2013-06-30

Literatura: “Escritores y Gatos” / “Cats and Writers”:

I) Osvaldo Soriano: “Un escritor sin gato es como un ciego sin lazarillo”:

El día que nací había un gato esperando al otro lado de la puerta. Mi padre fumaba en Mar del Plata, en el patio. Mi madre dice que fue un parto difícil, a las cuatro y veinte de la tarde de un día de verano. El sol rajaba la tierra.

Los jóvenes Borges y Bioy Casares paraban cerca de ahí, en Los Troncos alucinando las historias de don Isidro Parodi. A Borges lo seguían los gatos. En una de sus fotos más hermosas está junto a María Kodama, que tiene uno en brazos; Borges lo acaricia como a un amigo.

Osvaldo Soriano, escritor argentino, con su gato.

A mi un gato me trajo la solución para “Triste, solitario y final”. Un negro de mirada contundente, muy parecido a Taki, la gata de Chandler. Otro, el negro Veni, me acompañó en el exilio y murió en Buenos Aires. Hubo uno llamado Peteco que me sacó de muchos apuros en los días en que escribía “A sus plantas rendido un León”. Viví con una chica alérgica a los gatos y al poco tiempo nos separamos. En París, mientras trabajaba en El ojo de la patria, en un quinto piso inaccesible, se me apareció un gato equilibrista caminando por la canaleta del desagüe. Para sentirme más seguro de mi mismo puse un gato negro al comienzo y uno colorado al final de” Una sombra ya pronto serás”.

Para decirlo mal y pronto: hay gatos en todas mis novelas. Soy uno de ellos perezoso y distante. Aunque nunca aprendí la sutileza de la especie. Ahora mismo, una de mis gatas se lava la manos acostada sobre el teclado y tengo que apartarla con suavidad para seguir escribiendo. Hace cinco meses que no prendemos un cigarrillo. Juntos sufrimos el vejamen de la abstinencia y la vida limpia. Hace unos meses esta habitación era un quemadero de fragancias maravillosas.

Tabacos de la Argentina, de Cuba y de Holanda, ya no; resignamos algo de la utilería que compone a los duros: cigarrillos, sombrero, impermeable, el revolver de juguete.

Los fantásticos vampiros de Matheson; entre los que estaban Laurel y Hardy y el realismo romántico de Chandler, sobreviven a las modas y las vanguardias porque el lector quiere verse ahí en sangre de papel. Necesita leer sus miedos.

Con eso Stephen King escribe ahora una obra excesiva e inquietante. En uno de sus libros, un personaje acusa de plagiario al narrador, le mata el gato y se lo deja frente a la puerta. Es un momento insoportable en la literatura de terror. Algo cercano a los escalofriantes efectos de H.P. Lovecraft. Todos los escritores con corazón se han ganado un gato que los sigue y los protege.

Tal vez el de Gibbins, cercado por el fuego, le haya pedido auxilio en nombre de los gatos inspiradores: el del Dante, el de Baudelaire, el de Lewis Carrol, el de Borges. Y ahí fue el director de pobres películas, a purificarse en el incendio y cumplir con el ritual de todos los demonios.

Un escritor sin gato es como un ciego sin lazarillo. No es posible usar al gato para nada personal, no hay manera de privatizarlos.

En “La noche americana”, Francois Truffaut aconseja a las realizadores de cine no meterse jamás con un gato en acción. También me lo dijo Héctor Olivera a la hora de escribir el guión de “Una sombra ya pronto serás”. ¿Cómo hacer para que dos gatos de cine interpreten disciplinadamente a los que aparecen en la novela? Yo los puse en el libreto nada más que para aplacar mis miedos. Con una sonrisa; Olivera me dijo que estaba loco: un gato actor, el negro, tendría que seguir al personaje de Miguel Angel Solá, lavarse a su lado comerse una laucha y echarse a dormir. El otro un colorado, aparece al final, poco después que Pepe Soriano, el Coluccini de la película, haya tenido una charla con Dios. Olivera decidió que no hubiera gatos, pero creo que estoy a tiempo de convencerlo de que ponga al menos una silueta.

Cuando hablábamos de eso, todavía Gibbins no se había arrojado al incendio. Yo creía, Dios me perdone, que Matheson se había muerto de viejo. Pero no: allí estaba, peleando frente al fuego, apartando maderas en llamas, abriendo un camino para que su gato pudiera escapar con él. En el revoltijo alcanzó a salvar una carpeta con su último manuscrito. Es que siempre cuando uno rescata un manuscrito, hay un gato adentro.

Cuando yo era chico mi gato Pulqui era mono, león, pirata y bandolero. Yo lo acechaba entre las plantas del jardín y me le tiraba encima con el cuchillo de madera entre los dientes. Ahora mi hijo combate contra la gata Virgula que le devuelve los golpes. Son arañazos de mentira, en un revoltijo de sillas volteadas y malvones floridos. Las suyas, como las mías antes, son fantasías de selvas y mares, de castillos y mosqueteros. Esos años felices e irrecuperables en los que uno aprende, si aprende algo, que los gatos nos traen a domicilio el misterio de la creación.

Chandler les atribuía toda la sabiduría y creía que provocaban la explosión creadora. Un día le pidieron que hablara de Philip Marlowe y prefirió que fuera Taki la que la hiciera por él. Pretendía que era la gata quien escribía sus novelas bien entrada la noche: A mí suele pasarme algo parecido.

Richard Matheson perdió todo; la casa los muebles y los premios, pero alcanzó a salvar lo esencial: esa mirada que lo sostiene por las noches, cuando la palabra no viene y la novela no avanza. Esa mirada que nos atornilla al sillón, ese ronroneo que precede a la llegada del diablo.

Poe, Lovecraft y Matheson asociaron los gatos al horror; en los dibujos animados Willam Hanna y Joe Barbera le dieron a Tom el papel de víctima y al ratón Jerry el de la picardía.

El gato Félix fue un gran héroe yanqui de los año treinta, puritano y travieso.

El “Fritz the Cat”, de Ralph Baskhi y Robert Crumb, sintetizó los eróticos y crueles años de mi juventud; apareciendo en 1968, Fritz es el primer gato de dibujo que vuelve de Vietnam, se droga, callejea de un prostíbulo a otro, fuma como un escuerzo, duerme con las mejores chicas, incluida su hermana, y termina asesinado por una gata vieja a la que había abandonado en tiempos mejores.

En cambio, Walt Disney detestaba a los gatos. Recién en 1970 se decidió a crear un personaje que, por supuesto, no le dejó éxito ni plata. Disney era uno de esos tipos que nunca se hacen querer por los gatos. Creo que fue Chandler quien lo dijo. No sé si en la biografía del detective Marlowe o en la propia.

Hace unos días, una investigadora que prepara un libro de reportajes a escritores argentinos nos pidió a sus entrevistados que trazáramos cada uno una breve autobiografía. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo hablar de nosotros si no sabemos quienes somos? Le dije que yo no tengo biografía. Me la van a inventar los gatos que vendrán cuando yo esté, muy orondo, sentado en el redondel de la luna.

Ver Cuento “El Negro de París” de Osvaldo Soriano: http://aquileana.wordpress.com/2010/04/23/osvaldo-soriano-el-negro-de-paris-cuento-infantil/

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II) Haruki Murakami: “Towns of Cats” / “Pueblo de Gatos”:

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“Town of cats”  (Pueblo de Gatos”) es un extracto de la novela del escritor japonés  Haruki Murakami, compuesta por tres tomos, llamada “1Q84”.

Tengo es uno de los dos personajes principales de la novela que deambula que entre dos mundos distintos, uno de ellos con elementos sobrenaturales.

Pero esta historia se ubica principalmente en el plano real, aunque con yuxtaposición entre el pasado y el futuro.

El protagonista viaja en tren por un capricho de ver a su padre separado que ahora vive en un sanatorio, y que no ha visto desde hace dos años.

Tengo nunca se llevó bien con su padre, y cuestiona su paternidad, pero encuentra consuelo en su amor por la literatura

En el camino, él lee una historia, llamada “Town of Cats”.

Murakami recurre al recurso del subtexto o del metalenguaje, construyendo una historia (Cuento: “Town of Cats”) dentro de la historia macro (Novela: “1Q84”).

Ver “Town of Cats” de Haruki Murakami:

http://www.newyorker.com/fiction/features/2011/09/05/110905fi_fiction_murakami?currentPage=all

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Haruki Murakami, más joven y con gato blanco.
El escritor japonés nombra usualmente en sus novelas a los gatos. Son una presencia en general inexorable, asociada a la vida y al Destino.

Haruki Murakami tuvo un gato llamado “Kirin”, que recibió de colega al escritor y homónimo Ryu Murakami, quien, a su vez, es un acrónimo de su propio nombre y también un personaje de algunos en sus libros.

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III) Charles Baudelaire: “Le Chat” / “El Gato” (LI)

“Les Fleurs du Mal” / “Las Flores del Mal”:

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En “Las Flores del Mal” aparecen tres poemas dedicados a un gato en particular (XXXIV y LI)  y a los gatos en general (LXVI).

La lectura del poema del video corresponde al poema LI; que se agrega debajo en francés y traducción al castellano.

>Ver los tres poemas sobre gatos de “Las Flores del Mal” en:

http://www.taringa.net/posts/arte/15071856/Le-Chat-El-Gato—Charles-Baudelaire.html

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Charles Baudelaire: “Le Chat” (LI):

I

Dans ma cervelle se promène,

Ainsi qu’en son appartement,

Un beau chat, fort, doux et charmant.
Quand il miaule, on l’entend à peine,

En mi pensamiento se pasea,

como en su apartamento un bello gato.

Encantador y fuerte.

Y dulce. Su maullido apenas se percibe,

Tant son timbre est tendre et discret;

Mais que sa voix s’apaise ou gronde,

Elle est toujours riche et profonde.

C’est là son charme et son secret.

Tan tierno su timbre, tan discreto;

esté apacible o gruña,

su voz es siempre espléndida y profunda.

Es ese su encanto y su secreto.

Cette voix, qui perle et qui filtre

Dans mon fonds le plus ténébreux,

Me remplit comme un vers nombreux

Et me réjouit comme un philtre.

Esa voz perlada que se filtra

en mis concavidades tenebrosas,

como innúmero verso me complace,

como droga que estimula la alegría.

Elle endort les plus cruels maux

Et contient toutes les extases;

Pour dire les plus longues phrases,

Elle n’a pas besoin de mots.

Adormece todas las crueldades,

el éxtasis en ella se aposenta;

y para volverse inteligible

prescinde de palabras.

Non, il n’est pas d’archet qui morde

Sur mon coeur, parfait instrument,

Et fasse plus royalement

Chanter sa plus vibrante corde,

No. No sé de otro cordófono,

instrumento perfecto,

que de mi corazón pueda realmente

tensar su más vibrante cuerda,

Que ta voix, chat mystérieux,

Chat séraphique, chat étrange,

En qui tout est, comme en un ange,

Aussi subtil qu’harmonieux!

que esa tu voz, oh misterioso gato,

gato seráfico, extraño,

tan sutil y armonioso como un ángel.

II

De sa fourrure blonde et brune

Sort un parfum si doux, qu’un soir

J’en fus embaumé, pour l’avoir

Caressée une fois, rien qu’une.

De su pelaje blondo y bruno

brota un perfume tan dulce, que una noche,

y tan sólo una vez, bastó tocarlo

para quedarme impregnado de su bálsamo.

C’est l’esprit familier du lieu;

Il juge, il préside, il inspire

Toutes choses dans son empire;

Peut-être est-il fée, est-il dieu?

Espíritu hogareño,

él juzga, inspira, manda

todas las cosas que su imperio conforman.

¿Es él un dios? ¿Acaso un duende?

Quand mes yeux, vers ce chat que j’aime

Tirés comme par un aimant,

Se retournent docilement

Et que je regarde en moi-même,

Cuando mis ojos, hacia el amado gato

van, como a una piedra imántica,

hacia mí se regresan dócilmente,

y me miro a mí mismo,

Je vois avec étonnement

Le feu de ses prunelles pâles,

Clairs fanaux, vivantes opales,

Qui me contemplent fixement.

Y con asombro, compruebo el fuego de sus pupilas pálidas

y en la mirada fija,

vivientes ópalos, translúcidos fanales.

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Más sobre Escritores y Gatos:

IV) Jorge Luis Borges. Poema: “A un Gato”:

No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño

Jorge Luis Borges y gato blanco, tendido boca arriba.

V) Charles Bukowski. Poema: “My Cats”:

I know. I know they are limited,

have different

needs andconcerns. but I watch and learn from them.

I like the little they know,

which is so much.

they complain but never

worry,

they walk with a surprising dignity.

they sleep with a direct simplicity that

humans just can’t understand.

their eyes are more

beautiful than our eyes.

and they can sleep twenty hours

a day without hesitation or remorse.

when I am feelinglow

all I have to do is

watch my cats

and my courage returns.

I study these creatures.

they are my teachers.

>Ver Poema “My Cats”en castellano:

http://elelectrografo.blogspot.com.ar/2010/10/mis-gatos-charles-bukowski.html

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Charles Bukowski y su gato detrás, delante de la ventana

Ernest Hemigway, escritor y Premio Nobel estadounidense, autor de “El Viejo y El Mar” y “Adiós a las Armas”, come en compañía de su gato. Hemingway escribió: “A cat has absolute emotional honesty: human beings, for one reason or another, may hide their feelings; but a cat does not “. (Ver Pingbakcs debajo).

Jean Paul Sartre, filósofo existencialista francés, tampoco pudo resistirse al encantamiento de los gatos.

Mark Twain, el autor de “Tom Sawyer” y “El Diario de Adán y Eva” con un pequeño gato sobre las piernas.

A Edgar Allan Poe también le encantaban los gatos. Él escribió una historia de terror llamada: “El Gato Negro” (“The Black Cat”).
Crédito: Dibujo de Charles Smeldon.

Raymond Chandler, el autor de “Adiós, Muñeca” (“Farewell, My Lovely”), con su gato negro.  (Ver Pingback Aquileana debajo)

Hermann Hesse, novelista, y premio Nobel de Literatura, autor de “Siddhartha” y “Demian”, intenta captar la atención de su gato, en cuatro patas. (Ver Pingbaks debajo)

Doris Lessing, Premio Nobel de literatura. Autora de “Canta la Hierba” y “La Grieta”, también aquí con su gato fiel. (Ver Pingbacks).

Patricia Highsmith, escritora de género policial, autora de “Ripley Under Water” (“Ripley en Peligro”) con su gato siamés. Ver (Pingback debajo del post).

Jacques Derrida. Filósofo francés que acuñó el concepto de Deconstrucción., con su gato y actitud parsimoniosa por parte de ambos. Escribió mucho de la mirada felina en un ensayo: “El animal que por lo tanto soy ” . El ensayo se centra en un momento en que “un gato real, de verdad, créanme, un pequeño gato” atrapa el filósofo mientras él sale de la ducha y lo mira. Lo que hace Derrida es cuestionar la lógica de establecer o asumir un límite que distingue al hombre del animal. Él escribió al final de esa conferencia: “La misma pregunta es si debo mostrarme en el proceso verme desnudo. cuando, si respecto a mí, mirándome, es este ser vivo, este gato  el que puede encontrarse atrapado en el mismo espejo? ¿Hay narcisismo animal?…  Pero puede que este gato también sea, en lo profundo de sus ojos, el espejo primario? “. (Fuente de la cita: Summer Anne Burton. Personal BuzzFeed. Ver Link debajo).

Julio Cortázar, escritor argentino autor de la novela “Rayuela” (“Hopscotch” ), mira a través del vidrio de la ventana a su gato Theodor W. Adorno. También hay referencias explícitas a los gatos en  “La Inclinación de los gatos”, donde se expresa claramente la función simbólica de mediador de los espacios que desempeña el gato.  E incluso en el libro de cuentos “Octaedro”, concretamente en el cuento “Cuello de Gatito Negro”. (Ver pingback y enlaces debajo).

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NOTAS:

>Sobre la figura del gato en la cuentística de Julio Cortázar, ver este artículo:

http://www.uach.mx/extension_y_difusion/synthesis/2009/08/20/La_figura_del_gato_en_la_cuentistica_de_julio_cortazar.pdf

>Cuento “Orientación de los Gatos”, de Julio Cortázar:

http://www.juansoriano.net/biografia/textos/juliocortazar.html

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Aldous Huxley, autor de “Brave New World” (“Un Mundo Feliz”), con su gato. Huxley, irónico, escribió: ““No man ever dared to manifest his boredom so insolently as does a Siamese tomcat when he yawns in the face of his amorously importunate wife”.

Ezra Pound y sus gatos.
Poem “Tame Cat” (by Ezra Pound): It rests me to be among beautiful women/Why should one always lie about such matters?/ I repeat/It rests me to converse with beautiful women/ Even though we talk nothing but nonsense/ The purring of the invisible antennae/ Is both stimulating and delightful.

Samuel Beckett, autor de “Waiting for Godot” (“Esperando a Godot”); observa a sus gatos, en la cesta.

Albert Camus, filóosfo y Premio Nobel de Literatura, con su gato negro, llamado “étranger”.

Michel Foucault con su gato.

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VI) Truman Capote:

Sobre el Gato de Holly Golightly. Extracto final de “Desayuno en Tiffany´s ” / “Breakfast at Tiffany´s”:

“She (Holly Golightly) was still hugging the cat. “Poor slob,” she said, tickling his head, “poor slob without a name. It’s a little inconvenient, his not having a name. But I haven’t any right to give him one: he’ll have to wait until he belongs to somebody. We just sort of took up by the river one day, we don’t belong to each other: he’s an independent, and so am I. I don’t want to own anything until I know I’ve found the place where me and things belong together. I’m not quite sure where that is just yet. But I know what it’s like.” She smiled, and let the cat drop to the floor. “It’s like Tiffany’s,” she said.

[...]

It calms me down right away, the quietness and the proud look of it; nothing very bad could happen to you there, not with those kind men in their nice suits, and that lovely smell of silver and alligator wallets. If I could find a real-life place that made me feel like Tiffany’s, then I’d buy some furniture and give the cat a name.”

“Ella (Holly Golightly) todavía estaba abrazando al gato. “Pobre diablo”, dijo, acariciándolo en la cabeza. “Pobre diablo sin nombre es un poco incómodo, el no tener un nombre, pero yo no tengo ningún derecho a darle uno:.. Tendrá que esperar hasta que le pertenezca a alguien Acabamos de encontrarnos por  el río un día, no nos pertenecemos el uno al otro: él es independiente, y yo también. No quiero poseer nada hasta que sepa que he econtrado un lugar en el cual las cosas y yo, juntas,  se pertenecen. No estoy muy segura de esto por el momento. Pero sé cómo es”. Ella sonrió, y dejó caer el gato al suelo. “Es como Tiffany,” dijo ella.

[...]

Me tranquiliza de inmediato, la calma y la mirada orgullosa de esto, nada muy malo podría sucederte allí, no con esos hombres amables en sus trajes bonitos, y ese hermoso olor de plata y de carteras de piel de cocodrilo… Si pudiera encontrar un lugar en la vida real que me haya hecho sentir como Tiffany´s , entonces,  compraría algunos muebles y le daría al gato un nombre “.

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Truman Capote, autor de ” A Sangre Fría” y “Desayuno en Tiffany, sonriendo con su gato blanco. Ver Pingbacks debajo.

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Anexo: Natsume Sõseki: “Soy un Gato”:

Reseña escrita por Juan Pedro Bator en el Blog “La Simiente Negra”:

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Extracto: “Soy un gato” responde a lo que cabe esperar de una novela satírica por entregas: ingenio y reiteración a partes iguales. El narrador es, como se deduce del título, un gato innominado que describe el Japón de finales de la era Meiji, en pleno proceso modernizador, sin dejar de sorprenderse por lo tontainas, pretenciosos y egoístas que podemos llegar a ser los bípedos dizque inteligentes. La diferencia entre el comportamiento de hombres y gatos constituye un asunto central de su relato o, más bien, de su recochineo al constatar la falacia de la pretendida superioridad de los primeros sobre los segundos. Y ya no digamos si lo que se compara es la forma de moverse por el mundo.  “Caminamos –se pavonea el gato– como si lo hiciéramos por el aire, como si pisáramos encima de las nubes, tan sigilosamente como una piedra que se hunde en el agua, como un arpa china tocada en lo profundo de una cueva”.

Leer más de esta entrada en: http://www.la-simiente-negra.es/literatura/lecturas/natsume-s%C3%B5seki/

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Crédito del enlace: http://www.la-simiente-negra.es/

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Nota de Agradecimiento a la Editorial Tusquets por compartir este post en Twitter:

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♠Links Post:

http://www.juansoriano.net/biografia/textos/juliocortazar.html

http://www.buzzfeed.com/summeranne/30-renowned-authors-inspired-by-cats

http://aleaftothebean.wordpress.com/2011/05/03/literary-cats/

http://www.goodreads.com/quotes/34708-she-was-still-hugging-the-cat-poor-slob-she-said

http://fmwriters.com/Visionback/Issue10/themecatsandwriters.htm

http://capoteweb.com/

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♠Pingbacks Aquileana:

RAYMOND CHANDLER: “Adiós Muñeca”:

http://aquileana.wordpress.com/2009/05/01/raymond-chandler-adios-muneca-farewell-my-lovely/

TRUMAN CAPOTE: “Desayuno en Tiffany´s”:

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TRUMAN CAPOTE: “A Sangre Fría”:

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DORIS LESSING: “La Grieta”:

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ERNEST HEMIGWAY: “El Viejo y el Mar”:

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ERNEST HEMIGWAY: “Adiós a Las Armas”:

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Filed under: Caos, Filosofía, Literatura, Poesía

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