2014-02-05

¿POR QUÉ HACEMOS TURISMO RURAL?
Son muchas las motivaciones para practicar turismo rural. Muchas personas buscan la tranquilidad y el silencio en un mundo donde empiezan a escasear los espacios para la soledad; otras, sencillamente, desean charlar con las gentes de nuestros pueblos, tal vez para compensar la despersonalización de las grandes ciudades, donde llegamos a coincidir en un ascensor con vecinos "de toda la vida" y apenas cruzamos unas pocas palabras. En general, la sociedad quiere reencontrarse con los valores y sentimientos que la modernidad ha expulsado de nuestras formas de vida cotidiana, cada día más acelerada y alejada de lo natural. Buscamos un acercamiento a la naturaleza y a las formas de vida tradicionales. Buscamos, en definitiva, la cercanía a la tierra, a los orígenes de donde venimos.



Nos sentimos mejor acercándonos a las formas de vida tradicional de nuestros pueblos
San Felices de los Gallegos, Salamanca (Castilla y León, España)



Estampas típicas de la vida rural española
Navarredonda de Gredos
Ávila, Castilla y León (España)



La plácida vida de los pueblos
Valle del Ambroz
Hervás, Cáceres (Extremadura, España)

UN SENTIMIENTO COMÚN Y UNIVERSAL
¿Quién no ha mirado embelesado durante horas los cielos oscuros cuajados de millones de estrellas? ¿Quién no ha sentido algo especial con el rumor del agua o su simple presencia cristalina? ¿Quién no se estremece con la luz, intensa y azul, de la luna llena? ¿Quién no se revuelve todo por dentro con el crepitar del fuego o el cálido tintineo de hogueras y chimeneas? Curiosamente, ese sentimiento es común a todas las culturas y civilizaciones del mundo, un sentimiento que tiene un origen remoto, nada menos que cuando el hombre empezó a serlo, cuando vivíamos en estrecha convivencia con la naturaleza.

No olvidemos nuestra estrecha dependencia de la naturaleza
"Travel Blogger Meeting" de la Sierra de Gredos

La soberbia belleza del mundo rural 
Robledillo de Gata
Río Árrago
Sierra de Gata
Cáceres (Extremadura, España)

EFECTOS POSITIVOS DEL TURISMO RURAL

Necesitamos a la naturaleza en nuestras vidas, más allá del tiesto con geranios de nuestro balcón. Al reencontrarnos con lo natural y con aquello que formó parte de las vidas de nuestros antepasados, sin darnos cuenta estamos contribuyendo, no sólo a mejorar nuestro ánimo y bienestar personal o las condiciones de vida del mundo rural, sino a conservar valores y recursos de importancia absolutamente extraordinaria que, tal vez, pasan desapercibidos para la mayoría de consumidores de este tipo de turismo. 

1. CONSERVACIÓN DE LA ARQUITECTURA TRADICIONAL

El turismo rural ha tenido, y de hecho sigue teniendo, un efecto positivo en la conservación y puesta en valor de muchos elementos de la arquitectura tradicional que quedaron obsoletos y que de otra manera estarían abocados a su abandono y la ruina total. Así, por ejemplo, se han recuperado edificios tradicionales para usos públicos y privados, como viejos molinos harineros o de aceite, chozos y casas tradicionales destinados para alojamiento de turismo rural, museos, centros de interpretación o aulas de naturaleza.

El lagar del Mudo
Molino de aceite rehabilitado
San Felices de los Gallegos, Salamanca (Castilla y León, España)

Chozos
La arquitectura popular como fuente de inspiración en nuevas construcciones rurales
Complejo de turismo rural "Los Cantos"
Alburquerque, Badajoz (Extremadura, España)

Pozo de nieve rehabilitado
Centro de Interpretación del Pozo de Nieve
Villar del Rey, Badajoz (Extremadura, España)

Vivienda del siglo XVI rehabilitada para alojamiento rural
Sierra de Gata
Hoyos, Cáceres (Extremadura, España)

UN VALOR AÑADIDO

Las actividades que se desarrollan en el medio rural, como el senderismo, la cabalgada, la observación ornitológica o el BTT, se sirven de los diferentes elementos de la arquitectura tradicional que salpican nuestros paisajes rurales. Muchas rutas tiene como destino viejos molinos harineros o cortijos, puentes mesteños o conjuntos de chozos y zahurdas tradicionales, dándole un valor añadido a la práctica deportiva, la observación de aves o las rutas culturales.

Senderismo sobre el puente del castillo de Los Arcos
Almendral, Badajoz (Extremadura, España)

Cabalgada
Fuente y abrevadero de La Pitera
Vía pecuaria de la Colada del Rocón
Higuera la Real, Badajoz (Extremadura, España)

2. REVITALIZACIÓN DEL MUNDO RURAL

Tristemente, los pueblos envejecen y se despueblan. Cuando practicamos turismo rural, estamos creando nuevas opciones de negocio y oportunidades de trabajo, que es, en definitiva, una de las causas más importantes del despoblamiento de muchos núcleos rurales, en especial de aquellas zonas marginales que no cuentan "a priori" con importantes recursos "imán". Y no es algo de lo que sólo se beneficia el empresario de turismo rural que decide establecerse en un pueblo o en una finca. Se generan necesidades de productos naturales locales que pueden revitalizar y recuperar razas animales autóctonas y actividades que de otra manera acabarían desapareciendo: repostería, apicultura, productos artesanales locales...

UN INCISO: LA IMPORTANCIA DEL HOMBRE RURAL

Sin el hombre no puede existir un turismo rural de calidad. Tal vez no somos conscientes que los paisajes naturales, con su extraordinaria diversidad de fauna y flora, los paisajes culturales, desde los prados de montaña a las dehesas, las diferentes razas animales autóctonas, la variedad gastronómica o las numerosas manifestaciones de arquitectura tradicional, son consecuencia directa de la actividad del hombre, consecuencia de la presencia -viva- del hombre en el territorio y sin la cual acabarían por desaparecer muchos de los valores y recursos que soportan la esencia del turismo rural.

La presencia viva y necesaria del hombre en el medio rural
Arreando con la mula y los mastines
Malpartida de Plasencia, Cáceres (Extremadura, España)

Gallo
Molino de los Batanes
Río Gévora
La Codosera, Badajoz (Extremadura, España)

La presencia viva, activa y necesaria del hombre en el medio rural
Sierra de las Villuercas, Cáceres (Extremadura, España)

3. CONSERVACIÓN DE LOS PAISAJES CULTURALES

Sin el hombre no hay dehesas. La mayoría de los paisajes culturales que observamos son consecuencia del trabajo ancestral del hombre, un hombre que ha modelado y manejado en su beneficio los paisajes donde se asienta para favorecer la agricultura y el pastoreo: olivares, castañares, prados de montaña, dehesas, pastizales, huertos... Inevitablemente, a la desaparición del hombre le sigue la de los paisajes culturales y con ello, la riqueza cultural y paisajística, la diversidad biológica y otros muchos recursos asociados.

El hombre como elemento modelador 
y creador de una gran diversidad de paisajes culturales

Una combinación extraordinaria de paisaje cultural y natural bien conservado
Valle del río Guadiana
Mértola, Alentejo (Portugal)

4. CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

La presencia viva y activa del hombre sobre el territorio a través de los cultivos, el pastoreo o los aprovechamientos forestales mantiene altos niveles de biodiversidad. Ese inocente mosaico del paisaje donde se alternan prados, huertas, bosquetes naturales, líneas de vegetación riparia, matorrales, pequeñas charcas y embalses ganaderos, cultivos de cereal, olivares, barbechos y posíos tiene un efecto positivo en la riqueza natural. La simplificación del paisaje como consecuencia de la desaparición del hombre y el abandono de las prácticas culturales tradicionales tiene un efecto negativo demoledor sobre la biodiversidad. El monte acaba inundándolo todo, homogeneizando los paisajes y simplificando las comunidades domésticas y silvestres de animales y plantas.

La riqueza animal y vegetal asociada al manejo y la presencia 
activa del hombre en el medio rural
Extremadura (España)

Biodiversidad animal y vegetal asociada a la presencia activa del hombre en el medio rural
Navarredonda de Gredos
Ávila, Castilla y León (España)

TURISMO RURAL: NO ES NECESARIO BUSCAR "VACAS PÚRPURAS", TODO ES MÁS SENCILLO

Constantemente se reclama al empresario del mundo rural originalidad, innovación... Hace algunos años, la red de parques nacionales de España elaboró un cuestionario donde se preguntaba a los niños qué animales de los que habían observado en los parques les habían gustado más. Para sorpresa de todos, los niños contestaron que gallinas, asnos, ovejas y vacas. Sí, animales domésticos que pastaban en los montes o que los guardas del parque tenían en los corrales de sus casas de campo. Y es que, aunque resulte difícil de creer, hay muchos niños que nunca han visto una oveja o un burro.

"¿Paintball, tirolinas en los árboles, rafting...? No, mire usted, le agradezco que se tome la molestia de ofrecerme todos estos servicios pero... sólo necesito descansar, ver las estrellas y escuchar el canto de los pájaros" 

Las vacas tienen el color que tienen
Ternero de raza retinta
Dehesas de Fregenal de la Sierra, Badajoz (Extremadura, España)

Y NO PERDAMOS EL NORTE

Hay que apostar necesariamente por la ruralidad, no perder el norte y saber diferenciar lo que es turismo rural de la oferta turística complementaria que se desarrolla en el medio rural. Y hacerlo de tal manera que no se pierda la autenticidad del mundo rural, no convirtiendo los pueblos turísticos en postizos o gigantescos parques temáticos despersonalizados, donde la presencia del hombre que interactúa con la naturaleza sea el principal valor que sustente el resto de recursos y posibilidades. Y, por supuesto, que el turismo rural se convierta, no en la panacea a los complejos problemas de nuestros pueblos y campos, sino en un verdadero complemento dinamizador de la actividad rural.

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