2012-03-28

Ya sabreis (porque os lo he contado muchas veces y también por la ausencia de recetas) que los fritos y yo estamos “regañaos”. No es que no me gusten, pero si como demasiados y sobretodo si están demasiado aceitosos, tienden a sentarme mal. Además con el tema de la dieta, hace tiempo que borré la fritanga de mi vida para siempre (y mira que me gusta una croqueta!!)

Sin embargo, cuando vi esta receta en el blog de Canelona no pude resistirme. Fue verla publicada y tener un antojazo tan grande que tuve que ir a comprar los ingredientes esa misma tarde para hacerlos.



Estos bocaditos de jamón y queso son tan suaves… sencillamente deliciosos!!

Por cierto, os tengo que decir que los probé fritos y también hice algunos al horno y aunque es cierto que no quedan tan bonitos (por eso no hay fotos), sí que salen muy ricos también, así que no descarteis esa opción si quereis hacerlos más saludables.

Os pongo la receta tal cual la puso Cane:



150 gr. de queso Emmental (15 pp)

100 gr. de jamon york (3 pp)

1 cebolla (0 pp)

2 cucharadas soperas de aceite (12 pp)

2 huevos (6 pp)

90 gr. de maizena (9 pp)

800 gr. de leche (en mi caso, desnatada, 7 pp)

Nuez moscada (0 pp)

Pimienta (0 pp)

Una cucharadita de sal (0 pp)

Para rebozar:

Harina, huevo batido y pan rallado (= a ojo, 1 pp por cada trocito)

Para freír:

Aceite (=a ojo, 2 pp por el aceite de cada trocito)

TOTAL = 52 pp toda la masa y salen aproximadamente unas 25 delicias = 2 pp cada una, a lo que añadimos 1 pp por el rebozado = 3 pp cada trocito.

Si lo freímos le añadimos 2 pp más a cada uno (= 5 pp) y si lo hacemos al horno, lo dejamos en 3 pp.



Empezaremos rallando el queso. Lo echamos en el vaso y rallamos 7 segundos, a velocidad 7. Lo reservamos en un recipiente grandecito, que luego hay que mezclarlo con el jamón.

Sin lavar el vaso, rallamos el jamón york durante 1 segundo a velocidad 4. No queremos que quede demasiado rallado, a mi me gusta encontrarme trocitos de jamón "reconocibles". Una vez rallado, vertemos en el mismo recipiente donde teníamos el queso y mezclamos bien.

Seguimos con el vaso tal cual, sin lavar y echamos la cebolla partida en cuartos. La rallamos unos segundos a velocidad 8. Bajamos los restos que hayan podido quedar en las pareces y añadimos el aceite. Programamos 5 minutos a temperatura Varoma y velocidad 3 para que se sofría bien.

Cuando finalice el programa, añadimos los huevos y la maicena y mezclamos 5 segundos a velocidad 4.

Finalmente incorporamos a esta mezcla la leche junto con nuez moscada y pimienta al gusto, la cucharadita de sal y también una cucharadita de la mezcla que tenemos reservada de jamón y queso. Mezclamos todo bien durante 5 segundos a velocidad 7

Ahora prepararemos la bechamel con todo lo que tenemos en el vaso programando 7 minutos a 100º, velocidad 4.

Con la salsa ya terminada, vamos incorporando con la ayuda de la espátula el jamón y el queso que teníamos reservado y mezclamos bien.

(Continúa tras la preparación convencional)

Si no tenemos Thermomix, a lo mejor sería interesante comprar el queso ya rallado, si no es posible, lo haremos nosotros mismos con una ralladora o una picadora.

El jamón, lo podremos picar también con una picadora, o bien, con paciencia y un buen cuchillo, picaremos el jamón york en trocitos pequeños.

Mezclamos el queso y el jamón picados y los reservamos.

En un cazo grande o mejor en una olla, ponemos a pochar una cebolla que habremos picada muy fino previamente. Una vez que vaya estando transparente, prepararemos una bechamel peculiar añadiendo primero los huevos y la maicena. Siempre a fuego medio, removemos todo bien para que no queden grumos y vamos añadiendo poco a poco la leche. Durante la preparación de la bechamel, la condimentamos con la nuez moscada y la pimienta al gusto. Añadimos una cucharadita de sal y también una cucharadita de la mezcla de queso y jamón que teníamos reservada. Seguimos removiendo sin parar hasta tener una bechamel consistente y sin grumos.

Una vez tenemos la bechamel terminada, agregamos el jamón y el queso que teníamos reservados y mezclamos todo bien.

Volcamos nuestra mezcla sobre un molde cuadrado o rectangular del que luego podamos cortar cuadraditos. Canelona utiliza un molde de silicona flexible, yo por el contrario, utilicé un molde cuadrado desmontable para bizcochos al que cubrí con papel vegetal. Eso dependerá de los medios de los que dispongas. Una fuente desechable de alumnio te valdrá perfectamente también. Es importante saber que te tiene que quedar un espesor de unos 2 cm. aproximadamente.

Ponemos el molde con nuestra mezcla en el frigorífico para que endurezca durante una hora como mínimo. Cuando esté durito y se pueda cortar, lo dividimos en cuadraditos y los rebozamos pasándolos primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado.

Freímos (u horneamos) los que nos vayamos a comer y el resto podemos congelarlos ya rebozados. Cuando queramos comernoslos, no hará falta descongelarlos. Directamente del congelador al horno o a la sartén.

Son una verdadera delicia.

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