Están por leer la increíble historia de una mujer norteamericana que siguió a su esposo al extranjero y llevó una vida plena de significado. Linda fue la primera mujer que abrió y dirigió una tienda en el Gran Bazaar de Estambul, pero ese no fue su único logro – durante toda su vida en el exterior procuró reinventarse a sí misma y estar siempre en contacto con las culturas y los pueblos que la hospedaban, transformando así su curiosidad en un medio para crear y disfrutar de los países donde estuvo viviendo. Gracias Linda desde el fondo de mi corazón, por esta increíble entrevista, por el tiempo que te llevó responder a mis preguntas, y por ser una mujer expat tan inspiradora. Gracias por las bellas fotos que son el complemento perfecto de tu historia.
Claudiaexpat
Traducido del inglés por Rupexpat
Has vivido en el extranjero desde 1973, y en diversos países como Líbano, Marruecos, Francia, Pakistán y Arabia Saudita- qué fue lo que te llevo al exterior?
Como muchas mujeres expatriadas yo fui “el exceso de equipaje” o la “esposa a remolque”, acompañando a mi marido adonde sea que lo destinasen. Nuestra primera aventura en el extranjero (Turquía) fue una cortesía de la Fuerza Aérea de US y después de eso gracias al Depto. de Estado de US (Foreign Service). En 1997 mi esposo se retiró de todo aquello y nos mudamos por nuestra cuenta y de forma permanente a Estambul y allí comenzamos la fase siguiente de nuestra vida.
Cuándo comenzaste tu relocalización allá en el 73, las cosas eran muy diferentes a lo que son hoy, no había Internet! Cómo te organizaste para obtener información sobre tu nuevo país? Dirías que había algo bueno en el no tener la conectividad inmediata que tenemos hoy?
Qué pregunta interesante! En 1973 fuimos enviados a Turquía y como la mayoría de los norteamericanos, yo no sabía absolutamente nada sobre el país, su historia o su cultura. Entonces fui a la biblioteca y tomé los únicos dos libros con “sabor a Turquía” que tenían. No recuerdo exactamente cuáles eran, probablemente The Turks de David Hotham y The Sultán de Noel Barber, pero no me ayudaron demasiado. También manteníamos correspondencia con la persona a la cual íbamos a reemplazar (recuerdas las cartas reales?), pero eso también fue problemático porque estaban como nosotros basados en información errada, no porque alguien deliberadamente tratara de engañarnos, sino porque aquellos que las escribieron no se molestaron en sumergirse ellos mismos en la cultura sino que simplemente transmitieron el folklore expat.
Al vivir en una base americana (equipada con todas las comodidades) disponíamos de una red segura, allí la mayor parte de la gente no se preocupaba por obtener información sobre el país que se extendía más allá de la valla, pero una vez que llegamos yo pasé mucho tiempo escapando y explorando, tratando de entender dónde habíamos aterrizado.
Si hubiese tenido la riqueza de conocimiento que hoy está tan fácilmente disponible no hubiese tenido el incentivo de salir afuera a buscarlo. Tampoco hubiese aprendido que no debía dar por cierta la perspectiva de los otros sobre un país. Fue bueno aprender esas lecciones al principio de mi vida de expat y fueron ellas las que me han ayudado desde entonces en todos mis destinos.
Me contaste que lograste trabajar en todos los países donde has vivido. Felicitaciones! Nos puedes contar un poco sobre cómo te organizaste laboralmente? Siempre seguiste una misma línea profesional o fuiste adaptando tu carrera a los diferentes países en los que te encontrabas? Que país recuerdas con más afecto en lo que se refiere a tu experiencia laboral?
Fui bendecida (o maldecida!) con el no tener una real carrera. Comencé con una especialización en música (órgano) y terminé con un título en literatura inglesa y no tenía ni idea qué iba a hacer con eso! Así fue que al mudarme de país en país estuve abierta a casi todo tipo de trabajo y disfrutaba al encontrar algo totalmente nuevo cada vez. Tuve suerte porque en muchos de mis destinos pude encontrar oportunidades dentro del sistema en el cual trabajaba mi marido. Sin embargo rápidamente me di cuenta que tener algún tipo de carrera “portable”, por ejemplo una que pudiese llevar conmigo y que no dependiese de nadie más era importante para mantenerme empleada.
En nuestro primer destino comencé a entender cuál sería una de mis carreras portales – la danza. Luego, en cada destino, siempre enseñé y actué, entre otros trabajos, y en muchos lugares esa fue mi introducción a la población local, especialmente en Arabia Saudita donde fui inmediatamente aceptada (y contratada) por mujeres Sauditas, algo que de otra manera nunca hubiera ocurrido. Cuando volvimos a los Estados Unidos por una breve estadía trabajé como coordinadora de autoedición, una posición que me obligó a aprender mucho sobre computadoras, diseño y gráfica. Así fue como en nuestro siguiente destino encontré oportunidades para enseñar computación (principalmente Word Perfect) y hacer edición para otros, mucho antes de que fuese posible para todos el hacerlo uno mismo.
En síntesis, nunca seguí la trayectoria normal de una carrera e hice todo aquello que se me presentó y que me parecía interesante. En algunos destinos complementaba esos trabajos con mis propias carreras portables, en otros dependía totalmente de mis propios “empleos”.
Adquirí muchas habilidades diferentes durante los altibajos de mi historia laboral, y a todas ellas, más las que ya poseía, las junté cuando nos “jubilamos” y abrí mi propio negocio en el Gran Bazaar de Estambul. Realmente sentí que todo lo que había hecho hasta ese entonces había sido solo una preparación para hacer eso, aunque yo no me hubiese dado cuenta en aquel momento.
Sin contar este lugar expat final, diría que fue mi vida laboral en Arabia Saudita aquella con la que más me encariñé. Allí tuve dos negocios muy exitosos (tres si contamos la danza) que fueron el campo de entrenamiento final para mi negocio en Estambul.
Oh wow, llegamos a la tienda en el gran Bazaar! Linda, estoy emocionada! Me imagino que habrás contado la historia una y otra vez, pero no ocurre todos los días el hablar con una mujer norteamericana que fue la primera expat que abrió una tienda en el Gran Bazaar de Estambul!!! Sé paciente y por favor cuéntanos lo más que puedas sobre eso… Cómo surgió la idea? Tuviste que atravesar una pesadilla burocrática para abrirla? Qué vendías? Por cuánto tiempo tuviste la tienda? Cuáles fueron los mejores momentos y cuales los peores? Cómo te veía la gente que te rodeaba en el Mercado?
Cuando fuimos enviados a Estambul para comenzar un nuevo capítulo en nuestras vidas, yo estaba tratando de decidir si abrir un negocio de autoedición o uno de textiles y regalos- ambos extensiones de lo que apenas había hecho en Arabia Saudita. Decidí que el nivel de estrés era muy alto en el de edición, ya que estaría constantemente trabajando con fechas tope sobre las cuales no tendría ningún control, entonces comencé a jugar con la idea de una tienda de textiles, ropa y regalos que produjera artículos del tipo que yo siempre buscaba cuando viajaba a lugares nuevos – por ejemplo, algo que mantuviera las tradiciones del lugar, pero hecho con buen gusto y con calidad, de tal forma que aquellos que lo recibieran no tuvieran que esconderlo adentro de un cajón hasta la siguiente vez que los visitara el que se los regaló…
Para probar la idea me pasé casi tres meses haciendo algunos productos de muestra – ropa y regalos- y luego invité a 12 mujeres expat para una noche de feedback. Fue una gran noche que aumentó mi confianza y me dio un montón de ideas. Entonces fuimos a Estambul y comencé el proceso de producción. No tenía presupuesto, entonces usé mi carrera de danza para financiar la compra de la materia prima, daba varias clases durante la semana y cada viernes después de recibir los pagos compraba los materiales para el futuro proyecto en el cual iba a trabajar toda la semana. Tardé un año en producir suficiente stock para abrir y en 1998 abrí una tienda en Arnavutköy, un pequeño poblado en Estambul sobre el Bósforo.
Después de dos años sentí que ya estaba lista para abrir en el Gran Bazaar, primero consulté a mis íntimos amigos de larga data en el Bazaar, y todos apoyaron plenamente la idea (que fue un gran cambio en relación a 30 años antes cuando yo, bromeando, les sugerí que los ayudaría en sus tiendas cuando me jubilara y a lo cual todos me respondieron que el bazar no era un lugar para mujeres!).
Por un año mantuve abiertas las tiendas de Arnavutköy y la del Bazaar, y después cerré la de Arnavutköy, y la usé solo para producción (las tiendas en el Bazaar eran muy pequeñas para acomodar ambas cosas, los artículos para la venta y todos los bienes necesarios para la producción). Luego de algunos años decidí expandirme en el Bazaar y abrir una segunda tienda para niños. A excepción de algunas tiendas de importación en los principales distritos comerciales no existían negocios solo para niños y no seguramente con “sabor turco”. Al mismo tiempo decidí abrir un pequeña tienda en la ciudad de Iznik (antiguamente Nicea) donde tenía mi casa pueblerina y donde podía vender no solo mis regulares ítems sino también usarla como tienda para la liquidación de los ítems discontinuos.
Ahora a tus otras preguntas. Si, fue una enorme cantidad de burocracia, pero no necesariamente porque yo fuese una extranjera. Hacer negocios en Turquía es muy complicado, hay una tremenda cantidad de reglamentaciones y tasas que a veces se contradicen y que nunca son fáciles de entender. El papeleo es absolutamente loco, el esquema de impuestos (65%) todavía más, y la reglamentación sobre los empleados impone una tremenda carga financiera sobre el empleador. Tratar con este aspecto del negocio fue probablemente lo más frustrante y lo más pesado.
Fui muy bien recibida no solamente en el Bazaar sino también en mi primer negocio. Los turcos aman a los extranjeros que aman Turquía y su cultura, y el hecho que yo usara artículos tradicionales en modos novedosos los fascinaba. Y el nombre de la tienda (Deli Kızın Yeri – El Lugar de la Señora Loca, the Crazy Lady’s Place) produjo una instantánea atracción porque era un juego de palabras sobre una tradicional frase turca. La tienda era tan original que fui constantemente entrevistada en televisión, en diarios y en revistas consiguiendo así una tremenda cantidad de publicidad gratuita. En el Bazaar me decían que había aportado un toque de clase. Yo no regateaba, no trataba de atraer clientes en la calle, y cambiaba la vitrina y la decoración una vez por semana, todas estas eran nuevas ideas para el Bazaar.
En cuanto a lo que vendía – casi todo! La premisa era usar solo motivos y materiales turcos (sobre todo textiles) en mi producción. Hay algunos maravillosos artículos tradicionales como oya (flores hechas con una aguja recta y usadas para ribetear los tradicionales pañuelos) y yazma (fina gaza de algodón usada para pañuelos de cabeza), y basma (algodón estampado pequeño usualmente usado para shalwar – pantalones holgados), pero estos siempre habían sido usados de la misma manera. Yo quería darles una vida nueva. Usé oya para hacer piezas de joyería y para decorar chaquetas y tarjetas, basma se transformó en individuales, animales de peluche para niños, carteras, etc.; yazma fue trenzado en cinturones, collares y brazaletes y usado como forro para peculiares chaquetas confeccionadas con la tradicional tela de Buldan. También hice servilleteros con las cuentas de vidrio, hecho a mano, contra el mal de ojo , muñecas para medir chicos que parecían niños otomanos, burletes y topes de puerta al estilo otomano, marcadores de libros de todo tipo, paraguas pintados a mano , delantales, tarjetas, carteras, cinturones, vinchas, sweaters tejidos a mano para chicos con motivos turcos, etc. En un momento hubo más de 300 artículos diferentes en el inventario y un 95% había sido hecho por mi staff y por mí misma. El 5% restante eran cosas que iba encontrando mientras viajaba por Turquía o que la gente me traía y que respondían a mis criterios.
Amaba trabajar con mis empleados y pasar horas hablando con ellos mientras trabajábamos. Éramos una familia, celebrábamos los éxitos y los momentos de la vida y nos conteníamos los unos a los otros en los momentos de pérdidas o fracasos. Aunque ya hace cuatro años que cerré, todavía estamos en contacto los unos con los otros. También amaba el costado creativo del negocio, pero, desafortunadamente, encontrar el tiempo para ser creativo a veces era realmente difícil considerando todas las otras cosas para hacer. Y amaba las reacciones de las personas frente a nuestras cosas y las sonrisas que aparecían cuando la gente entraba a nuestro negocio.
Entiendo que cerraste tu tienda porque te jubilaste. Antes de despedirte podrías decirnos el porqué (si es que hay un porqué) decidiste permanecer en Estambul, y cuáles son tus proyectos ahora?
Cerré principalmente por razones económicas. Había expandido el negocio (usando mucho del dinero sobrante) justo cuando la economía comenzó a desmoronarse. Mis gastos siempre aumentaban y el mercado no resistía un aumento en los precios de mis artículos. La cultura aquí tiende a copiar más que a promover el surgimiento de ideas originales, entonces comenzaron a aparecer en el mercado reproducciones de mala calidad de mis ítems. Yo nunca había podido llevar adelante mi negocio sin estar involucrada en cada pequeño paso, nunca tenía descanso (literalmente trabajaba 7 días a la semana, usualmente desde las7:00 am hasta las 11:00 pm) Cerrar fue una decisión muy difícil porque yo amaba lo que hacía y, aunque yo no me daba cuenta en ese momento, mi identidad estaba muy vinculada a la tienda. Sin embargo mi cuerpo estaba comenzando a rebelarse (aunque no me enteré hasta que no paré) y me llevó los dos años siguientes recuperarlo.
No me imagino viviendo en otro lugar que no sea Estambul. Desde la primera vez que llegué, en 1973, la ciudad (y el pais) ha tenido un inexplicable poder sobre mí. Así que, aquí estoy para quedarme.
…Y de alguna forma jamás me faltan cosas para hacer! Ahora que tengo tiempo mis dos grandes pasiones son viajar y la fotografía. Viajar requiere planificación y presupuesto, pero fotografiar es algo que puedo hacer todos los días y es una gran manera de explorar y conocer gente. Yo había hecho fotografía muchos, muchos años atrás en París pero luego la vida intervino y no tomé más una cámara hasta algunos años antes de retirarme. Creo que miraba el mundo como si estuviese planeando fotografiarlo y esto significaba que necesitaba una actividad creativa que fuera solo para mí.
Linda Caldwell
Estambul
Diciembre 2014
Disfruta del trabajo de Linda:
www.delikizinyeri.smugmug.com (website)
www.delikizinyeri.tumblr.com (reflexiones fotográficas diarias )
www.delikizinyeri.wordpress.com (foto blog)
www.flickr.com/photos/22909854@N04/ (tomas corrientes)
www.blurb.com/b/4528018-my-istanbul (libro)
Linda ganó el tercer premio del concurso fotográfico de Expatclic “My favourite spot in my host country“. Su bella fotografía es parte del Expatclic Calendar 2015.