De nuevo sacamos a la palestra el polémico asunto de las fechas del Salón del Cómic de Barcelona y el Expomanga. ¿Por qué coincidieron?
Si hace unos días la sección manga se hacía dueña y señora (con permiso de nuestros compañeros de videojuegos, por supuesto) del Ojo de Talión, hoy seguimos con nuestro tour salonero, ya que no nos podemos olvidar de cómo se vivió en Madrid el Expomanga 2014. Un año entero de ilusión, de expectativas, que este año se han visto lastradas y pormenorizadas debido al impacto causado por la celebración del Salón del Cómic de Barcelona en las mismas fechas, lo que ha generado un sentimiento casi unánime en los otakus madrileños que coincidían en que este año “el Salón del Cómic ha ensombrecido al Expomanga”. Cualquiera diría que no hay fines de semana en el año para celebrar ambos eventos sin que coincidan, ¿verdad? Maldita agenda política que lleva a solapar todo en esta vida…
Hace unos días podíamos leer en la web fantasymundo una entrevista a Emilio Gonzalo, presidente de la Asociación Española de Amigos del Cómic (AEAC) y director de Expocómic y Expomanga. En dicha entrada, el propio Gonzalo afirmaba que la idea de crear un evento dedicado al manga y al anime en Madrid “surgió rondando el año 2000 dentro del Expocómic: ahí nos dimos cuenta de que el movimiento otaku coge cada vez más fuerza, y nos dimos cuenta de que requerían una cierta especialización”. Añade que “el manga, el anime y todo lo que conlleva es imparable, y crece incontroladamente. Hay que atender esa necesidad de la juventud. Necesitan ese espacio de esparcimiento y unión para disfrutar”.
Según avanza la entrevista, se le pregunta a Emilio Gonzalo su opinión personal respecto al hecho de que este año Expomanga y el Salón del Cómic de Barcelona hayan coincidido en un único fin de semana. Su respuesta fue la siguiente: “tradicionalmente, siempre cogemos el fin de semana que hay entre el puente del 2 de mayo y San Isidro, entre ambas fiestas, con objeto de ofrecer un marco de tiempo cómodo para los aficionados. Este año, como todos, hicimos lo mismo… Y vimos a posteriori que el Salón de Barcelona no se fijó y ubicó el evento en el mismo fin de semana que nosotros. Bueno, cosas que pasan… Cambiamos la fecha, y retrasamos al primer fin de semana tras San Isidro, que nos viene peor porque es una fecha típica en la que la gente de Madrid suele salir, pero para evitar conflicto con respecto a autores, editores y asistentes y que no se viesen obligados a escoger, tomamos la medida. Pero hubo otro imprevisto: como el fin de semana del Salón de Barcelona coincidió con el Gran Premio de España de Fórmula 1, se vieron obligados a su vez a cambiar la fecha… Y coincidió de nuevo. [...] Lo que está claro es que se trata de una circunstancia perjudicial para ambos eventos. Ha sido una verdadera pena el haber coincidido, pues los que pierden más son los aficionados y los expositores, puesto que muchos de ellos tienen estos ingresos generados por los eventos calculados con respecto a su presupuesto anual y se los ha puesto en esta disyuntiva que, en muchos casos, les hará perder los ingresos computados en uno de los dos eventos. Por otra parte, aunque los contenidos temáticos de ambos eventos son distintos, habrá muchos que habrán dividido esfuerzos para asistir a los dos con todo lo que eso conlleva en cuanto a gastos asociados e inversión en logística e infraestructura.”
Tras leer esta muestra de sinceridad (y de educación, ya que más de uno habría cambiado expresiones como “cosas que pasan” por algo más crítico y ácido), no podemos evitar echar un vistazo al comunicado de prensa oficial remitido por Ficomic el día de inicio de la 32ª edición del Salón del Cómic de Barcelona. En ella se incluía un extracto de los discursos ofrecidos por los numerosos políticos que allí asistieron. Entre ellos se encuentra el del President de la Generalitat, Artur Mas, quien afirmó “siempre digo que somos un país que se puede definir por su sentido de la solidaridad, su talento y por su capacidad para situarse en el mundo en el punto más alto de todo. Y este Salón es un ejemplo de las dos últimas condiciones”. Muy acertada esa última especificación, “este Salón es un ejemplo de las dos últimas condiciones”, ya que ha quedado demostrado que de solidaridad, poca. Sabiendo que Expomanga tenía reservada la fecha de su evento desde hace tiempo (por no decir años, ya que siempre se celebra en el mismo periodo de tiempo), ¿por qué “usurparle” las fechas?
Emilio González señalaba en su entrevista que desde la AEAC “procuraremos que el año que viene no ocurra de nuevo. Tenemos previsto contactar con Ficomic una vez que termine esta vorágine asociada a los eventos para fijar protocolos con vistas al futuro con objeto de que estas situaciones no se repitan.” Esperemos que no haya ningún tipo de disputa política, ni elecciones a la vista, para que dichas negociaciones lleguen a buen puerto con el fin de que todos los otakus, sean de donde sean, puedan disfrutar de sus eventos favoritos.
Pero no le vamos a echar todas la culpa de lo sucedido a Ficomic, que ya sabemos que llevarse toda la gloria de algo sólo ayuda a aumentar el ego, ya sea para bien o para mal. ¿Qué podríamos criticarle a la Asociación Española de Amigos del Cómic (AEAC)? Pensemos tranquilamente durante unos segundos. Vale, tiempo suficiente. La respuesta es “nada”. Pero la organización de Madrid no se va a ir de rositas. ¿Y sabéis por qué? Porque, al igual que se critica al Gobierno del señor Artur Mas, el Gobierno del señor Ignacio González tampoco se queda atrás.
No es el primer año que el recinto elegido para celebrar el Expomanga se queda pequeño. De la misma manera que no es la primera vez (sino la segunda, para ser exactos) que la AEAC debe ceñirse a unas normativas extremadamente ajustadas e injustas en relación al aforo máximo del recinto. Esto supone que cientos de otakus tuviesen que permanecer horas y horas en las colas, primero para comprar la entrada en las taquillas, y después para acceder al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, quemándose al sol de mayo como si de tostadas se tratasen. Conociendo más que de sobra la existencia de estos problemas, ¿por qué la Comunidad de Madrid no da soluciones y ayudas para trasladar este evento a un recinto más apropiado? Hace años que se rumorea la necesidad de acondicionar un nuevo espacio para el Expomanga, siendo el más demandado la Feria de Madrid, IFEMA, para tal propósito. Allí ya se han celebrado certámenes de gran calado entre los fans de los videojuegos y de la cultura japonesa, como fue el caso de la Madrid Games Week de noviembre del año 2013, además de las conocidas ferias itinerantes que pueblan el IFEMA durante todo el año (SIMA, FITUR, SICUR, AULA, OMExpo, entre otras). Un entorno más amplio y mejor acondicionado en el que los otakus podrían disfrutar a sus anchas de su pasión favorita sin sufrir “recortes” de este estilo. Sin embargo, el elevado coste que conllevaría trasladar el Expomanga al IFEMA ha sido siempre el elemento discordante que impide el progreso del mayor evento del manga, el anime y la cultura japonesa en Madrid. Por ello, sólo cabe esperar que algún día la Comunidad de Madrid aprenda en cierta medida de la Generalitat de Cataluña (sólo lo bueno, conste) para fomentar este tipo de ocio sano, divertido, educado, y que, sobre todo, mueve una enorme cantidad de dinero que lo convierte en uno de los más rentables a día de hoy en España.
Después de estas dos entradas se nos ocurren muchas frases hechas que dedicar a nuestros queridos gobernantes, siendo nuestras preferidas “zapatero a tus zapatos” y “vive y deja vivir”. Así pues, esperemos que, de ahora en adelante, los políticos empiecen a prestar más atención a los asuntos que requieren su atención y que, mientras, permitan que en futuras ediciones de estos salones se dé prioridad a lo que eventos de este calibre significan para la economía nacional y para los propios asistentes, en lugar de utilizarlos como armas políticas que, a fin de cuentas, sólo sirven para aumentar el malestar de los otakus.
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