2015-06-10


Radio Futura se formaron en 1979, y tras un primer disco (Música moderna, 1980) de cierto alcance enmarcado en la Movida madrileña, y tras reestructurar su formación, iniciaron una carrera de éxito con sucesivos discos durante la década de los 80 (La ley del desierto / La ley del mar, De un país en llamas y La canción de Juan Perro). Si los dos primeros ahondaban en diversas influencias presentes en la música europea contemporánea, especialmente la anglosajona, progresivamente el grupo fue iniciando una senda hacia las raíces y las estructuras musicales latinas que dio lugar a La canción de Juan Perro, disco fundacional de lo que posteriormente se acabó denominando rock latino. El inicio de los años 90 trajo sus dos últimos discos (Veneno en la piel y Tierra para bailar), hasta su disolución en 1992.

Escribía el reputado periodista musical Diego Manrique en el libreto interior del boxset que contenía su discografía editado por Ariola en 1992 que “Radio Futura fue el gran organismo musical nacido en aquella revolución cultural que se fraguó en Madrid tras la muerte de Franco y que brotó esplendorosamente en los primeros años 80. Era un grupo modélico, con un alto nivel de autoexigencia, de trayectoria fascinante. Radio Futura, el grupo que sacó al rock en español de su subdesarrollo estético, abriendo calles, avenidas, territorios completos que ni siquiera habíamos imaginado que existieran”.


Aunque la formación inicial incluía a Herminio Molero (compositor y sintetizadores) y Javier Pérez Grueso (percusión electrónica, voz), pronto ambos abandonaron el grupo. Los componentes serían a partir de entonces los hermanos Santiago (voz, guitarra) y Luis Auserón (bajo), junto a Enrique Sierra (guitarra solista). Carlos (Solrac) Velázquez, a la batería, sería posteriormente sustituido.

La influencia de Radio Futura como precursores del rock latino y, en general, como uno de los grupos de rock más importantes de la historia de la música española, se ha dejado sentir desde su disolución. Fue considerado el mejor grupo español de la década de los 80 por diversas emisoras de radio y revistas especializadas, y nombrado en 2004 "Mejor grupo español de los últimos 25 años" por los oyentes de Radio Nacional de España (Radio 3). En 2006, a través de una encuesta entre 156 músicos, la revista Rolling Stone incluyó siete de sus canciones entre las 200 mejores canciones del pop-rock español, el único grupo en llegar a esa cifra.

En 2012 el periodista y crítico musical Jesús Ordovás los definió como "el grupo de rock más importante e influyente de la reciente historia de la música pop española". En otras ocasiones se ha hablado de Radio Futura como la "cúspide creativa de la Movida".


Herminio Molero, pionero en la agitación cultural desde finales de los 60, emigró a Londres durante un tiempo junto a Pedro Almodóvar. Artista polifacético: pintura, poesía, teatro, publicidad, comics y músico experimental de sintetizadores. Pintor, agitador cultural y pionero de la música con sintetizadores, decidía en 1979 dedicarse plenamente a la composición musical, desde su paso por el grupo Araxes. Con el objetivo de montar una especie de "orquesta pop" y la referencia de Roxy Music, alquilaba un local a principios de año por el que fueron pasando numerosas personas (no todos ellos músicos). A través del crítico de arte Quico Rivas contactó con el colectivo Corazones Automáticos que, influenciado por el anarquismo y el futurismo, firmaba artículos en revistas como Disco Express propugnando la ruptura del "provincianismo" y la apertura a nuevas influencias que sentase las bases de lo que debería ser el inminente y fresco rock español.

Del colectivo formaban parte, entre otros, dos hermanos, Luis (Zaragoza, 1955) y Santiago Auserón (Zaragoza, 1954). Santiago acababa de volver a España tras terminar sus estudios de Filosofía en París; Luis trabajaba como delineante y topógrafo, a la vez que estudiaba Arquitectura. Los dos tenían inquietudes artísticas: mientras Santiago se inclinaba más por la música, Luis la combinaba con la pintura. Ambos firmaban, con Corazones Automáticos, profundos artículos dedicados a artistas como Ultravox, Elvis Costello o Talking Heads. Los hermanos recibieron una oferta de Molero, con quien compartían su visión de la música como parte de una esfera multicultural, en principio para ser asesores y planificadores del grupo. Enrique Sierra por aquel entonces estaba haciendo el servicio militar, y ya formaba parte de Kaka de Luxe cuando fue invitado por unos amigos a pasarse por el local de Herminio. Vivía por entonces con Paz Tejedor, que acabaría siendo la mánager del grupo.

El resto de componentes de lo que se acabaría llamando Orquesta Futurama: fueron María José Serrano (componente de Las Chinas), Javier Pérez Grueso (alias Javier Furia, voz y percusión electrónica), Manolo Campoamor (cantante, ex-miembro de Kaka de Luxe), Alberto Iturrioz (guitarra), Miriam Moreno (ex-Aguaviva, coros), y Jose (Kiki D'Aki, después en Las Chinas, coros), Francisco Pastor (ex-componente de Fórmula V, guitarra) y el propio Molero (sintetizadores). En total, un grupo con diez componentes, de efímera vida y que desaparecería ese mismo año sin grabación alguna.

De aquel experimento acabaría surgiendo Radio Futura. El grupo tomó su nombre de la simplificación del de una emisora de radio libre italiana (Radio Ciudad Futura). Fue el pintor y cantante Manuel Campoamor, que había sido miembro de Kaka de Luxe y Pegamoides, quien bautizó al grupo. A principios de verano apareció la nueva banda. En su primera formación ya estaban los hermanos Auserón, que serían guitarra y voz (Santiago) y bajo (Luis, animado por el propio Santiago y Enrique, ya que no sabía tocar el instrumento); Enrique Sierra, guitarra solista, proveniente del punk de Kaka de Luxe; Molero (composición y sintetizadores) y Pérez Grueso completaban la formación. Carlos ‘Solrac’ Velázquez (ex-componente de Nada) se incorporaría pronto a la batería.

La música de Molero consistía principalmente en una fusión entre música electrónica y música tradicional española; Enrique Sierra y Pérez Grueso aportaban el punto punk, y los hermanos Auserón el enfoque teórico y la estructura musical. Entre todos buscaban proporcionar al rock español un aire popular y callejero, dando un nuevo enfoque a la música popular que se hacía en el país.

Tras meses de ensayos, en octubre de 1979 ofrecieron su primera actuación en directo en el acto de clausura de un festival de cine de ciencia ficción (Hispacón) celebrado en el Ateneo de Madrid. La repercusión (teniendo en cuenta que Molero era bastante conocido en el ambiente musical madrileño) fue inmediata: fueron pinchados en Radio 3 de la mano de Jesús Ordovás, teloneron a Elvis Costello el mes siguiente en Badalona y realizaron un par de conciertos en el Teatro Alfil de Madrid. Fueron presentados por primera vez en televisión en el programa dedicado al arte Imágenes de Paloma Chamorro, que emitió su actuación en el último programa de 1979. Chamorro sería posteriormente directora de La edad de oro, principal programa musical del país, que recibiría en reiteradas ocasiones al grupo. Los contactos de Molero con el mundo de la producción acabarían dando su fruto: la cinta que Helenio Herrero (un amigo productor independiente) llevó a Hispavox acabó proporcionándoles la firma de su primer contrato discográfico.

El primer LP del grupo se editó en 1980: Música moderna. Constaba de diez temas, siete compuestos por Molero, uno por Santiago Auserón, otro por Enrique Sierra y una versión de un tema de T-Rex, Divina (los bailes de Marte), versión de Ballrooms of Mars, cuya letra reescribió Santiago pensando en Alaska, una de las divas de la Movida). Sin embargo, se decidió que todos los temas fuesen firmados por todos los componentes del grupo.

El disco supuso un estallido en los medios y tuvo un éxito inesperado fuera de los ambientes especializados, en los círculos artísticos más activos de diversas ciudades. El primer single fue Enamorado de la moda juvenil (con Ivonne en la cara B), compuestas ambas por Molero, y pronto alcanzó el primer puesto de las listas de ventas. A principios de verano Divina e Interferencias se lanzaron como segundo single (la segunda no estaba incluida en el disco).

La estrategia de comercialización del disco, y en general del propio grupo por parte de Hispavox, intentaba convertirlo en una formación juvenil orientada a los fans. Hispavox era por aquel entonces la única compañía discográfica de gran tamaño que apostaba en su repertorio por incluir a grupos de la Nueva Ola, buscando obtener resultados económicos y utilizando para ello métodos que incluyen desde la programación de innumerables actos promocionales y giras agotadoras, en las que también imponía el cartel, hasta directamente la censura o la manipulación del trabajo de los artistas. Si en un principio Radio Futura agradecía el fuerte apoyo económico recibido para la promoción del disco (que, sin embargo, resultó inapropiado, puesto que no obtuvo resultados económicos acordes al esfuerzo realizado), el comportamiento de la productora iría produciendo importantes rencillas con el grupo hasta provocar finalmente la ruptura años después. De hecho, esta estrategia, inédita entre grupos que por su estilo en principio estarían alejados de los circuitos mainstream, hizo incluso que el grupo fuese criticado con el argumento de ser un "montaje" de la industria musical, un "producto estandarizado y programado por la maquinaria discográfica".

Así, Hispavox incluyó a Radio Futura en un combinado de artistas y grupos de carácter eminentemente comercial que salieron de gira durante el mes de mayo por plazas de toros de todo el país, en festivales denominados genéricamente "Fans", en los que incluso promovían que se actuara en playback. Posteriormente llegó a editarse un disco homónimo que, sin permiso del grupo, incluía Enamorado... y Divina junto a algunos de esos artistas (Leiff Garett, Pedro Marín, Chan y Chevy o Mabel, banda de Mike Tramp, que formaría posteriormente White Lion). Visitaron programas de televisión como Aplauso, Fantástico o 300 Millones. Algunos de los componentes del grupo se mostraron también muy contrarios a la producción del propio disco, que habría "deformado" las canciones para obtener un resultado más comercial.

Sin embargo, y por otro lado, en junio de 1980, con motivo de las fiestas de San Isidro, 20 mil personas asistieron en la Plaza Mayor de Madrid a uno de los conciertos fundacionales de la Movida madrileña. En él, Radio Futura encabezaban el cartel en que figuraban también Mario Tenia y Los Solitarios y Los Secretos. Ese verano estuvieron de gira por todo el país, y el disco se editó en Europa e Hispanoamérica.

Música moderna es un caso particular en la discografía de Radio Futura. Supuso la eclosión del grupo y la apertura de la música popular española a algunas corrientes internacionales (influencias de The Clash, particularmente de su álbum London calling, T-Rex, Bowie o Talking Heads, adoptado como referencia ya por Corazones Automáticos) con poco recorrido hasta ese momento. Además, su éxito comercial facilitaría el camino a otros grupos con esas inquietudes. Por otro lado, el hecho de ser una creación en su mayor parte de Molero (Melocos editó en 2010 una versión de Enamorado... a dúo con el propio Herminio) y los disgustos con la producción llevarían posteriormente a Radio Futura a renegar de ese disco, cuyas canciones nunca han vuelto a ser remezcladas ni incluidas en recopilatorios controlados por la banda, pese a estar firmadas como autores por todos los componentes del grupo. Ni siquiera se han vuelto a tocar en directo, y el propio disco no aparece en discografías controladas por la banda.

Santiago Auserón: “Aquello fue un producto tan manipulado desde el punto de vista de la producción y de la comercialización, que no nos reconocemos en él. Somos conscientes de que a gente que le gusta Radio Futura, aquello le hace gracia como objeto cultural histórico. A nosotros nos gusta también. Nos divertíamos con esa actitud ambigua y semiperversa, diciendo: vamos a tocar en plan punki este pasodoble de Herminio Molero que era Enamorado de la moda juvenil. Pero tanta ambigüedad era extrema: atrae mucho desde el punto de vista del interés publicitario, pero compromete poco con un proceso de creación durable”. Luis Auserón: “En aquella época éramos colaboradores, la línea la marcaba Herminio. Nosotros nos podemos sentir responsables a partir del single de La estatua del jardín botánico.

En todo caso, Enamorado de la moda juvenil fue incluida por Rolling Stone en el puesto 63 de las 200 mejores canciones del pop español.

Durante esta primera época fueron surgiendo las diferencias que, junto al enfrentamiento con Hispavox, llevarían a la reestructuración del grupo. El éxito les obligó a la profesionalización y a definir estilos y actitudes sobre las que divergían. Las diferencias llegaron a un punto de no retorno: Pérez Grueso dejó el grupo en diciembre. Más traumática sería la salida de Molero en febrero de 1981, por su condición de alma-mater de aquella primera encarnación de Radio Futura: donde él apostaba por un estilo a lo Brian Eno, Kraftwerk o Jean Michel Jarre, buscando comercialidad en la línea experimental que seguía desde hacía tiempo, Santiago, Luis y Enrique apuntaban hacia la integración del reggae (como en The Clash) o el refinamiento melódico de The Cure.

El asunto de la ruptura acabó llegando a los tribunales por la propiedad del nombre del grupo, que Molero llegó a registrar a su nombre. Sin embargo, el juez falló en su contra: “El juez falló en mi contra”, declaraba Molero, “con el argumento de que Santiago estaba más centrado en la música, que yo era más disperso. El músico (en concreto) frente al artista (en general)”. El juez llegó a pedirle que se definiera: ¿pintor, músico, actor? Misión imposible.

El quinteto pasó finalmente a cuarteto, con la incorporación oficial de Carlos 'Solrac' Velázquez, que, aunque ya había participado durante la grabación del disco, había sido vetado por la compañía para aparecer en la foto de portada: no "daba la imagen". A pesar de que aún se mantendrían en Hispavox hasta 1984, el enfrentamiento ya era abierto.

Fue a partir de 1981 cuando se asentó la formación que con los años definiría el estilo propio de Radio Futura: los hermanos Auserón y Enrique Sierra, junto a Solrac Velázquez, variarían el sonido inicial del grupo, alejándose del pop para abrazar el rock con influencias que se irán añadiendo, en esta primera época, desde el punk y posteriormente el funk. Usando la combinación básica de voz, guitarra, bajo y batería, comenzaron a componer y ensayar nuevos temas. La presentación en sociedad de la nueva formación se produjo en la sala Marquee de Madrid en marzo junto a Ruby y Los Casinos: en ella alternarían algunas de sus viejas canciones con temas nuevos, como Nadie, Oscuro affaire, La secta del mar o Un africano por la Gran Vía. El abandono de su anterior estilo los alejaba de lo que por entonces se conocía como Nueva Ola (por influencia de la New wave nacida en Inglaterra) y que acabaría decantándose en la Movida madrileña.

“Radio Futura se ha desembarazado de su tradicional caché de exquisito amaneramiento para lanzarse a tumba abierta por la pendiente del punk más descarnado. Sonaron bien, quizá mejor que antes. Y, sin embargo, había un gusto amargo camuflado bajo aquella repentina explosión de vitalidad y de violencia. Allí, rodeados por muchos de los protagonistas de aquel estado de ánimo generalizado que logró despertar a Madrid de su letargo, olía, con perdón, a muerto. La nueva ola madrileña se ha ido ya o se está yendo. Quedan, por supuesto, los grupos. Los mejores, y Radio Futura entre ellos”. Tomás Cuesta, en ABC, 1981

En todo caso y con el telón de fondo del enfrentamiento con Hispavox (llegaron a amenazarles con evitar que volvieran a editar ningún disco), no se editó referencia alguna y el año se dedicó a ensayar y girar. Aunque pasaron por las salas "independientes" de moda (Rockola, La Barraca...), en otras ocasiones siguieron viéndose obligados a actuar en playback junto a artistas con nada en común. Para finales de año el grupo contaba ya con varias maquetas que eran radiadas frecuentemente y tocadas por la banda en sus conciertos.

Con la llegada de 1982 se produciría la edición del nuevo single La estatua del jardín botánico, que llevaba como cara B Rompeolas, a través de Flush! Records (filial de Hispavox). El single fue producido por Jaime Stinus y supuso el relanzamiento de Radio Futura, así como, según críticos como Juan Puchades, "el disco que mejor define el ocaso de la Nueva Ola y el advenimiento de La Movida". El grupo abandonaba los sintetizadores de Herminio, buscando el sonido natural de los cada vez más habituales directos. La estatua... se convertiría pronto y de forma duradera en un himno de aquellos años (aún en 1988, Joaquín Sabina la citaba: “Ya quisiera yo en vez de este reggae haber escrito La estatua del jardín botánico”). En 2006 fue elegida por la revista Rolling Stone en el puesto 21º de las 200 mejores canciones del pop-rock español.

“La canción se me ocurrió mientras escuchaba Another green world, de Brian Eno, y leía la Monadología, del filósofo alemán Leibniz. Ese librito tiene unas imágenes muy misteriosas que hablan de que dentro de cada estanque hay nuevos estanques y nuevos jardines, en el que siempre encontraremos nuevos peces y nuevas plantas. Esa imagen de mundos dentro de mundos me impresionó mucho”. Santiago Auserón, para Rolling Stone.

En alguna ocasión, en un contexto privado, Santiago ha definido La estatua... como una canción muy especial dentro de su producción: "Fue un chispazo de inspiración, no creo que jamás me vuelva a ocurrir, ni que haga otra canción igual". El vídeo musical del single se realizó en Barcelona y L’Empordà de forma gratuita, por un colectivo de publicistas denominado RCR.

Por otro lado, Rompeolas tendría un duradero recorrido como sintonía de uno de los programas musicales más representativos de la época, el Diario Pop de Radio 3 dirigido por Jesús Ordovás, otro de sus valedores entre la intelligentsia musical del país. Sin embargo, en otros casos la evolución de aquel grupo del "nuevo pop" desconcertó a la crítica, que describía su música como "en algunos casos funky y, en su mayor parte, bastante inidentificable", sin decidirse sobre su calidad. También en aquel momento crearían Party?, su propia agencia de management.

1983 fue un año de conciertos por toda España, en el que el grupo llevaba una vida de carretera, lo que inspiraría algunos de sus próximos temas. Radio Futura iba adquiriendo un gran prestigio a nivel popular; manejaban un repertorio que, aunque rechazado por Hispavox para su grabación durante tres años, había sido escuchado por la radio e intensamente rodado en directo. Estando cercanos a finalizar su contrato, y tras una actuación especialmente multitudinaria en las fiestas de la Mercé de Barcelona, el grupo inició contactos con una nueva discográfica, Ariola, con la que acabaría llegando a un acuerdo tras la finalización del contrato con Hispavox, lo que supondrá la "liberación" del grupo y la apertura de una nueva etapa creativa.

Todavía con Hispavox, y ya en 1983, se lanzaría un nuevo single, Dance usted, acompañado del instrumental Tus pasos. En la cara A se apreciaban las influencias funkys (extraídas del Bowie de Let's dance) que continuarían después en, por ejemplo, Escuela de calor.

En otoño de 1983 Radio Futura llegó a un acuerdo con la casa discográfica Ariola para editar su segundo álbum, La ley del desierto / La ley del mar, grabado en los estudios Doublewtronics de Madrid con la dirección de Jesús Gómez entre diciembre de 1983 y enero de 1984, y mezclado en febrero entre Gómez y el grupo, y posteriormente lanzado. En realidad, dada la mala experiencia con Hispavox, Radio Futura prefirió no firmar contrato alguno (se acabó firmando para el siguiente disco), y autoprodujo el álbum ("pedimos un estudio barato en que pudiéramos estar un montón de horas y aprender"). En opinión del grupo aquello acabó lastrando el disco por su falta de experiencia y fue la razón principal por la que algunos temas de La ley... han sido regrabados en varias ocasiones.

En todo caso el disco, aunque su repertorio había sido rechazado por Hispavox, pero ya era conocido por los seguidores de la banda, se convirtió en un rápido éxito de ventas. Como su propio nombre indicaba, el LP se dividía en dos partes. La primera, La ley del desierto, de un carácter más punk y metálico, seco y duro; la segunda, La ley del mar, con sonidos más acuosos, inició la senda "latina" de Radio Futura. En los textos incluidos en la carpeta del disco, Santiago reflexionaba: “La ley del desierto es el agua. Pero ¿la ley del mar? No es la tierra ni el barco, sino el metal, una temible vibración del espíritu: la voluntad del Capitán Ahab, tendida como un arpón hacia delante, la luz del abismo que atrae a los cuerpos. Pero la ley del desierto es aún más implacable. Nadie puede hundirse de una vez por todas en su inmensidad, sino vagar alerta, a la espera de un ruido: la alegría del agua, en pequeñas dosis. Los desiertos son las playas del futuro”.

De esa mezcla de referencias musicales nació el disco que suponía la transición entre los primeros trabajos influenciados por la Nueva Ola (con The Stranglers o The Clash como referentes) al incipiente rock latino; en ese paso la influencia de los Talking Heads seguía dejándose notar, como ya lo había hecho en el previo Dance usted. Todo ello con el cuidado en las letras propio de la banda.

En la primera parte, La ley del desierto, se encontraban esas influencias primigenias, aún latentes: la percusión metálica y electrónica de Tormenta de arena o los ecos glam de Hadaly, hasta dar con el primer atisbo de fusión africana con la por otro lado muy funk Escuela de calor, quizá la canción más conocida de Radio Futura. “Con Escuela de calor quería meter el castellano en una rítmica afroamericana. En esa época tocábamos con pulsión casi punki, pero queríamos que tuviese una subdivisión funk. Y entre el punk y el funk queríamos que el castellano se expresase con libertad”. Santiago Auserón, en Rolling Stone.

El videoclip de Escuela de calor sería realizado como parte de un proyecto del programa televisivo La edad de oro de Paloma Chamorro, que proporcionó los medios para que la propia banda lo realizase, siendo uno de los primeros de la música española.

En la segunda parte del disco destacaría rotundamente Semilla negra, que se convirtió en la primera piedra en el camino hacia ese primer rock latino del que la banda sería pionera, y que acabaría influyendo apreciablemente en la producción de pop-rock en castellano en los siguientes años. Curiosamente, la canción no estaba pensada originalmente para el grupo: además de su trabajo con él, en ocasiones Santiago componía por encargo. Junto a Luis compuso Semilla negra para Miguel Bosé, quien le pidió que realizara una canción "de estilo moderno". Una vez compuesta, grabada y entregada la maqueta del tema, Bosé lo descartó (en una entrevista de radio en 1998, y sin desvelar el nombre del artista, el grupo bromeaba sobre su supuesta incapacidad para cantarla, dada la voz casi "femenina" de Santiago). Además, Santiago confesó que le daba pena "soltarla", y la llevó al local de ensayo del grupo. El grupo, especialmente Solrac, expresó sus dudas: no era el estilo de "estética dura" que estaban buscando, sonaba "un poco... hispanoamericana". “El caso es que fue la primera vez que se habló de... En cuanto me decían que no a algo, sacaba mis armas de filosofía y trataba de convencerles, ‘mira, que yo creo que en el futuro el rock latino, por lógica, tiene que acabar existiendo...’" Santiago Auserón, en M-80 Radio, 1998. "Hablábamos muchísimo de música en la furgoneta, y yo insistía en acercarnos al reggae, al Caribe, Cuba, a esa cosa afroespañola".

En cuanto a los singles extraídos, Escuela de calor se lanzaría junto a Historia de play-back como cara B. El single alcanzaría pronto el número 1 de ventas. De hecho, posteriormente se editaría un maxi-single con cuatro temas: en la cara A las dos versiones de Escuela de calor incluidas en el disco (incluyendo la instrumental), con Un africano por la Gran Vía y Dub en la B. Este último tema sólo sería editado en este maxi-single y en el formato cassette (junto con otro tema no incluido en el vinilo, Duda).

También aparecería como single Semilla negra (con En Portugal como cara B). El tema sería remezclado en Londres junto con el guitarrista y compositor Raimundo Amador, que añadiría a los ritmos caribeños presentes en la versión original su toque flamenco, obteniendo cierta repercusión internacional. La producción corrió a cargo de Joe Dworniak y Duncan Bridgeman; la banda quedó tan satisfecha con su trabajo que conservaría a los productores para su siguiente trabajo. De hecho, Dworniak siguió colaborando con el grupo durante años, y en alguna ocasión ha sido descrito por el grupo como un miembro más de Radio Futura.

En 2010, el periodista musical Jesús Ordovás, en su libro Los discos esenciales del pop español, eligió La ley del desierto / La ley del mar de entre los de Radio Futura.

El año terminó como el anterior. La banda se encerraba, en este caso en una casa en el municipio madrileño de El Escorial a maquetar su siguiente trabajo en pocas semanas; tras la larguísima preparación de La ley..., De un país en llamas nacerá de un proceso creativo mucho más rápido.

Como La ley del desierto / La ley del mar había sido un álbum con tres años de preparación, el grupo se planteaba ahora la realización de un disco con mayor rapidez; tras el encierro para realizar la maqueta del nuevo trabajo, y ya en 1985 viajaron a Londres con ocho temas de los que se extraerían seis. Allí se completó la grabación definitiva, con diez temas que, al contrario que hasta aquel momento, nunca habían tocado todos juntos. Con la firma definitiva con Ariola y la producción de Dworniak y Bridgeman, que habían trabajado con grupos de funk como I Level o Shake Shake, el grupo buscaba un sonido más innovador, barroco y elaborado ("los primeros trazos de una lírica hispana envuelta en sonido eléctrico internacional"), compensando de alguna manera el estilo un tanto naif de La ley... El trabajo se grabó y mezcló en los estudios The Music Works y Markus entre febrero y marzo.

El resultado fue De un país en llamas, álbum que acabó tendiendo al barroquismo por estar cargado de innovaciones tecnológicas (ecos, golpes metálicos, ruidos); en ocasiones la producción quedaba por encima del trabajo del grupo. Aun así, su sonido contundente y oscuro y misteriosa atmósfera, y sus letras crípticas dieron lugar a un puñado de temas que se encuentran entre los clásicos de la banda (El tonto Simón, No tocarte, Han caído los dos). De hecho, Santiago ha valorado este disco como uno de sus favoritos de esta primera parte de la trayectoria de Radio Futura: “De un país en llamas representa un momento más maduro de nuestro periodo de reflexión sobre el pop-rock europeo”, en El País de las Tentaciones, 1998.

En cuanto a influencias, en el trabajo seguían apreciándose con claridad los aires anglosajones (Talking Heads, Bowie, John Cale), aunque temas como El tonto Simón o El viento de África ya iban acercándose a las raíces sureñas y latinas. Del álbum se extrajeron como singles: El tonto Simón (en dos versiones, una con El viento de África como cara B, y la otra con dos versiones de la propia canción, retituladas "de tarde" y "de madrugada"), La ciudad interior / Un vaso de agua (al enemigo), No tocarte (con Las líneas de la mano) y Han caído los dos / En alas de la mentira. Además se editó un maxi-single (que no suele aparecer en las discografías oficiales del grupo) "para uso profesional en discotecas" con cuatro temas: No tocarte, La ciudad interior, En el chino y Las líneas de la mano.

Aunque el disco volvió a ser un éxito de ventas, quizá la heterogeneidad con respecto al anterior trabajo y los propios problemas del grupo influyeron en que la gira de ese año fuese algo más corta y menos multitudinaria que la anterior. En mayo cerraron las fiestas de San Isidro en Madrid (el disco se editó ese mismo mes); para entonces ya eran, para la crítica, el grupo más notable del pop nacional. Curiosamente y de cara a dicho concierto, se produjo una pequeña polémica con la organización: el Ayuntamiento de Madrid lo había presentado en su información oficial sobre las fiestas como la "presentación" en directo del nuevo álbum; la banda lo desmentía en una carta al diario El País: “Radio Futura no desea hacer ninguna presentación pomposa del nuevo material, reservándose para más adelante la realización de un planteamiento completo de sus nuevas canciones ante el público madrileño, al que le une un particular nivel de entendimiento, y que el grupo tiene especial interés en preservar de toda confusión. El grupo quiere evitar todo exceso de significación forzada en torno a su trabajo y lamenta que el estilo del boom, propio del espectáculo tradicional, tienda a generalizarse en torno al rock, que es un arte que debe quedar a ras de la calle”.
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Además, la grabación de De un país... traería también tensiones entre los componentes de la formación, lo que redundaría en que el equipo de producción trabajase de un modo autónomo. El disco sirvió para reafirmarles ante el público pero también les planteó definitivamente la necesidad de profesionalizarse al máximo. Además de ello, las tensiones sobre la dirección artística que estaba tomando el grupo acabaron concluyendo en el abandono del grupo del batería, Solrac.

Aunque iniciaran 1986 como un trío (Santiago, Luis, Enrique), Radio Futura tenía como objetivo encontrar un nuevo batería que se complementase más con el bajo, liberando a las guitarras de las funciones tópicas haciéndolas más básicas y un teclista para dar nuevas texturas a las canciones. Llegó al grupo como baterista Carlos Torero, un todoterreno que a sus 22 años había pertenecido o colaborado con numerosos artistas y formaciones: Espasmódicos, Ana Curra, Academia Parabüten, La Mode, Inkilinos del 5º, Ciudad Jardín, Mercedes Ferrer y La Llave, Polanski y El Ardor o Los Coyotes. Su pertenencia a esta última banda, otra de las pioneras del rock latino, le había permitido familiarizarse con los estilos rumberos que el grupo estaba a punto de convertir en propios. También se incorporó Pedro Navarrete, un teclista de sólida formación clásica decidido a pasarse al rock.

El año 1986, el grupo detuvo su actividad en directo, y también trajo los ensayos y la grabación de las nuevas maquetas para el próximo trabajo de la banda en los sótanos del edificio de RCA-Ariola de Madrid. Con un "equipo extraordinario de grabación" de la década de los 60, Radio Futura reorientaría definitivamente su carrera artística, "depurando el sonido, los arreglos, el nuevo estilo que pretendíamos tener al alcance de la mano".

Una vez tuvieron diez temas listos para grabar, contactaron con el productor Joe Dworniak para grabar una maqueta. A finales de año viajaban a Nueva York (donde, según dicen, vivieron una experiencia inolvidable a la hora de componer) para hacer lo opuesto a lo que hicieron en Londres: grabar un disco con la mínima tecnología posible y siempre con sonidos naturales y clásicos. El proceso duró cinco semanas entre noviembre y diciembre, y se realizó en los estudios Sigma Sound de los Talking Heads, en 53th Street. Para introducir los metales y percusión con músicos de sesión de la ciudad, contrataron a Daniel Ponce, percusionista cubano y, como sección de viento, a The Uptown Horns Crispin Cioe, que habían trabajado por aquel entonces con Tom Waits o James Brown. El proceso de grabación se caracterizó por el perfeccionismo de Dworniak, que revisaba los arreglos compás por compás, así como las interpretaciones de cada miembro del grupo.

La banda volvió a España con un trabajo sólido y depurado, volcado principalmente en los ritmos caribeños: La canción de Juan Perro se publicaría en 1987. A principios de año se publicó como adelanto el single 37 grados, que llegaría a salir en tres versiones: en maxi-single, en vinilo de 12” con A cara o cruz de cara B, y finalmente en 7” a 45 rpm, junto con En un baile de perros. “[La canción de Juan Perro] supuso un punto de inflexión en nuestra carrera. Aprendimos que, si nos empeñábamos, podíamos conseguir lo que imaginábamos y que la música no se acotaba a la frontera de la península ibérica”. Kike Sierra, en Rolling Stone.

Aunque las ventas acompañaron, consiguiendo cifras similares a las de anteriores trabajos (antes de la salida del siguiente ya se hablaba de más de 150 mil copias vendidas), no compensaba el desembolso realizado para grabar en Nueva York. Además, el nuevo disco no acabó de convencer a la crítica. Sin embargo, el álbum iría ganando su favor con el tiempo y actualmente se reconoce como el mejor de la banda; en 2010, La canción de Juan Perro fue considerado por la revista Rolling Stone como el 4º mejor disco del rock español. El álbum se establecería como el primer trabajo de rock latino, que iniciaría la senda por la que se encaminaron muchos grupos más tarde; además, supuso el trabajo del que el grupo se ha mostrado más satisfecho, quizá la cima de su inspiración tanto en la música como en los textos.

Las influencias que se dejan notar en el álbum son muy amplias: rumba, salsa (A cara o cruz), blues (Un hombre de papel), pop, reggae (La negra flor), funk, merengue (37 grados), rock y rythm & blues (En un baile de perros) o hasta jazz. Las letras exploran los temas habituales del grupo (los demonios interiores en El hombre de papel o La mala hora), abriendo paso a horizontes más centrados en la sabiduría popular o incluso el mundo rural (El canto del gallo, Luna de agosto, A cara o cruz, En un baile de perros), pero también el mundo urbano (37 grados o La negra flor). Mención aparte merece Annabel Lee, traducción del poema homónimo de Edgar Allan Poe, con letra de Santiago y música de Luis. No es la única referencia literaria del disco: se ha señalado que la letra de Lluvia del porvenir estaba inspirada en la obra de Juan Rulfo, Pedro Páramo. Santiago hablaba en 1998 del poema original de Poe: “La sonoridad que tiene el poema de Poe en inglés es prácticamente rockera... cualquier autor contemporáneo podría agarrarla y hacer un rock ácido con ella, bien ácido. Creo que es un ejemplo de claridad, de medida, de sonoridad, que al pasarla al castellano, prácticamente, se conserva. Es de esas letras mágicas que tienen poder musical antes de ponerle música”.

Del álbum se extrajeron varios singles más. Entre ellos Annabel Lee (con Lluvia del porvenir como cara B) para el que se elaboró un videoclip dentro de las producciones que por aquel entonces realizaba el programa de televisión La bola de cristal. En él Santiago aparecía caracterizado como un noble en su mansión, y Enrique y Luis como los “ángeles del cielo” y “demonios del mar” que menciona el poema. En 2006, Rolling Stone elegiría Annabel Lee en el puesto número 178º de las 200 mejores canciones de la historia del pop rock español.

También se editó El canto del gallo, que llevaba como cara B La mala hora, y que supuso el máximo exponente en el disco de esa veta popular, casi rural que anunciaba El tonto Simón y que de algún modo continuaría Corazón de tiza. Para la promoción del single, el artista Max (autor de Peter Pank) realizó un cómic homónimo con guion de Santiago Auserón.

El último single que se editó fue La negra flor (con El hombre de papel como cara B), un tema que se plantea como un homenaje a la ciudad de Barcelona, con cuyo público el grupo mantenía una relación especialmente buena, y en especial a las conocidas Ramblas. En la edición como maxi-single, realizada unos meses después del lanzamiento del álbum y cuando el siguiente ya estaba en preparación, se incluyó como cara B Paseo con la negra flor, una remezcla que suponía el primer rap de estilo jamaicano en español y que volvería a ser publicada en el siguiente disco de la banda. Rolling Stone elegiría La negra flor en el puesto número 96º de su lista de Mejores canciones del pop rock español. Ariola realizó un videoclip del tema para su lanzamiento en América Latina, en el que los miembros del grupo sólo aparecían en imágenes intercaladas, actuando en directo.

La canción de Juan Perro fue también el álbum con el que Radio Futura se introdujo en el mercado latinoamericano, especialmente en México. Si bien anteriormente, por parte de algunas emisoras independientes (especialmente ROCK 101), habían sido radiadas en el país azteca canciones de anteriores trabajos, es con este álbum con el que la discográfica pretendía internacionalizar definitivamente la banda. Siguiendo los pasos de los pocos rockeros españoles que por aquel entonces pisaban suelo mexicano (Miguel Ríos, Nacha Pop), el grupo dio el salto a América, con el impulso de locutores como Luis Gerardo Salas de ROCK 101, o el más conocido posteriormente como director de cine Alejandro González Iñárritu, de WFM. El grupo ofreció, entre otros conciertos, dos recitales gratuitos en Monterrey y en México DF. Fue especialmente recordado éste último, que se celebró en Hotel de México (hoy World Trade Center), en el que fueron teloneados por Ninot, y que estuvo a punto de convertirse en una tragedia: el suelo temblaba fuertemente con los saltos de la gente que abarrotaba la sala, el equipo amenazaba con caerse (la banda tuvo que detener su interpretación en un par de ocasiones), y una parte del público que pretendía entrar tuvo que quedarse fuera por falta de espacio. Aún con el éxito de la presentación, Radio Futura no volvería a México.

El título del disco surgió de una conversación de Santiago Auserón con Ricardo Teixidó, batería de Danza Invisible: “Estábamos una noche de juerga por La Coruña y él me dijo que yo era un Juan Perro, un don nadie sin casa. Me gustó la imagen literaria. Todos somos Juan Perro”. Años después y tras la disolución de Radio Futura, Santiago Auserón tomaría como nombre artístico aquella sugerencia para su carrera en solitario, en la que continúa en activo.

En el mejor momento artístico del grupo, de nuevo comenzarían los problemas con la formación. Enrique Sierra, que sufría una enfermedad crónica de riñón (que acabaría provocándole la muerte en 2012) sufrió una crisis y hubo de dejar el grupo; fue ingresado en el hospital justo tras el primer concierto de la gira de La canción..., que se celebró en el Pueblo Español de Barcelona. El grupo se vio obligado a encontrar un sustituto, por lo que fue probando sucesivamente nuevos guitarristas mientras la gira continuaba. Finalmente el elegido fue Javier Monforte, tras las participaciones temporales previas de Alex Sánchez, antiguo miembro de Lone Star, y Ricardo del Castillo, hermano de Carlos Torero.

En 1988, Enrique Sierra se recuperaba y volvía a la formación, pero se decidió conservar a Javier Monforte como guitarrista; así, Radio Futura quedaba constituida en ese momento por seis miembros. A mitad de temporada se produjo un nuevo cambio en la batería: Carlos Torero fue sustituido por Óscar Quesada.

La gestación del disco en directo de Radio Futura no estuvo exenta de polémica, así como el resultado final. Mientras algunas fuentes señalan que el grupo trabajaba con la idea de hacer un directo desde hacía tiempo, otras señalan que fue la compañía la que, no habiendo recuperado la inversión realizada en la grabación de Nueva York, propuso esta fórmula. Más allá de cuál fuese el impulso inicial, posteriormente se sucederían otros motivos por los que el disco no supondría un éxito artístico, aunque sí lo fuese en lo comercial.

La idea original era grabar diferentes conciertos durante toda la gira de 1988 para reunir, entresacando de ellos los cortes, el material del álbum. Sin embargo, el elevado coste y la complejidad técnica del proyecto hicieron que se descartase, y únicamente se grabaron, para sondear el sonido buscado, un par de conciertos en Barcelona (entre ellos el de las Fiestas de la Mercé). Con todos los condicionantes descritos, la decisión final fue que fuesen solo los dos últimos conciertos, celebrados a finales de octubre en un abarrotado Arena Valencia Auditorium, los que se editasen.

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