Ten Cents.
Today all that is past. They recently repaired systems for electricity, telephone, gas, water and sewage, with the typical shortcomings of jobs running state enterprises. They have their facades with great makeup rouge, and placed lighting luminaires imitating old, but everything is light years away from the street it was.
No major trades that characterized converted some stores in temporary shelters and many shacks today with special sales at the door or window, and surviving tenants from illegal, has long ceased to be Galiano Street more elegant, and even more commercial. Like many streets, appears to be awaiting investment and private initiative to ensure far better times than this suffered under socialism.
DDC / Fernando Dámaso, La Habana / Internetphotos / www.thecubanhistory.com
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.