Socialités, artistas y famosos de todas las áreas estuvieron en la fiesta de despedida del famoso museo. A partir de mayo de 2015, abrirá sus nuevas puertas en el Meatpacking District.
Por: Manuel Santelices, corresponsal
La gala anual del Whitney Museum en Nueva York fue también una despedida. El museo, dedicado principalmente al arte moderno y contemporáneo de Estados Unidos, abandonará su famoso edificio diseñado por Marcel Breuer –un bellísimo cubo irregular de concreto gris en la esquina de la calle 75 y Madison Avenue– y se trasladará a una espectacular estructura de cristal y acero creada por Renzo Piano en el muy “trendy” Meatpacking District.
La gala, que recaudó 4.3 millones de dólares, convirtiéndose en la más exitosa en la historia del museo, estuvo dedicada a los 98 artistas vivos que han expuesto su trabajo en exhibiciones individuales ahí, con muchos de ellos presentes entre las mesas.
Así, la atmósfera estuvo cargada de Moët- Chandon y nostalgia, todo patrocinado por Louis Vuitton.
Julian Schnabel llegó en uno de sus tradicionales pijamas de seda y con sus anteojos de color azul, saludó a Tom Sachs, Eric Fischl y Frank Stella, y luego se sentó junto a Cindy Sherman. También estuvieron presentes Chuck Close, Timothy Greenfield-Sanders, Jenny Holzer, Kara Walker y Brice Marden.
El monarca indiscutido entre sus pares fue, una vez más, Jeff Koons, que cerró la actual locación del museo con su muy visitada retrospectiva.
A ellos se unieron Donna Karan, Frederic Fekkai, la modelo Hilary Rhoda, David Lauren y su mujer, Lauren Bush; Derek Blasberg; la coleccionista Beth Rudin DeWoody y su hija, Kyle DeWoody; la bellísima conductora de “Top Chef” –y ex de Salman Rushdie– Padma Lakshmi, John McEnroe y el diseñador Wes Gordon. Seiscientos invitados en total, que disfrutaron martinis de vodka Belvedere en el cuarto piso del edificio, donde habían sido instaladas gigantografías con imágenes del nuevo museo en downtown, y luego una cena de pescado branzino y vegetales. Elvis Costello ofreció un mini recital de tres canciones mientras los mozos corrían con bandejas repletas de tortas de frambuesa y chocolate.
La fiesta, decorada por David Stark, estuvo apropiadamente inspirada en un edificio en construcción, con enormes containers de madera sirviendo como mesas y barras de bar, graffiti en los muros, y, en el techo, linternas blancas con los nombres de los artistas homenajeados inscritos a lápiz.
El nuevo museo, que incluye al menos un tercio más de espacio para exhibiciones, abrirá sus puertas el próximo 1 de mayo con una ambiciosa muestra de la colección permanente del Whitney de arte norteamericano de los siglos XX y XXI repartida en los flamantes seis mil metros de espacio bajo techo y al aire libre del edificio. “Nuestra intención es celebrar el nuevo museo y la riqueza del arte de Estados Unidos”, explicó recientemente Adam Weinberg, director del Whitney. Luego, en el otoño de 2015, se inaugurará una muestra dedicada al modernista Archibald Motley y sus vibrantes pinturas sobre la era del jazz, y, en 2016, una retrospectiva de Frank Stella.
El edificio de Renzo Piano se ha convertido rápidamente en uno de los iconos del nuevo downtown de Nueva York. Imponente, levantado frente a la West Side Highway y con espectaculares vistas a Hudson, Ellis Island y la Estatua de la Libertad, el nuevo museo ofrece, entre otras cosas, un lobby abierto al público sin costo donde habrá un café, un restaurante y una tienda, dos pisos para exhibiciones permanentes y una amplia galería en el piso superior para muestras especiales.
“El diseño para el nuevo edificio emerge de un cuidadoso estudio sobre las necesidades del Whitney y la respuesta a una locación tan extraordinaria”, ha dicho Piano. “Queríamos aprovechar su vitalidad y al mismo tiempo enfatizar su rico carácter. El primer gran gesto fue la entrada abovedada, que transforma el área exterior del edificio en espacio público amplio y protegido. Ahí, de una sola vez, los visitantes estarán expuestos al agua, el parque High Line, las poderosas estructuras industriales del barrio y su excitante mezcla de gente, todo junto y concentrado en este edificio y la maravillosa experiencia de vivir el arte”.
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