Miami.- Venezuela y Honduras son en la actualidad los principales focos de preocupación en el continente en cuanto al respeto a la democracia y el aumento del narcotráfico, afirmó hoy John Kelly, jefe del Comando Sur de Estados Unidos.
Estados Unidos ve “con simpatía” las pláticas entre el gobierno de Venezuela y la oposición, pero en lo económico “la preocupación” es el abastecimiento de crudo lo cual “observamos muy de cerca”, dijo Kelly en una conferencia sobre Seguridad en América Latina y el Caribe.
Venezuela, que cuenta con las mayores reservas de crudo certificadas en el mundo con alrededor de 300 mil millones de barriles, exporta a diario unos 2.5 millones de barriles, fundamentalmente a Estados Unidos con 1.2 millones de toneles.
El año pasado despachó a los países miembros de Petrocaribe -Antigua y Barbuda, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas y Surinam- 122 mil barriles diarios.
Kelly añadió que Honduras es el país más peligroso de la región, donde el promedio de crímenes violentos es de 91 por cada 100 mil habitantes y mucha de esa violencia es generada por el narcotráfico.
“Es más peligroso quizá que Afganistán”, subrayó el general durante la conferencia dictada en el Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami.
Señaló que gracias a la lucha que se libra contra las drogas en el Caribe, los cárteles del narcotráfico están utilizando nuevas rutas que incluyen países como Panamá y Puerto Rico.
Estadísticas del Comando Sur indican que desde 2012, después de la implementación de la Operación Martillo, se ha reducido en 38 por ciento el trasiego de drogas del sur al norte del continente.
Al hacer un balance general, Kelly dijo que América Latina y el Caribe “están teniendo un buen desempeño” en cuanto a la lucha contra el narcotráfico, la democracia, los derechos humanos y la libertad de prensa.
Kelly se pronunció además en contra de la legalización de las drogas, al afirmar que en donde se ha implementado, la violencia no frena y los costos sociales aumentan en cuidados médicos.