2014-11-20



Los fondos de capital apuntan al reformado sector energético, dice Jude Webber.

Para el sector energético de México, a punto de entrar en una liberalización histórica, difícilmente podría haber sido un peor momento para que empezaran a caer los precios del petróleo.

El país se está preparando para empezar las licitaciones de una serie de activos para la exploración y producción de gas y petróleo, y Mike Fitzgerald, del bufete de abogados Paul Hastings, dice: “Mil millones de dólares es la pequeña cifra de inversión” para las compañías que apuntan al sector.

Así que, ¿la caída de los precios del crudo puede frustrar las esperanzas de las empresas de conseguir ese financiamiento de mil millones de dólares? No, dicen los expertos, citando un mercado de valores local que hasta el momento se ha visto boyante en 2014, tanto para las fusiones y adquisiciones y la emisión de deuda; abundantes fondos de pensión; fondos especiales de energía que un grupo de bancos, incluidos Banamex y Banorte, han preparado, así como capital internacional. Pero puede retrasar algunos proyectos.

Las grandes petroleras como Shell, ExxonMobil y BP se centran en los prospectos de aguas profundas del país y probablemente no se inmuten, dado que los proyectos requerirán al menos una década para que den frutos. Ya están incluyendo a México en sus planes de inversión multianual.

Mark Albers, vicepresidente senior de ExxonMobil, dijo en una conferencia reciente: “No descartaría ningún recurso con base en los precios de hoy. Es una visión de largo plazo”.

Mientras más grande es la compañía, más amplias son las posibilidades de financiamiento. María Eugenia Pichardo, de Pichardo Asset Management, dice: “Si asumimos que 80 dólares es la nueva normalidad para precio del barril de petróleo, las empresas de energía que resultarán más beneficiadas serán las compañías con una gran capitalización, ya que tienen una gran flexibilidad para obtener capital”. Su compañía tiene 200 millones de dólares bajo su gestión.

La empresa mexicana Grupo Alfa espera aprovechar su experiencia en gas de esquisto (shale) al otro lado de la frontera, en Eagle Ford, Texas. Planea recaudar mil millones de dólares en el mercado de valores de México para buscar inversiones en energía.

Fitzgerald, cuya firma asesora a Alfa, dice que la caída de los precios del crudo no es una catástrofe. “El sector energético de México está muy ligado al de EU”, dice. “Cuando el petróleo se encuentra por debajo de los 80 dólares, las operaciones que dependen del fracking (en EU) no se vuelven económicas”.

Pero al otro lado del río Bravo, “mientras los precios del petróleo caigan, (algunos) proyectos seguirán siendo económicos, porque no necesitas precios de 100 dólares el barril para que el petróleo sea viable en México”, añade. Fitzgerald es optimista. “Hay mucho dinero. Hay más dinero que busca los acuerdos de energía en México que los acuerdos que se tenían”, dice.

Pemex, la empresa petrolera estatal que está perdiendo su monopolio con estas reformas, debe tener una manera bastante simple para financiarse: las joint ventures u operaciones conjuntas, especialmente con empresas extranjeras. Aunque los conglomerados mexicanos como Grupo Carso, de Carlos Slim, y Grupo México, un gigante de la industria minera y del ferrocarril, han señalado su intención de participar en el sector de energía, probablemente será difícil que el capital doméstico pueda satisfacer la demanda.

“En México no hay suficiente liquidez”, dice Fitzgerald. “Los fondos de pensiones tienen mucho dinero y son muy pacientes… pero no tienen tanto dinero para suministrar una inversión como ésta de la que estamos hablando para los siguientes cinco o 10 años. Por tanto, la gente deberá irse por lo internacional”.

BÚSQUEDA DE OPORTUNIDADES

Los fondos internacionales de capital privado de hecho buscan con intensidad las oportunidades. Sierra Oil & Gas, la primera empresa mexicana independiente de exploración y producción de petróleo creada desde que se dio la liberalización, cuenta con el respaldo de Riverstone Holdings y EnCap Investments, así como la de la firma de capital privado de infraestructura más grande de México, Infraestructura Institucional. Otros tres o cuatro grupos más están buscando dinero.

Las empresas que respaldan a Sierra tienen la opción de duplicar su compromiso de 525 millones de dólares y los fondos también pueden aportar dinero en otras empresas dentro del sector energético.

Los fondos soberanos, como GIC de Singapur, son otras fuentes potenciales de financiamiento. Alfredo Martí, director general de Riverstone, dice que el fondo no tiene en mente una cifra específica para las inversiones de energía en México, pero espera “una cantidad sustancial”, especialmente porque el fondo cuenta con una amplia experiencia en una gran variedad de empresas.

“No estamos particularmente limitados por la disponibilidad de capital. Estamos limitados por el número de equipos administrativos con credibilidad (buscando crear empresas de energía)”, añade.

Pero encontrar financiamiento para los proyectos de esquisto en México puede tomar tiempo, ya que necesitan recursos significativos de infraestructura y agua, un problema que México no ha resuelto.

Ningún inversionista ha declarado públicamente su interés en Chicontepec, una cuenca prolífica, tan difícil geológicamente, que Pemex ha invertido 13 mil millones de dólares, y ha tenido muy pocos resultados.

Pero si se aplican las fuerzas del mercado y la tecnología, con el tiempo esos proyectos darán frutos, predicen los expertos.

El DATO

10 años

Tiempo que requerirán los proyectos en aguas profundas para consolidarse.

80 Dls

Precio base del petróleo con el cual se realizarán los primeros negocios en México.

13 mil

Millones de dólares que invirtió el gobierno en Chicontepec antes de la reforma.

http://goo.gl/AXkkMx

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