2014-04-26

­La Unión Europea quiere protagonizar de cara al 2020 una nueva revolución industrial y Andalucía no puede, ni quiere quedarse atrás. Sectores como la aeronáutica, el turismo, la economía dial, la biotecnología y la agroindustria son algunas de sus principales cartas, pero no las únicas. Mejorar la compeividad de las pymes andaluzas se tercia clave, como también faciar el acceso a la financiación y la inversión en innovación, pilares sobre los que necesariamente debe pivotar una política industrial que está obligada a hablar en términos de internacionalización y de creación de empleo, en sintonía con las directrices que ha marcado Bruselas.

El nuevo marco financiero plurianual 2014-2020 contempla al menos 100.000 millones de euros procedentes de los Fondos Estructurales para financiar medidas de apoyo a la industria y a las pymes, tal y como contemplan sus estrategias de especialización inteligente, lo que supone inversiones en compeividad industrial en las seis áreas estratégicas que la Comisión Europea ha marcado para conseguir una industria europea más fuerte para el crecimiento y la recuperación económica. Esas áreas transversales (líneas prioarias) son las tecnologías de fabricación avanzada, tecnologías faciadores esenciales, vehículos y transportes limpios, productos bioderivados, construcción y materias primas y redes inteligentes.

Conocidas las reglas del juego, Andalucía está a tiempo de jugar sus cartas y conseguir atraer una parte importante de los fondos de los principales programas europeos. A este respecto, la Fundación Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), incide en su informe Andalucía ante los retos de la política industrial europea en la importancia de aprovechar esta oportunidad por dos motivos. Porque puede ser el motor que ayude a salir defiivamente de la crisis económica con solidez, impulsando el empleo, especialmente entre los jóvenes univerarios, y también porque la entrada de nuevos socios en la UE ha hecho que España, tras un periodo importante de inversiones europeas enfocadas a la modernidad, ya no esté entre las regiones con más posibilidades de recibir ayudas, por lo que debe enfocar su posición europea hacia la compeividad.

El ado informe señala que los mercados con mayor potencial y un alto nivel compeivo a nivel nacional y europeo son el de los bioproductos y las redes inteligentes. La comunidad cuenta con una industria energética referente en energías renovables que está asumiendo un papel activo en la transición hacia la nueva bioindustria, pero también con un sector agroindustrial muy fuerte, extendido por todo el terorio y proveedor de biomasa, que está iniciando el camino hacia la innovación.

Respecto a las redes inteligentes, Andalucía tiene importantes proyectos pilotos en ejecución, como el de las smarty (ciudades inteligentes), además de ser referente en generación eléctrica renovable, lo que la podría uar como zona de acceso a África y Latinoamérica en el futuro de las redes eléctricas. Según CTA, para las empresas andaluzas se presenta una muy buena oportunidad en este ámo debido tanto al potencial técnico demostrado, como a la importancia estratégica que puede desempeñar la región gracias a su uación geográfica, a los elevados recursos energéticos renovables disponibles y a la existencia de elevado conocimiento científico-tecnológico.

La construcción sostenible y el transporte limpio se perfilan como sectores de oportunidad para el futuro de la región. Y es que, más allá de que la crisis se ha cebado con el sector de la construcción, éste sigue teniendo un peso importante en la economía andaluza (el 12% del PIB regional). Para CTA, la importancia histórica del sector en cuanto empleo (aunque hoy representa el 7,5%) y unas potentes áreas de negocio relacionadas con las materias primas y bienes y con el reciclaje de residuos son elementos suficientes para acometer una sólida estrategia.

Respecto al transporte limpio, la CE centra esta línea en el transporte por carretera (vehículos eléctricos e híbridos) y el sector de la automoción, sectores en los que la posición de Andalucía no es significativa, si bien, si se consigue ampliar la estrategia al transporte aeronáutico y ferroviario, la región podría tener una oportunidad real con mimbres de éo. No en vano, la región ha hecho una fuerte apuesta por la alta velocidad en general y por el anillo ferroviario de ADIF en Antequera, en particular, infraestructura alrededor de la cual se han creado un importante número de empresas con buenas perspectivas de negocio.

Respecto a las tecnologías limpias y tecnologías faciadoras, la región tiene una posición menos compeiva, aunque en sectores como la biotecnología industrial el posicionamiento a nivel nacional es medio/alto.

Ahora bien, cualquier estrategia futura en el marco de la financiación europea debe plantearse, según Corporación Tecnológica de Andalucía, sobre las claves de cofinanciación empresarial y créo, algo que las empresas deben tener en cuenta a la hora de planificar sus proyectos. Y, como quiera que la unión hace la fuerza, los clústeres regionales y las redes público privadas cobran valor de cara a la consecución de fondos europeos, recomendación que ya ha tenido una primera respuesta.

Promovido por la Asociación de Promotores y Productores de Energías Renovables de Andalucía (Aprean), las universidades andaluzas a través de Andalucía Tech, la Red de Espacios Tecnológicos de Andalucía (RETA) y la Asociación de Empresarios de Tecnologías de la Información y Comunicación de Andalucía (Eticom), hace unos días se presentó en el Parque Tecnológico de Andalucía el Cluster Andalucía Smart y y Economía Dial, que tendrá sede en Málaga y Sevilla y que nace con el objetivo de que las empresas del sector se unan y creen proyectos de ciudades inteligentes, para tener así más opciones a la hora de captar unos 10.000 millones de los fondos europeos.

Por otra parte, CTA insiste en que el desarrollo de estas líneas prioarias va a generar una gran demanda de empleo cualificado en los próximos años “que no puede pasar desapercibida ni ser desaprovechada”. Por ello, recalca, las políticas de formación, el diseño de másteres y posgrados, etc., deben enfocarse cuanto antes al aprovechamiento de una oportunidad que llama a la puerta no sólo de los que están estudiando, sino también de los desempleados con perfiles cualificados, si orientan su especialización a las necesidades planeadas por estas líneas prioarias.

Al respecto, es notable el esfuerzo de las universidades andaluzas para alinear su capacidad investigadora a las necesidades del mercado y por impulsar la transferencia de conocimiento, caso de los programas de emprendimiento que están desarrollando y cuyos resultados ya se están viendo.

Fuente:http://www.laopiniondemalaga.es/andalucia/2014/04/25/renacimiento-industrial-ue/671780.html

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