2015-06-28

Junio cuenta sus últimos días y la tercera etapa de esta gira universal por demás fructífera está por concluir. A pesar de la brevedad del tiempo, el Apóstol y maestro Naasón Joaquín ha tenido una gran escalada en dirección a las promesas que el Omnipotente le hizo aquel ocho de diciembre del año pasado. A seis meses y medio de la manifestación de su apostolado, se ha presentado en once naciones: Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Colombia, Estados Unidos, México, Inglaterra, España y Portugal con veinticuatro presentaciones oficiales sin contar aquellas que ha llevado a cabo en Guadalajara, Jalisco.

Es la primera vez que un Apóstol de Jesucristo pone su pie en este país, pero el inmenso amor del cual hoy él es depositario, lo ha convertido en un incansable pregonero de la causa de las causas. Bélgica y Alemania se anexan a su lista innumerable de triunfos. Bautismos en cinco naciones de Europa (Inglaterra, Alemania, Holanda, Bélgica y Francia). Hoy hablará a toda la iglesia universal, desde aquí, desde Lisboa.

El reloj marca las 10:20 de la mañana cuando él hace su aparición en la puerta principal, la iglesia le recibe con el canto: Este día esperamos, el ministro local Enc. Jesús Hernández le da la bienvenida: “Ese día que el Señor manifestó su elección Dios lo hizo tan grande que yo no regrese triste, yo regresé esperanzado…mis hermanos y yo le decimos: vamos a dar testimonio siempre que hay un Dios, que hay un Cristo y que hay un Siervo de Dios en la tierra”.

El Apóstol hace una pausa y saluda: “Porque fue mi promesa y yo dije, donde estuvieran dos almas alabando al Señor, ahí su hermano Naasón va a ir…hermanos de Lisboa Portugal, os saludo acomodando aquellas palabras que pronunciara María, la madre de Jesús, que son para alabanza de la gloria y magnificencia de las cosas de Dios por todas sus maravillas: Engrandece mi alma al señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador porque  ha mirado la humilde condición de su iglesia pues he aquí, desde ahora te dirán bienaventurada todas las generaciones…”

Enseguida pide entonar el himno 272 Israel es una iglesia imponente. Empuña y levanta su mano, mira hacia arriba, al entonar la estrofa tres que expresa: Israel sigue marchando valiente, Israel sigue cantando a Cristo… explica que aunque los enemigos han querido poner pensamientos equívocos que desvíen y confundan a su pueblo, han quedado sorprendidos porque el Israel espiritual que es la iglesia de Cristo, sigue marchando valiente, porque es Cristo quien la va guiando.

El Objetivo del Evangelio de Cristo (La salvación de las almas)

Como respuesta a aquellos incrédulos a quienes ninguna prueba satisface dijo: “Dirá alguno: ya han pasado casi siete meses y no han salido los batallones que proclama el hermano Naasón, a quienes yo respondo de la siguiente manera conforme al libro de Mateo 4:18 en adelante”.

En una alocución formidable  expuso a su iglesia que la cita bíblica retoma dos momentos propios de la actividad de la pesca, para identificar por qué nos hacemos llamar “La Iglesia de Cristo”. En el primer momento, Simón (llamado Pedro) y Andrés su hermano, echaban la red al mar, en el segundo, estaba Jacobo y Juan su hermano, los cuales remendaban la red.

Al respecto aclaró que el primer momento indica que los pescadores ya estaban listos con todas sus herramientas necesarias y por tanto, ya echaban la red al mar y que de la misma manera durante un poco más de cincuenta años los pescadores, al mando del Apóstol de Jesucristo Samuel Joaquín Flores echaron la red, de tal modo que la pesca fue abundante y así creció la Iglesia del Señor. Sin embargo; en el segundo momento, los pescadores también remendaban la red. Parafraseando el texto bíblico expuso que desde que el Señor lo llamó, ha deseado que muchos jóvenes formarán un escuadrón y remienden la red, porque la pesca ahora será mucho más abundante, porque la promesa de Dios cada día va siendo manifiesta a todos, “y es necesario que se preparen y se consagren éstos jóvenes, porque llegará el momento en que les diré: ¡arrojen las redes al mar!”.

Hizo énfasis en que remendar la red es prepararse, consagrarse, conocer la doctrina, leer la escritura para saber cómo y qué hablarles a las almas pues el propósito de estos temas es identificar a la Iglesia del Señor para presentar defensa con mansedumbre ante todo aquel que demande razón de nuestra fe.

Citó la primera epístola universal del Apóstol Pedro 1 Pedro capítulo 1 verso 9: Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas y observó que en el objetivo del Evangelio de Cristo, lo primero que encontramos es que Cristo, cuando estableció su iglesia en la tierra, lo hizo con un solo fin: la salvación de las almas. Ningún otro objetivo por bueno que pudiera parecer, se ajusta al objetivo del Señor, pues si así fuese estos conducen sólo a la búsqueda de lo material y dejan a las almas muertas en sus delitos y pecados.

Los milagros y las sanidades no son el principal objetivo del evangelio verdadero

A continuación tomó la promoción que hacen los pastores falsos, en el sentido de que hacer milagros es necesario en la iglesia de Cristo, “pero yo les digo que no, esa no fue la principal razón de la presencia de Cristo en la tierra; los milagros fueron solo un medio para atraer la atención de la gente” porque si desde el inicio, él hubiera predicado el Evangelio, lo hubieran rechazado y apedreado –aseguró- especialmente Israel que era un pueblo de dura cerviz y no aceptaba de buen parecer la voluntad de Dios; de ahí la estrategia de Jesús de ir por los pueblos, ciudades y caminos sanando cojos, curando leprosos e incluso resucitando muertos y dando la vista a los ciegos, hasta que su fama corrió por todos lados en Jerusalén, obteniendo con ello que la atención de la gente enferma y necesitada de favores materiales.

En ese contexto recordó cómo Nicodemo se acercó a Jesús de noche y le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de Dios porque nadie puede hacer las obras que tú haces sino le fuere dado del cielo” y ese “sabemos” significa que hablaba en representación de los demás maestros fariseos.  Fue hasta que tuvo la atención total del pueblo que les pudo decir primeramente “Yo soy el hijo de Dios” y en segundo lugar “No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos” sino que era necesario hacer las obras de Dios. Por ello aquellos discípulos le reconvinieron: “muéstranos, pues cuáles son las obras de Dios” y es cuando les respondió: “Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado”.

Precisó que justo en ese momento, toda aquella multitud que le seguía y que gritaban ¡hosanna, hosanna! se fueron; le dejaron y dijeron: “dura es ésta palabra”, porque no traía beneficios materiales, sino la vida eterna… “Y el hombre despreció la vida, prefiriendo las manifestaciones materiales y el espectáculo”. Fue entonces cuando el Señor se lamentó de ellos con estas palabras: “Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados, cuántas veces quise juntarte…pero no quisisteis”.

La señales del evangelio verdadero

Para hacer razonar a aquellos que optan por los milagros y portentos materiales creyendo que son característicos de la iglesia de Cristo, recurrió al ejemplo bíblico de Pablo que describe a la perfección  cómo es posible identificar a la Iglesia Verdadera de Cristo y citó: Gálatas 1:11-12 Más os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es según hombre, pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno sino por revelación de Jesucristo (15-19) Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, revelar a su hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulte enseguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia y volví de nuevo a Damasco. Después, pasados tres años subí a Jerusalén para ver a Pedro y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles…”

Cap. 2:1-2 “Pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles… (vers. 6) A mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron… (vers. 9) y reconociendo la gracia que me había sido dada… nos dieron las diestras en señal de compañerismo para que nosotros fuésemos a los gentiles y ellos a la circuncisión”

Explicó que estos pasajes narran como a partir del momento del llamamiento del Apóstol Pablo en el camino a Damasco, pasaron tres años primero, para ver al Apóstol Pedro y luego tuvieron que transcurrir catorce años más, haciendo un total de diecisiete años (después de su llamamiento) para poder reunirse con los demás apóstoles. Por un lado, andaban doce apóstoles predicando a Israel y por otro lado, andaba otro apóstol predicando en las regiones de Asia y Arabia. ¿Qué pasó en ese encuentro?

De manera detalla ilustró que como ambos grupos se decían Apóstoles e iglesia de Cristo, expusieron en privado el evangelio que predicaban ambos grupos (los doce y Pablo con sus colaboradores). Tras hacer un análisis minucioso de ambas predicaciones el resultado fue glorioso. “Nada nuevo me comunicaron los de la reputación”; es decir, nada le añadieron, quitaron o enseñaron que fuese diferente a lo que ya predicaba él. A pesar que Pablo no anduvo con el Señor Jesucristo en persona y que a ellos, el Señor no les había revelado el llamamiento de éste; reconocieron que el mismo Cristo le reveló Su Evangelio, manifestando así que Dios hace lo que él quiere y cuando él quiere, porque en su soberana voluntad, no existen tiempos ni condiciones específicas para llevar a cabo su plan de salvación

En otro momento expuso que así como los sacerdotes se sorprendían del conocimiento y la palabra de los Apóstoles al cuestionarse: “¿De dónde tienen éstos esta palabra, si son gente no preparada, humildes y sin educación? algo parecido sucedió entre los Apóstoles y Pablo que, si bien es cierto era un erudito en la ley de Moisés y en la enseñanza de los judíos, -él mismo reconoce ser más celoso y aventajado en la ley y las tradiciones de sus padres-, de su estudio él no pudo aprender ésta doctrina, ya que la Palabra de Dios no se aprende por estudio humano sino únicamente por revelación de Jesucristo; además que en algún  momento aclaró que todo el intelecto que personalmente gozaba, lo había tenido por basura ante el inminente conocimiento de Cristo. A saber, su evangelio.

En el mismo contexto narró cómo después de aquella primera reunión, el Apóstol Pedro vio algo grandioso en Pablo, que seguramente comentó con los once; el hecho de que Pablo, sin haber andado con el Señor, hablaba, pensaba y predicaba lo mismo que ellos; “todas las señales de Apóstol fueron hechas en Pablo”. Decir que lo que predicaba Pablo lo aprendió del doctor Gamaliel, es un error, pues aquella enseñanza fue únicamente en la ley de Moisés y no en el evangelio de Cristo. Por eso ratifica y dice “Nada nuevo me dieron a conocer”.

El espíritu de revelación

Para ello recurrió a ejemplo humano: “La revelación de Dios viene  a ser como el agua que cae en la tierra y solo hay un recipiente que puede contenerla, un vaso exclusivo que Dios determina para depositar esa agua y de allí, Dios permite que de ese vaso se riegue y moje los corazones,  las manos de aquellos que son usados para llevar  las buenas nuevas, por eso solo es uno en el que es depositada esa agua ese recipiente y solo de él fluye esa agua viva. ¿Podrán muchos saciar su sed? Sí, pero siempre tendrán que volver a ese recipiente…”.

Asimismo instruyó que aquellos que sirven en la obra, son también servidores (Siervos) de Dios, los miembros de la iglesia de la misma manera, pero cada quién conforme a la gracia que le ha sido dada. A la feligresía fue dada la gracia de aspirar a la Vida Eterna; a los apóstoles no porque su lugar ya está asegurado, “nuestro lugar ya está asegurado, la escritura lo dice: ningún arma forjada contra ti prosperara, condenaras toda lengua que se levante contra ti esta es la herencia de los siervos de dios y su salvación de mi vendrá dijo Jehová” luego entonces la gracia dada por Dios a un Apóstol es aquella que los faculta para poder ofrecer el reino de los cielos a todo aquel que crea en ellos, “porque aquí en la tierra Dios me usa como ese vaso  donde él está depositando esa agua espiritual”.

Aclaró que el espíritu de la revelación que los ministros tienen, está condicionado a retener esa revelación que sale de la fuente principal, como le dijo San Pablo a Timoteo, que fuera retenedor de la sana doctrina, pero esto solo fue posible en tanto él estaba con vida.

¿Cómo reconocer si estoy en la Iglesia verdadera?

A través de una comparación del Evangelio –dijo-, tal y como lo hicieron los Apóstoles; es posible resolver esta incógnita con que a menudo los evangelizadores son cuestionados durante sus jornadas. Para ello citó Gálatas 1: 6 “… Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente, no que haya otro evangelio, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo, más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema; pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios?, ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.”

Con el propósito de precisar esta verdad dijo: “Existe un Evangelio cuya virtud es otorgar al hombre la salvación del alma y existe otro cuyo fin es hacer sentir bien a las personas en todos los sentidos: en el económico, en el de salud y en el de bienestar social”. Así, -señaló- hay predicadores que anuncian un evangelio pervertido, diferente al que predicó Cristo “es cierto que hay miles de iglesias y agrupaciones religiosas, pero si yo pretendo conocer la Iglesia verdadera, será aquella que al igual que los Apóstoles salgan exactamente de acuerdo en su doctrina, pero si al hacer esa comparación de doctrinas o de evangelios, no hay una correspondencia, sino que salen en desacuerdo, no estás en la Iglesia de Jesucristo, sino que sigues un evangelio pervertido”.

Tres características de un evangelio pervertido

Entonces identificar un evangelio pervertido consta de tres puntos según lo ilustra el versículo 10:

En primer lugar, predica la salud corporal. Este es un gran atractivo para quienes carecen de salud, pues se acogen a esta predicación convenenciera, que en nada beneficia al alma, pues la salud corporal no convierte al alma ni le da la salvación; es sólo para impactar al hombre (Lucas 17:11-17 “Jesús limpia a 10 leprosos”); ésta sanidad no fue para vida eterna, pues se olvidaron del favor de Cristo. Mientras estaban enfermos, sí buscaron al Señor, pero luego que fueron sanados se fueron y se olvidaron pues de diez beneficiados con la salud completa, sólo volvió uno para dar gracias al maestro.

Al respecto señaló que en el inicio de la restauración de la Iglesia, también se dio importancia a los milagros de sanidad, pero el Apóstol Aarón Joaquín vio que esto no redundaba en beneficio de las almas, por lo que lo dejó de hacerlos y recordó el testimonio capturado en la hacienda de Las Comas, Coahuila (México) donde el hermano Aarón hizo muchos milagros y sin embargo nadie de los que recibieron el beneficio fueron convertidos al evangelio. Sin embargo; aunque sigue habiendo milagros en la Iglesia, ya no se toman como un punto principal de predicación, pues no es el objetivo ni la misión de Cristo ni sus Apóstoles.

Como segunda característica es su prédica de ayuda económica. Esta ayuda social predica un bienestar económico al creer en Jesucristo y prometen ganancias inigualables, lo cual es totalmente falso (Mateo 19:16-21 “El joven rico”). La riqueza hace que nuestro corazón se incline hacia lo material y nos corrompe. El hombre, mientras más rico y poderoso es, menos necesidad siente de Dios, pero a manera de reflexión cuestionó: ¿Para entrar al reino de los cielos, debo ser pobre? No, porque Dios bendice, mientras el corazón no se inclina a lo material; entonces la lamentación del Señor fue: “Qué difícil es que un rico entre al reino de los cielos; es más fácil que un camello entre por el ojo de la aguja…” ¿Por qué? Porque se desvía la intención del corazón, en pos de la riqueza y se olvida de cumplir el primer mandamiento que es: Amarás al Señor tu Dios, con toda tu mente, con todas tus fuerzas, con todo tu corazón y sobre todas las cosas.

Como tercer característica señaló un discurso aparcero y condescendiente que no reprende, ni disciplina, ni amonesta el pecado, pues su objetivo no es la salvación de las almas, sino quedar bien con los hombres y citó la carta paulina de Gálatas 1:10 Si trato de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo. Y refirió las palabras del maestro de Nazaret,  “Mi paz os dejo, mi paz os doy, pero no como el mundo la da”. Porque en el evangelio de Jesucristo, la paz de Dios es enemistad con el mundo pues la paz a la que se refiere no trae paz a la carne, sin embargo; la paz de Dios, aunque nos enemista con el mundo, nos mantiene unidos con el Señor.

Así demostró como los mercaderes de la Palabra han desvirtuado y deformado el evangelio, anteponiendo los beneficios materiales y sociales por encima de la Salvación del alma, cuando el auténtico evangelio, busca dar la vida eterna prometida por el Señor.

El evangelio de vuestra salvación (Efesios 1.13)

Al respecto exhortó: “La predicación de la Iglesia del Dios Vivo y Columna y Baluarte de la Verdad, La Luz del Mundo y que se ha llevado a cabo por los Apóstoles, Aarón Joaquín González, Samuel Joaquín Flores y hoy por su Hermano Naasón Joaquín, ha sido analizado por antropólogos y sociólogos, y algunos han llegado a decir que para que esta iglesia siga teniendo un éxito debe de cambiar su doctrina y su evangelio, por uno que sea más cómodo para las personas; a los cuales yo y toda la iglesia juntamente conmigo, les respondemos como dice el capítulo de Romanos capítulo 1, versículo 16: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”.

Finalmente exhortó con esta frase de aliento y dignidad cristiana a todos aquellos que en esta última presentación de la tercera etapa de su gira universal tuvieron l dicha de escucharle: “Podrán decir que la palabra del evangelio que predica la Iglesia del Señor La Luz del Mundo, no se acomoda a los intereses de todas las personas, pero una cosa sostenemos y de ella estamos seguros, el evangelio de Cristo es poder de Dios, ¡poder de Dios!, que convierte el alma, poder que sana los corazones y engendra la fe viva, ¡fe viva! que sirve para creer en lo que no hemos visto, que es la esperanza de salvación y vida eterna”.

“No me avergüenzo yo y no se avergüenza tampoco  la santa Iglesia del Señor, en ese evangelio en el cual hemos creído y del cual no nos avergonzamos antes bien les dice su Hermano Naasón a todas las iglesias, Iglesia del Señor, no te avergüences de dar testimonio de Jesucristo nuestro Señor ni de su Hermano Naasón Siervo suyo”.

Termina con la alabanza 94: Con tiempo te he pedido que traigas al redil a todas las creaturas que quieras redimir, dales entendimiento, no las hagas sufrir…y en el coro hace una hermosa súplica de amor: Oh Señor, que no se pierda ni uno que tenga salvación.

Oración final (dedicada a la juventud)

Para la oración final expuso a la iglesia su deseo de plegaria hacia Dios: “vamos a despedirnos con esta petición: ayúdanos Señor a proseguir, no Señor, no es fácil…para la jovencita, para el jovencito, claro que es un sufrimiento, ver que sus amigos se van a fiestas, se emborrachan, andan en drogas y este cuerpo se siente atraído y es un sufrimiento para ellos, es una tentación, pero luego entra hermanos el pensamiento espiritual, pero llegará el momento que esas lágrimas se convertirán en un lloro y en un crujir de dientes y le dirán al Señor: por lo menos toca, manda a aquel que conocí, aquella compañera de escuela, aquel compañero de trabajo, aquel hermano, aquella hermana que yo conocí, manda Señor que toque con las puntas de sus dedos mis labios, para que calme este sufrimiento. Pero al igual que con Noé, será demasiado tarde y tú señorita y tú joven y tú hermano y tú hermana sacrificaste tu vida, para el Señor y que estarás cansada tu carne de servir al Señor y que tu carne así llorando por no disfrutar de este mundo, verás a alguien que vendrá en las nubes con poder y gloria y entonces te dirá, Venid benditos de mi Padre al descanso eterno ¡Que Dios nos lo conceda, que Dios nos haga fieles, en ésta su Iglesia verdadera, con éste su evangelio perfecto, para el bien de nuestras almas!”.

Con esta visita a la iglesia de Lisboa, Portugal, culmina la tercera etapa de su gira universal dejando como testimonio que sus pies pisaron esta tierra ahora bendecida de Dios y anunciando el cumplimiento de la promesa que le hizo a los hermanos de los Ángeles, California en los Estados Unidos de Norteamérica de volver con ellos tras este recorrido por Europa.

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