2014-07-29

Las señales de que el matrimonio está en crisis avanzan. La causa, al parecer serían las infidelidades de Mr. Carter.

Por: Manuel Santelices, corresponsal

Primero, las malas noticias: el empleado del Hotel Standard que filtró el video de seguridad donde Solange Knowles aparecía golpeando a su cuñado, Jay Z, frente a la abúlica mirada de su hermana Beyoncé, ha sido despedido, perdiendo así un sueldo que, calculamos, debe haber estado entre los 20 y 30 dólares por hora.

Es comprensible. Si alguien no puede golpear a su cuñado en el ascensor del Standard en absoluta privacidad, ¿entonces dónde?

Ahora, las buenas noticias: Solange, Beyoncé y Jay Z han dado por superado al bochornoso episodio de la golpiza. Así lo anunciaron en un comunicado de prensa firmado por “la familia”, donde informaron que “Jay y Solange asumen la responsabilidad que le cabe a cada uno en lo ocurrido, se han pedido perdón mutuamente y siguen adelante como una familia unida. Ha habido muchas especulaciones respecto a lo que gatilló el incidente”, concedió el documento, “pero lo más importante es que nuestra familia ha solucionado el conflicto”.



Entonces la familia está OK, no se preocupe.

La vida continúa: Solange tuvo a los fotógrafos de New York Magazine siguiéndole los pasos hace unas semanas para saber cómo era “la vida con Solange”, una rutina que incluye tuits, comida cajun, manicure, visitas al sitio airbnb, composiciones de canciones y más tuits. Beyoncé, por su parte, ocupó la portada de la revista Time en su edición sobre “las 100 personas más influyentes del mundo”, posando en lo que muchos consideraron “ropa interior”. Y Jay Z aún es considerado el monarca global de la cultura popular en 2014, con un imperio musical, comercial y social donde el sol no se pone nunca. Puede estar despertando en Santiago o acostándose en Shanghai, y lo más probable es que lo haga escuchando “Niggas in París” o “Empire State of Mind”, dos títulos que revelan los límites de su modestia.

De acuerdo a Forbes, la pareja tiene una fortuna aproximada a los mil millones de dólares, lo que permitirá que su hija, Ivy Blue, tenga un cómodo retiro, igual que sus nietos Ivy Red y Ivy Yellow, y sus bisnietos Ivy Violet, Ivy Purple, Ivy Magenta y Ivy Beige. No hay una sombra de tristeza en la existencia de Shawn Carter –el nombre real de Jay Z– o su mujer. Y aun así, los rumores de que no todo es felicidad en el Monte Olimpo, continúan.

Ambos se encuentran actualmente juntos en gira con un show titulado “On the run”, que ha sido catalogado como brillante y narcisista por los críticos. En la escena más publicitada del espectáculo –es decir, la que su maquinaria de relaciones públicas distribuye entre los medios–, Jay Z aparece con lentes oscuros y una T-shirt en blanco y negro con la bandera norteamericana, y Beyoncé en lo que cualquiera podría confundir con un traje de baño y un tocado de malla que simula, en el mejor de los casos, una máscara de indignado o anarquista, y en el peor, una sexy burka.

La gira ha sido éxito total. La revista Time los trató de “realeza musical” y contó que, como una reina déspota y autoritaria, Beyoncé ordena desde el escenario a sus fans que “hagan una reverencia, bitches”. Más sorprendente incluso, los fans siguen sus órdenes.

Joe Caramanca, crítico de The New York Times, habló de la diferencia del impacto entre ambos, de cómo Jay Z parece relajado en su talento, sensual en lo casual, mientras que Beyoncé, cada vez que se asoma en el escenario, lo invade con un ejército de bailarines exigiendo toda la atención. Caramanca va incluso más allá en su opinión, adentrándose en lo sentimental y señalando que, vista de cerca, la de estas estrellas parece “verdadera intimidad y no un romance de show” y que es “impresionante cómo la pareja se las ha arreglado para mantenerse fuera de las luces de los tabloides, sin siquiera, por largo tiempo, reconocer su relación en entrevistas”.

Esa crítica apareció publicada el 26 de junio de 2014. Poco menos de un mes después, como un castillo de naipes, todo se derrumbó.

Durante un concierto en Ohio, Beyoncé cambió la letra de su canción “Resentment”, que habla de infidelidad, y en vez de decir que llevaba seis años junto a su pareja imaginaria, como dice el tema original, dijo que llevaba 12, como los que lleva con Jay Z. Luego, frente a miles de fans cantó: “Si tengo que mirarla a los ojos, veo la mitad de lo que soy yo. Ni siquiera la mitad. Esa ‘bitch’ nunca será yo”. Y pobre de la que trate.



En los últimos años, Beyoncé se ha convertido en la vara con que todo el resto de aspirantes a divas son medidas, y ninguna de ellas llega siquiera al primer peldaño.

Aparte de haber vendido casi 900 mil álbumes con “Beyoncé” en apenas tres días en 2013, más que Lady Gaga y Katy Perry juntas; de haber ganado fortunas promoviendo desde tinturas de pelo a gaseosas, lanzar su propia línea de ropa y perfumes, y de convertirse en el único rostro que vale cuando se habla de celebridad moderna, Beyoncé tiene poco que probar al resto del mundo. Su verdadero desafío, si uno cree todo lo que dicen los tabloides y se guía por los cambios de su canción, está a puertas cerradas, en la relación entre Mr. y Mrs. Carter, la pareja más famosa del planeta.

Los rumores –y hasta ahora son sólo eso, rumores– comenzaron inmediatamente después de hacerse conocida la ya mencionada pelea en el ascensor. Después del incidente, Solange borró todas las fotos que la mostraban junto a su hermana en Instagram. Beyoncé, por el contrario, subió a su cuenta decenas de imágenes que las mostraban juntas de niñas y adolescentes.

Finalmente, Solange cedió y hace unas semanas volvió a subir una foto de las dos muy jóvenes, sonrientes y felices.

¿Estaba Solange en el ascensor defendiendo a Beyoncé de las infidelidades de Jay Z? Eso es al menos lo que sugirieron la gran mayoría los tabloides norteamericanos la semana pasada, mencionando incluso a la atractiva diseñadora Rachel Roy y su cercana amistad con Jay Z como posible causa de la crisis. En su portada, la revista In Touch aseguró que la cantante le había dicho a su marido que el matrimonio llegaba a su fin. Life & Style informó que Beyoncé estaba “destrozada por las infidelidades”.

Beyoncé desmintió los rumores el 16 de julio pasado, y lo hizo como se hacen estas cosas en la actualidad: con una foto en Instragram. La suya la mostraba tomada de la mano con Jay Z durante un momento de su show e iba acompañada con el párrafo de una halagadora crítica recientemente publicada: “Por separado son impresionantes, pero juntos son invencibles”.

@revistacosas

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