2015-04-19


Rocket to Russia es el tercer álbum de estudio de la banda estadounidense de punk-rock The Ramones, lanzado en noviembre de 1977 a través de Sire Records. Su orígenes se remontan al verano de 1977, cuando Sheena is a punk rocker fue lanzada como single. La grabación del álbum comenzó en agosto de 1977, y la banda tuvo un presupuesto considerablemente abultado con Sire de entre 25.000 y 30.000 dólares; gran parte de este dinero se dedicó a la producción del disco en lugar de a la grabación.

La temática de las canciones fue variable a lo largo del álbum, aunque casi todas las canciones del álbum incorporaron humor en las letras. El estilo musical mostró más que influencias del surf-rock, y muchas canciones contenían mínima estructuración. Los Ramones también se se expandían ligeramente agregando baladas a la mezcla. Incluso con estas canciones relativamente más lentas, la velocidad del álbum nunca disminuye.

El álbum recibió una acogida positiva, y muchos críticos apreciaron la producción madurada y la calidad de sonido en comparación con los álbumes precedentes. El crítico musical Stephen Thomas Erlewine lo consideró su álbum favorito de los Ramones, ya que contenía varios de sus mejores temas y contaba con más variedad de ritmos. El álbum no fue tan comercialmente acertado como la banda esperaba, llegando hasta el número 49 en Billboard 200. Los miembros de la banda culparon a los Sex Pistols por su falta de ventas, diciendo que cambiaron la imagen punk para peor. La falta de popularidad provocó que Tommy Ramone dejase su puesto como baterista, y se dedicó exclusivamente a trabajar en la producción.

The Ramones y los Sex Pistols fueron dos iconos de un movimiento, dos fuentes de controversia, y dos carreras radicalmente diferentes. A ambos lados del Atlántico, el punk venía gestándose desde años atrás, y en el momento de la eclosión fueron los Pistols quienes se llevaron para siempre la bandera, pero persisten quienes discuten la paternidad en favor de los de Queens. Aunque en ambas bandas la simpleza compositiva y la rabia juvenil eran dos signos identitarios, la contestación adolescente era muy distinta; en Gran Bretaña todo tenía un cariz político mucho más marcado; en Ramones, sin embargo, todo era más primario. Joey, Johnny, Tommy y Dee Dee enseñaron al mundo que no hacía falta ser un músico experto para formar una banda. Ésa es la esencia del grupo y también la raíz del punk: acordes de quintas y canciones que no superan los dos minutos para revelarse contra todos aquellos grupos de rock progresivo de los años 70.

Como alguien dijo una vez, los Ramones fueron una banda afectada por el síndrome eterno de Peter Pan. Sólo dando un vistazo rápido a los títulos de sus canciones, salta a la vista los "I wanna", los "I can’t" o los "I don’t" por doquier. Siempre mostrando deseos o frustración, un cúmulo de cosas que se quieren y desean y que rara vez vienen o acuden del modo y la duración en que se sueñan, una urgencia y una inmediatez típica y tópica del adolescente insatisfecho que un día decide empezar a protestar por todas esas cosas que ve pasar delante suyo sin poder tocarlas, enarbolando sus vicios, en este caso el pegamento esnifado y las películas de terror. En esas coordenadas hay que enmarcar a los Ramones, sin más complicaciones.

Pero lo primario e inmediato del discurso no está solo. Musicalmente propusieron unas composiciones igualmente simples y primarias, fundamentadas en un pequeño puñado de acordes y encajes sencillos de estrofas, de una duración mínima, alcanzando rara vez los dos minutos y medio, y nunca por encima de tres. Sin embargo, el concepto también tenía su profundidad bien pensada. Si tenemos en cuenta el panorama musical de la época, donde el rock sinfónico, el glam, el rock progresivo, el folk-rock o los nuevos caminos que abría la experimental electrónica de aquel tiempo, le daban a todo un cariz bastante complejo, más el aspecto sofisticado de muchas de las estrellas del rock, la irrupción de Ramones puede interpretarse como un movimiento contracultural.

Ahí se plantaron los Ramones, con sus pelos y flequillos, sus chupas de cuero, sus vaqueros de pitillo, sus aires desgarbados y sus pintas de inadaptado de suburbio, rescatando el rock'n'roll clásico de los 50 y el rock surfero, copiando la actitud de Iggy Pop o los New York Dolls, mezclándolo todo con sus motivaciones personales, e interpretando como una máquina de disparos de electricidad contagiosa, pegadiza, irresistible, veloz, cruda y, por supuesto, punk.

Cuando se editó Rocket to Russia, ya habían lanzado otros dos discos: Ramones (abril de 1976), y Leave home (febrero de 1977). Ninguno tuvo demasiado éxito más allá del circuito underground neoyorquino. Sin embargo, suele citarse como un punto clave la visita que la banda hizo a Gran Bretaña en julio de 1976, durante los actos del bicentenario de Estados Unidos. Allí dieron una serie de conciertos, donde fueron vistos por los miembros de varias de las bandas seminales del aún primario punk británico. Por allí estaban los Sex Pistols, y también los Clash o los Damned, y en aquel mes vio la luz el fanzine central del movimiento punk británico Sniffin’ Glue, evidentemente motivado por la canción de los de Queens (Now I wanna sniff some glue). Tras el enriquecedor contacto, el retorno a Estados Unidos traería mejores repercusiones. Los ecos de la actuación londinense ayudaron a que pudiesen salir de Nueva York, y en pocos meses tanto Canadá como Los Angeles verían al fenómeno Ramones actuando allí y causando impresión entre las bandas locales.

Un crítico de Rolling Stone se refirió a ellos como la mejor banda estadounidense de rock del año, y Rocket to Russia logró que por primera vez el grupo entrase en las listas. Como singles, Sheena is a punk rocker llegó al número 81, y Rockaway Beach al 66. De la nada, a empezar a dar codazos en las listas.

En el verano de 1977, Sheena is a punk rocker fue lanzada como single, tratándose de un descarte del anterior disco del grupo, Leave home. Este período fue muy significativo para el género punk-rock, y fue conocido como la cumbre del género punk-rock, puesto que se ofrecieron contratos de grabación a muchas bandas punk. Clubes de Nueva York como el CBGB y el Max's Kansas City comenzaron a recibir mayores audiencias de público para escuchar a estas bandas punk. Los fans punk comúnmente creían que este estilo musical pronto tocaría techo en el mercado. El autor Tom Carson explicaba: "estar en Nueva York ese verano debía resultar algo similar a lo que podría haber sido vivir en San Francisco en 1966 o 67, o en Londres cuando los Beatles y los Rolling Stones eclosionaron".


Tras ser escrito principalmente en la carretera a lo largo de sus giras de 1977, la grabación comenzó en agosto del mismo año y se llevó a cabo en los estudios Media Sound de Manhattan, un local construído sobre una antigua iglesia episcopal. En el primer día de sesiones, el guitarrista Johnny Ramone aportó una copia de God save the Queen de los Sex Pistols, destacando que su tipo de música "se lo robó" a la banda. Johnny hizo hincapié en que el ingeniero de sonido del álbum Ed Stasium necesitaba incorporar mejor producción que el disco de los Sex Pistols, a lo que Stasium respondió que "no habría problema". Johnny declaraba: "estos tipos nos estafaron y quiero sonar mejor que ellos".

Aunque el álbum cita a Tony Bongiovi y Tommy Ramone como los principales productores, gran parte de la producción del álbum fue hecha por Stasium; Johnny fue tan lejos como para insistir en que Bongiovi estuviese omnipresente durante las sesiones de grabación de la banda. La masterización final de Rocket to Russia se realizó principalmente en el estudio Power Station de Bongiovi. El famoso productor Phil Spector se ofreció a elaborar Rockets to Russia, pero la banda se negó, aludiendo a que el disco no sería lo mismo sin Tommy y Bongiovi.

El álbum fue lanzado en noviembre de 1977 bajo el nombre de Rocket to Russia, aunque en principio se le había asignado el título de trabajo Get well. La portada del álbum fue diseñada por John Gillespie y la foto de portada fue realizada por Danny Fields. Arturo Vega se acreditó como coordinador artístico, y el editor de la revista Punk, John Holmstrom, junto con el guitarrista Johnny Ramone, trabajaron en la ilustración, y en el concepto de la contraportada trasera, que contemplaba un tema militar con un dibujo de una historieta anticomunista, representando una cabeza de alfiler montando un cohete de Estados Unidos a Rusia. El dibujo cuenta con numerosos lugares de interés que corresponden a su posición global, incluyendo el Empire State Building y el Capitol Building, y la Catedral de San Basilio en Moscú. Las ilustraciones originales se encuentran actualmente en el Rock and Roll Hall of Fame de Cleveland. Las ilustraciones del interior del disco representan mediante dibujos animados muchos de los temas que interpretaban en las canciones.

En comparación con los discos anteriores del grupo, las canciones de Rocket to Russia contienen más influencias de la música surf y bubblegum-pop que sus anteriores trabajos, pero conservan el humor integrado en las letras, específicamente de la comedia negra con temas girando en torno a los trastornos mentales y la psiquiatría.

Si bien el resultado final se percibe más logrado, compacto y adictivo que de costumbre, todo ello se consiguió sin grandes misterios de por medio, explotando más y mejor que nunca sus influencias de siempre (el rock & roll de los 50, el surf rock de los 60, el pop-rock británico de los 60) sin descuidar su inconfundible, acelerado y simplificado estilo propio, obteniendo a cambio una música veloz, cruda y directa, pero a la vez entretenida, rockera y bailable, una propuesta que distaba bastante de la esencia destructiva de los Pistols, o del espíritu combativo y revolucionario de The Clash, los otros dos grandes exponentes del punk cosecha ´77.

La voz de Joey se muestra más melódica y atiplada, hipando las letras con una voz que suena extraña, británica. El sonido de guitarra de Johnny todavía es feroz, pero suena mucho más limpio y más suave que antes, agregándose muy bien a la perfecta sensibilidad pop de las canciones. El bajo de Dee Dee es fluido y siempre musicaliza la nota raíz de lo que Johnny está tocando, otro ejemplo de la pura simplicidad de su interpretación. Los tambores de Tommy son de la marca "doo chh", con platillos revueltos que suenan casi con un efecto totalmente diferente.

El álbum se abre con Cretin hop, con una breve introducción de guitarra, que rinde homenaje a los fans de Ramones, y que fue inspirada por la Cretin Avenue de St. Paul, Minnesota, el nombre del ex-obispo Joseph Crétin. Cuando era interpretada en los conciertos, la banda bailaba pogo en el escenario. Rockaway Beach fue escrita por el bajista Dee Dee Ramone, y fue inspirada por los Beach Boys junto con otras bandas de música surf. El título alude a un barrio y playa en Queens de la que Dee Dee era fan, según confirmaron Tommy y Joey.

El disco rebaja ese ritmo frenético con la balada Here today, gone tomorrow. Locked love devuelve la energía al disco, otro tema melódico y simple que da paso a una de las máximas del movimiento punk: I don’t care, un tema más oscuro donde Joey repite incesantemente que “no le importa, no le importa el mundo ni esa chica”. Una letra construida con tan solo dos versos, simple pero directa. I don't care se componía de tres acordes y se caracterizaba por "poner el punk-rock en el mapa". La canción mid-tempo se desvía del patrón de tres acordes y comienza con Joey gritando "Go!", seguido por riffs de guitarra que Tom Carson estimó que mostraban texturas estridentes. Carson también sugirió que estos acordes "chocaban" unos con otros hasta el final difuminado de la canción.

We're a happy family es una caricatura de las condiciones en las que vivían las familias estadounidenses de clase media del siglo XX. Las letras de la canción representan una familia disfuncional, donde el padre es un mentiroso homosexual, la madre es adicta a las drogas de prescripción, y el niño tiene escalofríos, y que la familia es amiga del Presidente de Estados Unidos y el Papa, e indica que la familia vende marihuana. La canción tiene un tono decreciente con varias diferentes líneas de diálogo falso, que ilustran una faceta de la personalidad de Joey, según su hermano Mickey Leigh.


La cara B del álbum comienza con Teenage lobotomy, que trata sobre la operación de lobotomía quirúrgica del cerebro. Las letras describen cómo este procedimiento puede causar graves consecuencias para el cerebro. La composición presenta melodías más complejas que la de otras canciones del álbum, y Stasium proclamaba que era una "sinfonía mini-Ramones". Rocket to Russia es el primer álbum que cuentan con dos canciones cover: Do you wanna dance?, original de Bobby Freeman, y Surfin bird, originalmente cantada por The Trashmen, el tema más loco del disco, que a partir del minuto y medio se convierte en todo un disparate.

El poco halagüeño futuro fue otro de los lemas del punk, reflejados en la letra de I wanna be well, cuyo final casi se funde con el 1, 2, 3, 4 de Dee Dee al comienzo de I can’t give you anything. Es otro de los temas pegadizos del álbum, que destaca por las melodías en el estribillo. Al igual que los coros de Ramona, con Joey al frente de unas voces suaves y agradables. Tras trece temas que no superan los tres minutos, el disco cierra con Why is it always this way, con ese “hey, hey, hey” cantado por Joey que hace que quieras volver a poner el disco otra vez. Total, un disco que no dura más de media hora.

Rocket to Russia fue bien recibida por los críticos, y a menudo se le dio críticas positivas. Muchos críticos apreciaron la progresión de la calidad de sonido y valor de la producción de la banda en contraposición con los álbumes precursores. Stephen Thomas Erlewine, crítico musical de AllMusic dijo que la producción "sólo le da la música de Ramones más fuerza", e indicó que, aunque carece del impacto revolucionario que tuvo su debut, Rocket to Russia es el álbum del grupo "de más fácil escucha y agradable" debido a su cantidad de canciones pegadizas y tempo variable.

El crítico Robert Christgau reafirmaba que el contenido del álbum había evolucionado significativamente desde los trabajos anteriores, señalando que el álbum "tiene algo para todo el mundo", y calificándolo como "oportuno clásico punk-rock". El crítico Dave Marsh de Rolling Stone comenzó su crítica del álbum afirmando: "Rocket to Russia es el mejor álbum de rock & roll americano del año y posiblemente el más divertido álbum de rock que se haya hecho". Como otros críticos, Marsh reconoció la calidad avanzada del sonido, explicando que "las guitarras hacen riffs sin descanso, pero son más libres dentro del sonido turbio, y les dan mucho más trabajo a las canciones".

Aunque la banda esperaba que el álbum consiguiese algunos éxitos entre sus canciones, Rocket to Russia vendió pocos discos. El álbum llegó al número 49 en Billboard 200, haciendo de este álbum uno de los más exitosos entre las publicaciones de Ramones, y también debutó en el número 31 en las listas suecas, en el 36 en las listas canadienses, y en el 60 en la lista de álbumes británica.

La falta de ventas de discos fue en gran parte debida a sus compañeros punk de la banda Sex Pistols, que hizo que muchas personas abandonasen el género "con su comportamiento antisocial", como escribió el autor Brian Bowe. El historiador de la música rock Legs McNeil declaró al respecto: "imperdibles, cuchillas de afeitar, cortes de pelo picados, gruñidos, vómitos... todo lo que no tenía nada que ver con los Ramones se puso repentinamente de moda y mató la oportunidad de que Rocket to Russia pudiese conseguir cualquier cobertura". Joey también insistió en que los Sex Pistols eran parcialmente responsables de los números bajos de ventas, concluyendo que antes de que 60 Minutes se centrase en los Sex Pistols, Rocket to Russia tuvo una cobertura decente. Después de esto, Joey afirmaba, "todo el mundo se volvió loco y luego las cosas cambiaron radicalmente. Muy pocas de las cosas que resultaron distorsionadas fueron culpa nuestra".

El baterista Tommy, que también había trabajado para coproducir el álbum, estaba preocupado por la falta de ventas y comenzó a debatirse si continuar con los Ramones. También consideraba que las giras eran "deprimentes", y que el público no familiarizado con sus conciertos era "un montón de gente muy excéntrica, excitable, loca, de un club de mierda a otro". El baterista dejó la banda para continuar trabajando en la escritura y las mezclas del álbum.

"Estaba pensando, ¿qué es mejor para los Ramones? Había mucha tensión entre Johnny y yo. Estaba tratando de liberar la presión, para intentar que la banda continuase. Comenté primero a Dee Dee y Joey que iba a salir de la banda. Dijeron, 'Oh no, no te vayas, no te vayas, bla, bla, bla'. Les dije que teníamos que hacer algo, porque me estaba volviendo loco". Tommy Ramone.

Para muchas personas, es probable que no haya mejor disco de los Ramones que su primer LP, por la inmediatez y frescura con la que sorprendió su fórmula a mediados de los años 70. No obstante, la banda disfrutó de una más que extensa carrera discográfica y, aunque tuvieran momentos de mayor o menor inspiración, la banda liderada por Joey Ramone produjo una serie de discos que son recordados como parte de las bases de lo que hoy conocemos como punk-rock melódico y que acabaría extendiendo su influencia a otros géneros. De entre esos álbumes fundacionales, Rocket to Russia es uno de los discos de la banda con mejor consideración tanto por parte de los fans como por la crítica especializada, el tercero de su carrera y el segundo que publicaron en 1977, conviviendo con bandas de la talla de Sex Pistols y The Clash.

Pese a que la esencia de su propuesta ya quedó perfectamente descrita en sus dos primeros discos, Rocket to Russia dio un tímido paso hacia delante incorporando influencias de la música surf y el rock’n’roll, matizado todo ello bajo el filtro Ramone, pero dejándose llevar al mismo tiempo por las exigencias de ese tipo de géneros, como podría ser la búsqueda de las armonías en las melodías. La influencia de bandas y artistas como Beach Boys, Elvis Presley, Gene Vincent o similares en los Ramones es evidente, pero la gracia está en que incorporasen su influencia de forma tan evidente. La resultante de esta ecuación es una suerte de punk-pop con un alto componente melódico, pero con unas bases muy simples y directas, que se concretan en pildorazos como Sheena is a punkrocker, Cretin hop, Teenage lobotomy o Rockaway Beach, y que manifiestan su adoración por los 50 y 60 a través de su conocida versión del clásico Do you wanna dance?, un tema original de Bobby Freeman y versionado por bandas como Cliff Richard and The Shadows, los Beach Boys, John Lennon o Mammas and The Papas en los 60; o también el caso de su particular visión del clásico de los Trashmen, Surfin’ bird; aunque donde de verdad manifiestan esa influencia de forma mucho más explícita es en temas como Needles and pins o Slug, incluidos como bonus en algunas reediciones posteriores del álbum, pero grabadas en esa misma época. De este modo, los Ramones dan explicación a su peculiar estilo y nos lo muestran exponiendo de forma evidente sus ingredientes básicos.

No obstante, también hay gente que, pese a que Rocket to Russia es probablemente la mejor entrega de los Ramones, piensa que fue el disco en el que empezaron a limpiar demasiado su sonido en producción. Aunque la banda suena más limpia que en su primera entrega o que se permiten incluso la incorporación de alguna guitarra acústica como base (como en I can’t give you anything), no se trata de una superproducción o de una alteración del sonido de la banda, sino más bien de un balance lo más ajustado y adecuado posible para exprimir al máximo unas composiciones que brillan con luz propia.

Tras este Rocket to Russia, la carrera de los Ramones empezó a descender, muy lentamente, hasta Adiós amigos, su último álbum publicado en 1995. Las peleas eran habituales en el grupo y esto acabó por desgastar a los miembros originales. A partir de 1978, todo un desfile de baterías pasó por el grupo: Marky, Richie, Elvis… incluso Dee Dee abandonó el grupo para dedicarse al rap. Seguramente el mejor período de la banda fueron sus primeros años, los años de Johnny, Joey, Dee Dee y Tommy. Los cuatro juntos fueron algo más que un grupo: fueron los hermanos Ramone.

Fuentes: http://en.wikipedia.org, http://www.allmusic.com, http://www.rollingstone.com, http://es.wikipedia.org, http://www.todopunk.com, http://www.elportaldelmetal.com, http://www.alohacriticon.com, http://blogs.diariodenavarra.es, http://persimusic.com, http://www.bsides.es, http://www.bbc.co.uk, http://www.punknews.org, http://www.culturetease.com, http://www.sputnikmusic.com, http://rincondesconexion.blogspot.com

Listado de canciones:

1.-   Cretin hop
2.-   Rockaway Beach
3.-   Here today, gone tomorrow
4.-   Locket love
5.-   I don't care
6.-   Sheena is a punk rocker
7.-   We're a happy family
8.-   Teenage lobotomy
9.-   Do you wanna dance?
10.- I wanna be well
11.- I can't give you anything
12.- Ramona
13.- Surfin' bird
14.- Why is it always this way?

Expanded Edition CD (2001)
15.- Needles & pins (early version)
16.- Slug (demo)
17.- It's a long way back to Germany
18.- I don't care (single version)
19.- Sheena is a punk rocker (single version)

Vídeos:

Cretin hop - The Ramones

Rockaway Beach - The Ramones

Here today, gone tomorrow - The Ramones

Locket love - The Ramones

I don't care - The Ramones

Sheena is a punk rocker - The Ramones

We're a happy family - The Ramones

Teenage lobotomy - The Ramones

Do you wanna dance? - The Ramones

I wanna be well - The Ramones

I can't give you anything - The Ramones

Ramona - The Ramones

Surfin' bird - The Ramones

Why is it always this way? - The Ramones

Needles & pins (early version) - The Ramones

Slug (demo) - The Ramones

It's a long way back to Germany - The Ramones

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