Nuestro análisis de The Evil Within te convencerá de que el nuevo juego de Mikami y Bethesda es una obra para cargarse… de miedo.
Hoy en día, los survival horror asustan, pero no por su componente terrorífico. Asustan por estar enfocados a japonesitas pre-puber (Project Zero), acojonan por haberse transformado en sucedáneos casposos de Call of Duty (Resident Evil) y nos dejan helados por ser diametralmente opuestos a lo que un día fueron (Silent Hill). ¿Quién diablos puede ayudar a enderezar un género que está más de capa caída que Mónica Naranjo? Pues uno de los que un día lo hicieron grande: Shinji Mikami, y una compañía que todo lo que toca lo transforma en un producto de enorme calidad: Bethesda.
Talonianos, acompañadnos en nuestro análisis a uno de los mejores juegos de terror de todos los tiempos. The Evil Within ha llegado a nuestras consolas y nos va a regalar horas de terror, sustos y angustia en cantidades industriales.
Un comienzo prometedor
La primera sensación que tenemos durante los 20 primeros minutos con The Evil Within es la de angustia extrema. Sebastian Castellanos, detective y protagonista del juego de Mikami, se ve atrapado en lo más profundo de un hospital, donde el material sanitario más esterilizado que encontrará será un trapo lleno de sangre y trozos de piel muerta. Colgado boca abajo, sin su pistola ni nada que pueda parecerse a un arma, el bueno de Castellanos tendrá que escapar del lugar mientras huye de un loco carnicero con motosierra que deja al temible Doctor Salvador de Resident Evil 4 como una hermanita de Médicos sin Fronteras.
Bien, cosámoslo a balazos, podríais pensar. Pues error y de los grandes, ya que en la primera misión no tendremos ni un triste cortauñas con el que defendernos y cuando avancemos en el juego encontrar una bala será más difícil que ver sobrio a un tronista de Hombres Mujeres y Biceps-Berzas. ¿Pinta genial, verdad? Pues todavía no has visto nada.
Angustia + terror = éxito
Todo aquel que haya visto vídeos de The Evil Within pensará: ¡Si parece Resident Evil 4 pero con zombis! Francamente, si piensas eso no te faltaría razón, ya que la ambientación y parte de su jugabilidad parecen sacadas del mismo título. Pero es cuando comienzas a jugar cuando ves que el juego de Bethesda es una obra diferente y con otro enfoque. De hecho, nuestra primera toma de contacto es un fantástico indicativo de lo que viviremos a lo largo de la aventura, ya que sentiremos que The Evil Within basa todo su encanto en hacerte sentir el tío más desafortunado del mundo en un lugar lleno asquerosos monstruos. ¿Cómo lo consigue? Pues ofreciendo muy pocas balas como ocurría en el primer Resident Evil, presentando una mezcla fantástica de lugares abiertos y estrechos y mugrientos pasadizos como Resident Evil 4, mostrando monstruos turbios y extraños como en Silent Hill, y obligando a que el jugador se esconda de sus perseguidores en taquillas y armarios al más puro estilo Clock Tower, rezando para que el maníaco de turno no nos encuentre y nos desmiembre sin miramientos.
En cuanto a historia se refiere, The Evil Within presenta un hilo argumental que te hará dudar si lo que está viviendo el bueno del detective Castellanos es real, ya que las situaciones que se irán desarrollando en el juego serán cada vez más mindfuck hasta dejarte atónito. De hecho, en varias ocasiones visitaremos a través de espejos (decidme si esto no es maravilloso) un hospital psiquiátrico en el que su única inquilina será una sexy enfermera que nos permitirá mejorar nuestras habilidades físicas, nuestras armas o la capacidad de objetos que podremos llevar con nosotros.
A pesar de la limitación de munición, lo cierto es que Sebastian dispone de una gran variedad de armas a su disposición, entre las que destaca la Ballesta Agonía, la cual dispondrá de diferentes tipos de flechas que podremos utilizar para achicharrar, empalar o electrocutar a los diferentes enemigos. Pero si de verdad queremos ser creativos a la hora de acabar con los tipos que nos salgan al paso, la mejor solución es saber sacar partido a las diferentes trampas que estarán colocadas para acabar con nosotros en forma de cepos, bombas o letales pinchos. ¿Habéis escuchado eso del cazador cazado? Pues es hora de ponerlo en práctica haciendo que nuestros enemigos caigan en las trampas que han preparado para sesgarnos la vida… o una extremidad.
Cuando el miedo se transforma en diversión
The Evil Within no es el juego más puntero en cuanto a gráficos se refiere y su control no es todo lo cómodo que cabría desear, pero estos dos factores son totalmente secundarios cuando el juego ofrece grandes dosis de angustia y terror, y estas se transforman en diversión pura y dura. Quizás para muchos The Evil Within es un título que vive demasiado del pasado y no inventa nada nuevo, pero para nosotros precisamente eso es una gran noticia, ya que lo que necesita el género de terror es volver a la casilla de salida y abandonar las novedades jugables que lo han hecho ser minoritario y despreciable hoy en día. ¿Disparos infinitos producidos por tipos hormonados? No, gracias.
Conclusiones
The Evil Within es un juego maravilloso que juega con la ambientación y con la ausencia de armas para ofrecer al jugador una angustia que se refleja en diversión para los que amamos el género survival horror. Su propuesta jugable, alejada de los clichés de hoy en día que abundan en el género, son un soplo de aire fresco aunque se trate de una vuelta a ideas del pasado que ya se pusieron en práctica con los primeros Resident Evil y con Clock Tower, y que hacen que sus imperfecciones se diluyan como una gota de aceite en el mar. Desde Tallon4 tan solo tenemos una cosa que decir. Gracias por volver a arreglar lo que otros casi destrozan, Shinji Mikami.
A favor:
Su propuesta enfocada a la angustia y el terror
La ausencia de armas
Su historia y el desarrollo de los acontecimientos
En contra:
Su control es mejorable en ocasiones y su apartado gráfico podría estar más trabajado
Que no haya más juegos de este estilo en el mercado. ¡Queremos más!
Nota
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