2016-04-21



Más de alguno pensó que jamás se daría este momento, pero se dio. Para unos el 2008, para otros el 2013, y para quien escribe estas líneas y varias otras personas más, este 20 de abril de 2016. Citando a un destacado deportista nacional, “nada es imposible“. Y es que si agrupar a verdaderos íconos del Metal en un solo show ya es demasiado, hacerlo en un “pack” llamado Avantasia lo es aún más.

Imposible no recordar los días en que varios de nosotros estábamos en el colegio, con un discman en mano y el fresco material de la Ópera Metal, liderada por Tobias Sammet, deleitando nuestros oídos. Fueron dos años seguidos de tremendos lanzamientos, y de seguro no pasaba por nuestras mentes el disfrutar del show en vivo. Un largo silencio de cinco años acrecentó nuestros temores, y ya no era solo olvidarnos de algún recital de Avantasia, sino que también pensamos que para Tobi el proyecto “ya fue”, y que se enfocaría 100% a Edguy. Por suerte para todos, la historia fue otra.

Bajo el contexto del tour mundial de “Ghostlights”, su aclamado último lanzamiento,  el recinto de calle San Diego comenzó a llenarse tímidamente de jóvenes de polera negra. Uno recalca que se trataba de jóvenes porque el promedio de edad de los presentes cómodamente bordeaba los treinta años de edad. Como es de costumbre, una buena selección de música envasada para amenizar la espera, esta vez estuvo a cargo de Iron Maiden, AC/DC y Black Sabbath, entre otros.

Cuando el reloj marcaba las 20.42, y con unas 2.000 personas aproximadamente en el recinto santiaguino, al fin bajan las luces y comienza a sonar como introducción Also Sprach Zarathustra, tema que recuerda a la legendaria película “2001: Odisea en el Espacio”, compuesto a fines del siglo XIX por el alemán Richard Strauss. Junto a la música, un imponente telón de “Ghostlights” y la aparición del primer miembro en escena, Felix Bohnke… y a los segundos la explosión del Teatro Caupolicán con el ingreso de Sascha Paeth y Oliver Hartmann en guitarras, Andre Neygenfind en el bajo, Michael “Miro” Rodenberg en el teclado y Amanda Somerville junto a Herbie Langhans en los coros. Todos ellos armaron la escena perfecta para la entrada de Tobias Sammet, el creador de toda esta historia, que se ganó la primera de múltiples ovaciones en una jornada que terminaría siendo inolvidable en muchos sentidos.

El tema de apertura fue nada menos que el “opening track” del último álbum, Mystery of a Blood Red Rose. Si bien es un tema midtempo y con un ambiente teatral,  no le costó nada encender los ánimos de los presentes en el teatro, con un público que se notaría enormemente participativo durante toda la jornada. Muy destacable el break que deja a Tobi cantando a capella, uno de mis momentos favoritos del tema. Tras unas breves palabras de Tobi, preguntándonos si estamos listos para tres horas de show, comienzan a sonar los acordes del tema que da el título al álbum, Ghostlights, junto con ello la aparición de uno de los integrantes más vitoreados de la noche, el hijo pródigo del Power Metal, el señor Michael Kiske. De más está decir lo que genera Michi en el escenario, de cómo su estilo inspiró a todos quienes siguieron su ruta ligada al Power Metal, y si temas como éste existen, es en gran parte responsabilidad del calvo alemán, cuya voz sigue siendo tan estremecedora y emocionante como en sus épocas más clásicas. Espectacular inicio del show.

Tras una excelente muestra del último largaduración, fue momento de mirar atrás en su repertorio, y la elegida fue Invoke the Machine, perteneciente al “The Mystery of Time”. El tema liderado por Ronnie Atkins, quien hacía su debut en nuestro país, y Tobias, llenó de energía a los presentes en “El Caupo”. Tobias, en uno de sus múltiples momentos “hablados” de la jornada, nos contó que era la primera vez en Chile por parte de Ronnie y que le habían contado lo bueno que era,  y tras cartón, Ronnie introduce Unchain The Light, de su última placa, y previo al coro del tema se une nuevamente Kiske, dando cátedra en el “High up in the open skies”. Escuchar ese coro en vivo es un regalo para todos quienes disfrutamos del Rock, para quienes sagradamente todos los días le dedicamos minutos de nuestras vidas a este arte.



Nuevamente es momento del “The Mystery of Time“, y de su primer tema, The Watchmaker’s Dream. Pese a que no se pudo contar con Joe Lynn Turner en las voces (¡se pudo haber quedado, estuvo hace 4 días acá!), no perdió su esencia de ser un tema fresco y lleno de vida, con esos hermosos teclados Hammond, al más puro estilo Jon Lord y con la participación del enorme Oliver Hartmann en las voces además de la guitarra, con un trabajo y energía francamente impresionantes.

Llegaría el momento de volver algunos años atrás y se dio uno de los momentos más especiales de la noche. Tobi, con una cancha y carisma que no por ser conocidos dejan de ser impresionantes, introdujo la siguiente canción, explicitando que no iba a decir el nombre del tema, sino que en otros países, los teclados iniciales hicieron volar el techo de los respectivos recintos, y que esperaba que en Santiago de Chile ocurriera algo similar. Así, sin decir que se trataba de la mítica The Scarecrow, el pronóstico/deseo de Sammet se cumplió con exactitud y precisión, causando el delirio del público que además sabía que contaríamos en esta oportunidad con la gran y fantástica participación del noruego Jorn Lande, “The Striking Viking from Norway”, según palabras del propio Sammet. Definitivamente las palabras se quedan cortas para intentar explicar las sensaciones del momento en que el tema acelera y Jorn exclama “…Their evil eyes are looking down on you…”,  varios aún tenemos escalofríos. Tremendo. Y con el ingreso de Lande a escena, la banda tuvo un mini descanso, aprovechado por Sammet para anunciar una balada de su última placa, balada que también era algo “diabólica”. Y la interpretación de Jorn con Tobias de Lucifer fue realmente notable.

Se retira Jorn de escena y sin mayor presentación salió a escena el genial Eric Martin, vocalista de Mr. Big, un tipo con un carisma y simpatía realmente llamativos, y que armó varios “juegos” con Tobias Sammet durante toda la jornada, e incluso Sammet lo llamó varias veces “Mr. Big Mouth”, en un juego de palabras entre la banda originaria de Martin y su carácter “parlanchín”. Pero el inicio de la participación del estadounidense sería con la emocionante balada What’s Left Of Me, que de acuerdo a cómo se dio el concierto, incluso ayudó a dar algo de descanso a las piernas, tras el arrollador comienzo.

Luego de esto Eric queda en escena, se dirige al público y anuncia el primero de los varios temas pertenecientes al doble lanzamiento de 2010, The Wicked Symphony, que permitió unos merecidos minutos de descanso a Tobias y contó con la participación vocal de Eric, Oliver, Herbie, Amanda y Jorn, además de la fanaticada extasiada con este excelente tema que abre el disco de igual nombre, a la que prácticamente no le importó que no estuviera Tobi en escena, y dejó la voz con el “Hey man, in your hideaway / Where do we go from here / Heroes in the tragedy“.

Ya a estas alturas, más allá de estar disfrutando el show, llamaba la atención el gran caudal vocal del debutante Herbie Langhans. Y después de una hora de música, llega un momento esperado para varios de los presentes. Al escuchar el álbum “Ghostlights“, a varios nos llamó la atención y nos cautivaron los “hey hey hey” de Draconian Love, y ahora era su momento en vivo. Además, previo al comienzo del tema, Tobias nos cuenta que será el segundo single del disco, cosa que realmente no servía… para nada, pero que era bueno que lo supieran, causando la risa de buena gana de un público totalmente entregado y participativo. Fue realmente notable fue la actuación de Herbie, quien ya había estado acompañando a la banda en los coros, pero ahora su rol fue protagónico y salió ovacionado por su excelente cometido, mostrando un rango vocal fabuloso, pues en los anteriores temas no le hizo el quite a ningún agudo, y sus tonos graves más “góticos” en este tema sonaron tanto mejor que en el disco de estudio.

Nuevamente Tobias, un frontman respecto del cual quedan cortos los elogios, jugó al “misterio” con el siguiente tema, con su inicio de teclado, diciendo que apenas escucháramos las primeras notas reaccionaríamos enloquecidos. Miro Rodenberg tocó una nota y la gente se extasió, pero un muy simpático Tobias nos dijo que no, que una nota podría ser cualquier cosa, incluso podía ser una “shitty song“, provocando nuevas risas en algo que por momentos incluso parecía un café concert. Pero momentos después, Miro lanza el teclado de Farewell, un segundo “respiro” en la noche, pero un respiro más nostálgico, por llevarnos al año 2001 y al debut de la Ópera Metal. Amanda Somerville fue la encargada de suplir a la holandesa Sharon den Adel, compañera de Tobi en esta ocasión, Kiske se une en el último coro para aportar con una genial tercera voz. El público estaba tan extasiado que incluso interrumpió el final del tema, que es a capella entre Tobi y Amanda, para ovacionarlos e incluso manifestarse cariñosamente con Amanda y el clásico “mijita rica la la la la”, que los músicos no entendían porque es algo bastante chileno, pero que Amanda zanjó señalando que seguramente era algo bueno así que lo agradecía.

Junto a los mencionados anteriormente, se unen Jorn, Ronnie y Oliver a las voces para interpretar Stargazers, tema que abre “Angel of Babylon”, quizás el punto más alto de ese disco (junto a Death is Just a Feeling), y con un Kiske nuevamente catedrático y estremecedor, especialmente en el coro. En el break post canción, comienza una breve interacción entre Kiske y Sammet con el respetable, una serie de “ceacheís” -en todo caso, la más potente ovación se la llevó Amanda que dijo muy bien el “chi chi chi, le le le“. Incluso nos animamos a cantar en alemán, cuando Tobi nos enseñó lo que según él era una canción de niños, pero su letra, “zieh dich aus, kleine maus” (algo así como “desvístete, ratoncito”), hace pensar lo contrario. Incluso fue a buscar su celular para registrar el momento y nos felicitó por nuestro alemán, muy bien hablado y pronunciado. Un momento jocoso y distinto a lo que uno normalmente vive comúnmente en recitales, y quizás eso haya sido un gran factor para que esta jornada fuese inolvidable, pasar de momentos divertidos a pasajes emotivos con extrema facilidad y fluidez.

Y como era tendencia, luego de un instante distendido y divertido, vendría otro pasaje de altísima calidad. Los primeros acordes de Shelter From The Rain hicieron al Caupolicán caer rendido a los pies de Avantasia. En aquellos entonces, cuando salió “Scarecrow” en el 2008, Michael Kiske se encontraba alejado del Metal, y más allá de algunas contribuciones puntuales, era poco lo que se sabía de él en este lado de la fuerza, por lo que haber tenido la oportunidad de escuchar esos temas nos devolvía las esperanzas… y tener la oportunidad de escucharlo en vivo, realmente es una emoción inexplicable, especialmente para quienes disfrutábamos por primera vez de un show de Avantasia.

Tobias nos cuenta que nunca saben si van a poder volver a girar -algo similar a lo que nos dijo en la entrevista que le hicimos hace un par de semanas-, y que esperaba que el siguiente tema, que pertenece a su última placa, en caso de volver a tocar en vivo, se pueda transformar en un clásico. Y qué puntapié inicial para esa categoría de clásico se dio con los doce minutos de la imponente Let the Storm Descend Upon You, con un impecable Jorn Lande cargando sobre sus hombros la canción, y mostrando lo mejor de sí, en compañía de un aguerrido Ronnie Atkins y por supuesto de Tobias.

Jorn Lande, a quien uno ve como un tipo algo más serio, interactuó muy divertidamente acerca del alcohol con Tobias, que incluso se burló del noruego imitando una caminata notoriamente ebria, causando nuevas risotadas generalizadas. Pero como fue costumbre, de un momento divertido se pasaría a un pasaje más sobrecogedor, para quienes que gozamos el Metal de todo corazón, que llegó con tres mazazos directos a nuestras almas, tres disparos directo a nuestras bases como rockeros. Jorn nos presentó el primero como uno de sus temas favoritos de Power Metal, más allá de las canciones de Helloween o de su ex banda Masterplan, la gran Promised Land, realmente un agrado volver a escuchar este tema en vivo con el imponente vozarrón del noruego. Y luego se van los músicos del escenario y comienza a sonar la intro Prelude, que por supuesto sirve de aperitivo a un tema insignia de la banda y del Power Metal como Reach Out For The Light, con las voces cruzadas de Kiske y Sammet sonando tremendamente poderosas. Y después de esto, Kiske nos exige, con justa razón, que para la próxima el show esté “sold out”, pues se veían varios asientos vacíos en la parte superior del Teatro -uno no puede entender cómo un show de esta calidad puede no tener la masividad que merece-, y nos dice que al fin va a cantar un tema menos “speed” pero que es “groovy“, iniciando él mismo los “o-ooo-ooo” de Avantasia, a estas alturas un verdadero clásico. Este tridente de Promised Land, Reach Out for the Light y Avantasia, es casi una definición de todo lo que esta banda es. Puede haber temas más teatrales, más largos, pero difícilmente puedan emocionar más que alguno de estos tres, y la reacción del público así lo premió. Cuando algún día el teatro sea remodelado, y se haga algún documental con los clásicos que allí se han visto, seré uno de los primeros en encadenarme para que se incluya alguno de estos temas, y en especial el show de este 2016.

Tras este peak emotivo, Tobias se fue a descansar algunos minutos, por última vez en la jornada, y el show continuó con el opening track de “The Scarecrow“, Twisted Mind, por cierto sin el retirado ex Kamelot Roy Khan, y sólo interpretada por Ronnie y Eric, que con su atrapante carisma inició los “wo-ooooo” del principio, prácticamente mandando al suelo al Teatro. Y Eric se queda en escena cuando vuelve Tobias, que nos cuenta que el siguiente tema lo canta él junto a Bob Catley, pero que lamentablemente en esta oportunidad Bob no pudo girar con ellos pues está con su banda Magnum en Alemania, pero que es parte de la “familia de Avantasia“. Tobi nos dice que por esta razón le pidió a Eric si podía cantar esta canción, porque quería desesperadamente tocarla, y por suerte accedió. ¡Y qué canción! Nada menos que la enorme The Great Mystery, una pieza épica y emotiva, y que Martin supo sobrellevar de excelente el tema y ponerse los pantalones del veterano intérprete británico.

Tobi y Eric, interactuaron con el público de manera muy divertida, ante un público entregadísimo, primero Eric haciendo un guiño a Mr. Big y luego Tobi yendo a buscar su celular para grabar un saludo del público para Bob Catley, que decía “Hey Bob, Comeback!”.Es llamativo el cariño y admiración que Tobias profesa por Catley, y lo mejor de todo es que se nota que ese afecto es algo honesto y desinteresado, y que no viviría en este instante su última manifestación, como veremos. Así, mientras Tobi seguía grabando con su celular en la mano -de hecho, subió el video a Facebook, como lo prometió-, la banda nos interpretó el penúltimo tema previo al “encore”, Dying For An Angel, con Eric supliendo al legendario Klaus Meine de Scorpions, de excelente manera, y nuevamente con estribillo coreado por todos los asistentes.

Y ya con casi tres horas de show, Tobias queda como único vocalista para el último tema de la primera parte del show. Sammet nos dice que también este tema lo canta con Bob Catley pero que no lo iba a reemplazar con nadie, sino que iba a tratar de reemplazarlo él mismo. Y de verdad fue un momento alucinante. Tobi nos dice que pongamos atención a la letra del tema, que leyéramos entre líneas, que esta historia aún no termina. Si le quedaba algo por demostrar a Tobias, lo hizo con The Story Ain’t Over, porque no fue que simplemente cantara solo este tema, sino que derechamente imitó a Bob Catley en las partes donde a éste le correspondía cantar, tanto en su impostación vocal como en ese clásico movimiento de manos del británico. Realmente fabuloso e irrepetible.

La banda se retiró ovacionada del escenario pero volvió tras un par de minutos. Unos amigos ecuatorianos le lanzaron una bandera de su país, y pese a que a la banda le costó identificar de dónde era la bandera –Tobi asumió que la geografía no era lo suyo-, fue un bonito instante de unión latinoamericana, y de hecho el mismo Tobias dijo en ese momento que en el mundo del rock y la música tiene que haber hermandad y amistad. Además había muchachos venezolanos que esperemos hayan tenido una buena estadía en Chile. Así, llegaría el primer tema del encore, Lost in Space, cantada por Tobi y Amanda, que fue muy coreada por el público, y además se le guarda gran cariño, pues cuando pensamos que Avantasia terminaba en los “Metal Opera”, este single sirvió como una luz que guiaría un prometedor futuro. Vaya que lo fue.

El fin comenzó con la presentación de la banda que a decir verdad hizo un trabajo extraordinario, tres horas y media de música y de alta precisión, con una virtuosa dupla de guitarristas (Sascha Paeth, el productor y gestor importante de todo esto, da para un review completo con su vasta carrera en la música, y Oli Hartmann con su enorme caudal vocal y su gran talento en la seis cuerdas) que podrían ser los Tipton/Downing del siglo XXI, un teclado que le da sello propio a Avantasia y la sólida base rítmica de Bohnke y Neygenfind. La presentación abrió camino al ya clásico medley compuesto de Sign of the Cross y The Seven Angels, con la presencia de todos los integrantes en escena. Cinco minutos para estos dos temas no son para nada suficiente, pero si pensamos en casi tres horas y media de recital, no podemos ser tan exigentes, ¿o sí? Tras ello, la banda se despide del escenario, a eso de las 00.15 horas, dejando atrás un espectáculo que permanecerá por mucho tiempo en nuestras retinas y sentidos.

Seguramente, en un concierto muy nutrido de vivencias extramusicales, se nos quedan varias cosas en el tintero (Hartmann imitando a Pavarotti o siendo felicitado por Sammet por el hecho de que la gente le haya gritado “Oli, Oli” por primera vez; o Kiske poniendo una bandera chilena con el logo de Avantasia al fondo del escenario; o que el público le sugirió tomar “piscola” y “chimbombo” a Jorn Lande; o Tobias con las baterías de su micrófono muriendo y diciendo que siempre en Chile pasa algo, que el 2008 había alguien “dead drunk” y el público cantó “Matos, Matos“; y tantos otros). Pero cada asistente seguramente atesorará este recital, porque realmente fue un espectáculo formidable. Más allá del factor económico, cuesta muchísimo entender porqué un show de esta calidad no puede llevar muchos más asistentes. Estas oportunidades debemos cuidarlas, para no estar siempre con el temor que cada show puede ser el último, cosa que en realidad puede ser, pues no necesariamente las agendas de estos músicos volverán a calzar como ahora.

En líneas generales, un show que en lo técnico no tuvo contratiempos ni grandes errores, con un nivel de volumen correcto (nadie debe sentir el pitito en el oído en estos momentos) y con buena definición. Pero además, la calidad técnica y vocal de los participantes fue realmente sublime, que contó merecidamente con el apoyo de público que si bien no repletó el teatro hizo sentir su alegría y emoción con cada tema, estando absolutamente a la altura de las circunstancias, ayudando al espectáculo y a que fuese evidente que banda lo estaba pasando tan bien como nosotros. Y fue un show plagado de detalles, de instantes pequeños, de complicidad entre la banda y el público, realmente irrepetibles. Sólo podemos agregar que con esta tercera visita queda claro que, tal como lo dijo el propio Tobi, si hay una nueva gira de Avantasia por el mundo, Chile será un lugar a visitar. ¡Gracias Avantasia por este tremendo espectáculo, y no dejen de visitarnos!

Setlist de Avantasia:

Mystery of a Blood Red Rose

Ghostlights

Invoke the Machine

Unchain the Light

The Watchmaker’s Dream

The Scarecrow

Lucifer

What’s Left of Me

The Wicked Symphony

Draconian Love

Farewell

Stargazers

Shelter from the Rain

Let the Storm Descend Upon You

Promised Land

Prelude / Reach Out For The Light

Avantasia

Twisted Mind

The Great Mystery

Dying for an Angel

The Story Ain’t Over

Lost in Space

Sign of the Cross / The Seven Angels

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