2015-01-24

Una parte importante de los servicios, alimentos, productos industriales, equipamiento, inclusive la propia producción de materias primas agrícologanaderas, mineras, forestales, pesqueras, está condicionada por los costos energéticos. Todos los bienes reales tienen un componente de sus costos, determinados por el petróleo y sus subproductos como los plásticos y petroquímicos en general que inciden fuertemente en la economía cotidiana (piénsese en los envases, por ejemplo).

En el mundo del mercado global, existe una alta correlación entre los precios del crudo y de los alimentos, por ejemplo. Esto implica que la caída del precio del crudo debería repercutir en el de los alimentos, ya que se reducen los gastos de transporte de productos entre el campo y el mercado y disminuye el precio de los fertilizantes, pesticidas y otros productos químicos agrícolas derivados del crudo. Por eso nos perimos hablar de deflación.

En países en desarrollo como Perú, Bolivia, Guatemala, Ecuador -en América Latina- así como en India, Filipinas y Bangladesh y en la mayoría de los países africanos, los beneficiados serían los pobres urbanos cuyos gastos más importantes son en alimentación y transporte. Sin embargo, el Programa Mundial de Alimentos “PMA” de las Naciones Unidas advierte que los gobiernos deberían invertir el presupuesto ahorrado por la reducción de los gastos energéticos, en infraestructura rural, servicios públicos y proyectos de riego.

Algunos sectores específicos como el transporte público y privado verán bajar sus costos operativos por la baja del combustible, así como la actividad industrial cuyos gastos en electricidad se reducirán y las hará más compeivas. (Por ejemplo, industrias de alto consumo eléctrico como el aluminio).

Se estima que si la energía necesaria para la producción no tuviera costos, el nivel de precios descendería un 20%, lo que indica el peso relativo de la huella energética.

Es conocido y aceptado que el menor precio del petróleo debiera disminuir costos de las empresas. Ese menor costo bien puede implicar un mayor margen de ganancias para los empresarios (lo más seguro) o una baja de los precios ofrecidos a los consumidores (menos probable). En el primer caso, se aumenta la concentración de la riqueza y se amplía la capacidad de manejo que poseen las empresas e incentiva la inversión. En el segundo caso, se genera una presión deflacionaria de costos que aumenta el poder adquiivo del salario nominal y obliga al Banco Central a corregir la tasa de interés para recuperar el nivel de precios.

Perú: la ideología de los modelos de la dependencia.

Perú es el país del origen histórico del actual sistema regalista. En 1574 se establece la propiedad real de todos los minerales a nombre del Rey. Su organización consuciona,l luego que fuera liberada por San Martín, reserva la explotación de esos recursos en cabeza del Estado. Sin embargo, en la actualidad, la opción privatista tiene rango de garantía consucional a través de “contratos ley” que peren la autonomía de los contratos entre PERUPETRO y los  Contratistas y se garantiza tratamiento preferencial para las inversiones extranjeras.

Hacia 1960 comienza la explotación petrolera en Perú con el desarrollo de áreas con petróleo crudo ligero en la Cuenca de Talara en la costa norte y zócalo del Pacífico, líe con Ecuador. El modelo de concesión amplio a favor de empresas transnacionales produce fuertes rechazos populares que gobiernos miares intentan corregir con políticas nacionalistas. El poeta Nicomedes Santa Cruz1 compara la explotación de la negud con la de los recursos petrolíferos y escribe, en el poema Talara, del libro Décimas (1960), un clásico contra la explotación extranjera del recurso:

Talara, no digas “yes”,

Mira al mundo cara a cara;

soporta tu desnudez

… y no digas “yes”, Talara.

Mi raza, al igual que tú

tiene sus zonas ajenas:

tú por petróleo en tus venas,

yo por ser como Esaú”.

A veces no es el Perú

lo que está bajo tus pies.

Yo a veces cojo la mies

para que otro se la coma.

Si sólo es nuestro el idioma

Talara, no digas “yes”.

La gesta popular no tuvo éo y los yacimientos de Talara están privatizados desde 1996, se estima que efectuaron importantes aportes a la economía peruana a partir de que consuyen la cuenca más productiva y alberga el 85% de sus pozos exploratorios (1299 sobre 1534), sus reservas ascienden a 364MMb.

Perú es un ejemplo clásico que demuestra que la adopción de la dependencia y la lógica de rentabilidad de las empresas transnacionales no son compatibles con las políticas nacionales de largo plazo de soberanía e independencia de los hidrocarburos. La privatización de la explotación de áreas de PerúPetro ha reducido la producción de crudo y comienza a afectar la seguridad energética del país3, aumentando los niveles de importación en más de u$s 3.000 millones. El último quinquenio las reservas han seguido disminuyendo y en 2013 la producción fue la misma que hace cuarenta y tres años (en 1971 la producción constatada fue de 63 mbd).

Tributario de la dependencia de recursos naturales no renovables (el guano fue la base de su desarrollo económico en base a un monopolio fiscal cuyo colapso hacia fines de los 1800 generó el más impresionante endeudamiento externo de América Latina), sus políticas económicas prevalentes desde inicios del siglo pasado han sido de la dependencia de los mercados financieros internacionales. Queda entonces, tanto expuesta a las variaciones a la baja de precio del cobre (su principal productor de exportación) como del petróleo (un commoie de importación).

A diferencia de otros países de la región como Ecuador, Venezuela, Bolivia y la propia Argentina, que optaron por la participación estatal en la gestión petrolífera que pera blindar la seguridad energética de sus pueblos a través del desarrollo de empresas oficiales o de economía mixta (Argentina, Brasil), Perú efectúa una fuerte apuesta a la iniciativa privada transnacional, implementando un modelo que no reconoce los permanentes fracasos de esa política.

Nada para iar entonces, sólo comentar el relato histórico y conservador de la alegría neoliberal por el fracaso de la poesía. Algo de lo que se ocuparán los eratos comprometidos y que será, seguramente, tranorio.

Fuente: http://www.diariocronica.com.ar/125441-peru-la-logica-fracasada-de-la-insistencia-en-la-privatizacion-petrolera.html

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